Pablo Pérez noviembre de 2014
@PabloPerezOf
En medio de la severa crisis que a todo
nivel azota a Venezuela, en la oposición existe una interesante discusión sobre
cuál es el camino a seguir. Hay quienes creen que la preparación adecuada para
ganar las parlamentarias de 2015 es el camino. Hay otros que proponen la
Asamblea Nacional Constituyente para cambiar el modelo. Ambas son respetables.
Sin embargo, hay elementos que deben ser
tomados en cuenta en la discusión. Hagamos un ejercicio en este espacio de
opinión para encontrar el valor que tiene una participación unitaria en las
elecciones parlamentarias y lo que eso significaría no sólo para la disidencia,
sino para el país.
Mucho se habla de la imperiosa y urgente
necesidad de depurar los poderes públicos y devolverles su autonomía. Sobre
todo se habla de equilibrar al Consejo Nacional Electoral para que esté al
servicio de todo el país y no de una parcialidad. En todo eso estoy plenamente
de acuerdo, pero resulta que la única vía constitucional para reformar la
correlación en el CNE es a través de la Asamblea Nacional y eso sólo lo
lograremos obteniendo la mayoría en el próximo parlamento que resulte de las
elecciones de 2015.
Es cierto que una Constituyente pudiera
ser el camino que permita tomar decisiones de fondo y cambiar el modelo para
enderezar el rumbo del país a mediano y largo plazo, pero esa idea también
depende que tengamos no sólo un CNE imparcial, sino que tengamos unos poderes
públicos autónomos y alcanzar esa autonomía también pasa por el parlamento
nacional.
La institucionalidad en Venezuela vive
trágicos momentos. Sus decisiones carecen de credibilidad ante los venezolanos.
El pueblo no confía en sus instituciones y eso es una secuela grave del proceso
de destrucción nacional que comenzó hace más de 15 años. Para reacomodar la
institucionalidad venezolana, se necesita de una Asamblea Nacional que sea la
genuina expresión del país. Que sea un verdadero parlamento, donde se discutan
los problemas que agobian a los venezolanos, se respete la democracia y exista
pluralidad.
Para ganar esa mayoría en el parlamento
se necesita de la sinergia entre una oferta unitaria y representativa por parte
de la oposición, pero además la activación del ciudadano que se siente agobiado
por la crisis, preocupado por el futuro y que ha perdido buena parte de la
esperanza de tener un mejor vivir en Venezuela.
Se necesita de una unidad monolítica en
torno a una pléyade de candidatos que sean la genuina representación del pueblo
venezolano, de sus penurias y aspiraciones ¿Cómo escoger a los mejores? Creo en
un sistema mixto. Tanto consenso como sea posible y tantas primarias como se
necesiten. Dónde existan liderazgos naturales e incuestionables, el consenso es
el mecanismo. Dónde existan varios liderazgos representativos, las primarias
son el escenario ideal de escogencia en manos del elector.
Las elecciones parlamentarias son
vitales para que el país cambie, para que su calidad de vida mejore y para que
tengamos esperanza. Ganando la Asamblea Nacional se viabiliza la recuperación
del país. Para enganchar a ese pueblo en torno a la unidad, necesitamos
demostrar que de verdad hay unidad, que tenemos un proyecto que les enamore,
que haga soñar y que aporte señales muy claras de que aún es posible salir de
la pesadilla. Si quieres que todo cambie, incorpórate y participa.
@PabloPerezOf
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