Por Ruben Contreras, 17/04/2016
Este año2016 está resultando tal como lo pronosticaron
estudiosos del acontecer sociopolítico y económico de Venezuela. Muy duro,
inclemente, por las políticas restriccionistas
propuestas por este gobierno comunista, que solo han generado escasez e inflación
a su máxima expresión, dado la caída abrupta de los niveles de producción en
todos los órdenes en nuestro país.
Quienes hemos tenido la oportunidad de
viajar a algunas partes del país, y dialogar con familiares y amigos, ubicados
en otras entidades regionales, acerca de
la situación actual y de la necesidad de algún fármaco, para mantener el nivel
de salud recomendado por nuestros médicos
de cabecera, escuchamos las mismas quejas que oímos en nuestro entorno más
cercano.
Ver el estado actual de los fértiles Valles
de Aragua, observar cómo se destruyeron los cientos de tablones de caña de
azúcar en Yaracuy, el Valle del Turbio, el estado de las empresas básicas de
Guayana, que fue el famoso Dorado del cual se hablaba en los libros de
historia, y que fue construido por la 4ta. República. Si ese complejo
industrial es el dorado que buscaban los españoles cuando llegaron a Venezuela
y fue en la 2da mitad del siglo XX que se construyó para que Venezuela
desarrollase su potencial hidroeléctrico y minero y tuviese una de las mayores
plantas industriales de toda América. Igualmente el escocido ecológico
perpetrado por la construcción de Ciudad Caribia y el realizado por un gobernador
militar oscuro y obtuso en el estado Vargas que destruyo las cuencas de los
ríos Naiguata y Cerro Grande, nos demuestran que gobernar es algo serio y los
militares, los choferes y cualquier
bicho de unas, no sirven para ser presidente.
En América Latina, hemos conocido de
innumerables casos de presidentes progresistas como José Antonio Páez y Carlos
Soublette en Venezuela, Sarmiento en Argentina, Portales en Chile, que logro
consensuar una Constitución que ha sido la más longeva de América del Sur,
entre otros. Fueron constructores. Luego Ibáñez, Alessandri y Frei en Chile
Alberto Lleras Camargo y ÁlvaroGómez en Colombia, Betancourt, Leoni y Caldera
en Venezuela, LázaroCárdenas en México, Paz Estensoro en Bolivia, Belaunde
Terry en Perú Joao Goulart en Brasil, entre otros, pero pareciese que más se
han destacado los destructores como Getulio Vargas, Somoza en Nicaragua, Chapita
Trujillo en Santo Domingo, Batista y Fidel en Cuba, Perón, Galtieri y Videla en
Argentina y ahora en Venezuela un felon de Sabaneta que tuvo por nombre Hugo Chávez
y su sucesor, el chofer de Metrobus, Nicolás Maduro.
Lo acontecido en Venezuela es de marca
mayor, debido a que buena parte de la población pensaba que era muy difícil
superar a destructores como José Tadeo Monagas, Joaquin Crespo y Cipriano
Castro, pero Chávez y Maduro, se colocaron el ranking de los nefastos,
ubicándose al lado de destructores como Mussolini, Stalin, Mao, Fidel, Mugabe y los perversos dictadores de Corea del Norte.
Cuando tratamos de lucubrar acerca de lo
acontecido en Venezuela y de la cornucopia de dinero que ha ingresada a nuestra
nación a partir de 1999, cifras que de acuerdo a algunos estudiosos de la economía
han sextuplicado los ingresos recibidos
entre 1959 y 1999, sentimos vergüenza
ajena por la dilapidación o robo a mansalva que han cometido impúdicamente
estos militares y sus amigos, en la administración de la república, y no
entendemos o internalizamos como se
puede ser tan perverso en la gerencia de la res publica.
Esa actuación nefasta realizada en
Venezuela por quienes han comandado esta
peste militar, no es la de un estadista, de un administrador, de un
gerente, de alguien que tiene como norte el realizar una labor para administrar
con eficiencia y eficacia una nación. No lo demostrado hasta ahora es que una
camarilla de ladrones y delincuentes, alimentaron el ego y la megalomanía de un
militar carismático, el cual tenía facilidad de palabra para generar un
discurso lleno de resentimientos por la frustración de sus inequidades y actuó
como un encantador de serpientes que cautivo a un pueblo con cantos de sirena.
Estos 17 años, han permitido comprobar que
los delincuentes que se apersonaron desde Miraflores, no tenían un programa de
gobierno, un plan de trabajo, una hoja de ruta, solo tenían la ambición de la
perpetuidad del poder y el deseo incontrolable de robar los dineros de la
nación, porque han sumido a Venezuela, un país con inconmesurables recursos, en la crisis más intensa que ha sufrido pueblo
alguno latinoamericanoy del mundo, al extremo que desde las más diversas
universidades del mundo y centros financieros y de desarrollo, están estudiando
como materia, como se puede destruir un país con tantas riquezas.
La destrucción se observa cuando un
presidente aplica y reiteracomo política de estado la estimulación de la vagancia, lo cual
contradice el famoso decreto de emergencia económica propuesto para sacar
a Venezuela de la crisis en que la
metieron estos militares ladrones liderizados por Hugo Chávez. Hasta ahora, son 32 las estrategias anunciadas
por el inmaduro a partir de enero de 2016 y que para salir de la crisis y el
resultado inicial es que tiene 15 motores fundidos pasando aceite. Si el país está
en emergencia y con crisis, debiéramos recordar a Albert Einstein, quien nos
decía que de la crisis nace la inventiva,
ya que la creatividad nace de la angustia como de la noche oscura nace el día y quien supera la
cris se supera asi mismo.
En cambio el reposero del metro de Caracas,
habla de emergencia económica y estimula el ocio y vagancia, decretando días
libres para aparentar ante el pueblo un hipotético ahorro energético de
electricidad que permita la superación de la crisis. Craso error, ya que
solamente trabajando y produciendo en mayor escala es que se pueden generar
bienes y servicios, a objeto que la población pueda
disponer de ellos, en la medida de sus posibilidades.
La situación actual en Venezuela nos
indica, que alguien sin estudios, ni sentido del trabajo y responsabilidad no
puede dirigir una nación, debido a que un vago de oficio no cuenta con los elementos
básicos que le permitan orientar una acción de gobierno, por tal razón lo mejor
que se puede hacer es sacarlo del poder. Con más razón hay que utilizar las
vías institucionales para aplicar una constituyente, enmienda o hasta el
revocatorio, pero hay que salir de esta pesadilla. Hay que sacar a Maduro.
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