Por Tamara Suju Roa, 13/09/2016
Del 29 de agosto al 7 de septiembre, según cifras de foro penal, han
sido detenidas 168 personas en el país. Solo el 1 de este mes hubo 93
detenidos. 117 fueron liberados sin presentación, 34 con cautelares, 8 bajo
fianza, 2 quedan pendientes por presentar y 1 recibió libertad plena. La cifra
de presos políticos ha aumentado a 94 y desde enero del 2014 al 4 de septiembre
del 2016 ha habido 6494 detenciones en nuestro país. Los nuevos presos
políticos son el Alcalde Nelson Guarate, Yon Goicoechea. Braulio Jatar y
Alejandro Piglia. Antes del primero de septiembre encarcelaron nuevamente a
Daniel Ceballos, trasladaron a Alejandro Márquez y Gabriel San Miguel a la
cárcel de Tocuyito y a Raúl Baduel y Alexander Tirado a la 26 de Julio de
Guárico, de forma imprevista, sin mostrar ordenes de traslado ni notificarlo a
sus abogados y familiares.
Muchos venezolanos desconocen los movimientos represivos ejercidos por
el régimen venezolano para intimidar y reprimir a quienes líderizan
manifestaciones, a quienes documentan y reportan sobre ellas, o a quienes los
denuncian. Por eso es se hace imprescindible que todos los ciudadanos sepan cómo
se estructura un gobierno no democrático para controlar a sus oponentes y una
de las formas de hacerlo es usar a líderes, activistas, estudiantes, o alguna
persona emblemática como rehén o rehenes, para presionar a su contrincante,
someterlo, minimizar sus acciones o neutralizarlo.
Esto lo han aprendido bien los maquiavélicos funcionarios que durante
17 años han permanecido en el poder, rotándose los cargos, unas veces de
directores, otros de jefes, otros de ministros, otros de diputados, pero con la
misma cara y hasta ahora el mismo nombre. ¿Los maestros? Los cubanos. . El
guión es el mismo. Al partido de Leopoldo López, Voluntad Popular, se la tienen
dedicada. ¿Por qué? Porque en su mayoría esta compuesta por la generación de
relevo, jóvenes estudiados y preparados, rebeldes contra la tiranía y con un
gran activismo social y político en las calles. Ellos no han cesado porque su
líder, encarcelado, sometido constantemente a tratos crueles, inhumanos y
degradantes y a torturas psicológicas, les da el ejemplo de dignidad, valentía
y determinación.
Pero quienes están en el poder, en su mayoría militares acostumbrados a
mandar y recibir órdenes, a regirse por una estructura de mando y a usar la
fuerza para lograr el control, no entienden la rebelión espontánea, masiva y
sin colores ni ideologías políticas, que se está volcando a las calles a exigir
respuestas a sus problemas, pero sobre todo respeto a que se les trate con
dignidad. Quienes están en el gobierno no comparten los mismos valores, porque
ellos llegaron al poder para controlarlo, para apoderarse de las instituciones
democráticas y llevar a cabo una invasión masiva que promovió el discurso de
odio y la división entre compatriotas y la deplorable adoración de quien con su
populismo y el dinero de todos los venezolanos, destruyó la economía y sumergió
a Venezuela en una crisis histórica.
Nicolás no tiene ni un ápice de ese control social que ejercía Chávez a
través de su verborrea y manipulación. Por eso, necesita a su lado a los
organismos de seguridad del Estado controlados por sus hombres de confianza
para ejecutar sus órdenes, y al sistema de “justicia” venezolano, que le da la
“legalidad” a la represión.
La técnica utilizada los últimos días, es usar a los presos políticos,
a los viejos, pero sobre todo a los nuevos, como rehenes de negociación. Sabe
que en su mayoría, son jóvenes que están en las cárceles políticas y comunes,
en condiciones inhumanas, maltratados, cuyas familias están desesperadas al ver
a sus muchachos, la mayoría universitarios y mejor preparados que muchos de los
que hoy ocupan altos cargos, detrás de las rejas. Mantener el terrorismo
psicológico sobre ellos continuamente es necesario, porque no sólo ellos lo
sufren, sino quienes los conocen, y el resto de los ciudadanos que al ver como
los tratan, cogen miedo. Así, el régimen tiene con que negociar. Para esto,
trajo a 3 ex presidentes escogidos por Nicolás.
Los organismos de inteligencia siguen inventando pruebas y contando
cuentos de desestabilización que ni ellos mismos se creen, sembrando pruebas
como “cordones explosivos”, fajos de billetes, cauchos de goma y hasta las
escobas que se les atraviesan en los allanamientos son introducidos en esas
bolsas plásticas con las que llegan y que nadie puede revisar para saber si
tienen algún contenido. Los teléfonos celulares con cámaras son ahora material
de desestabilización. Los medios de comunicación que reproducen vídeos tomados
por personas en las manifestaciones son ahora promotores de la
desestabilización, y hasta las cacerolas que las amas de casa le tocan en la
oreja a los jerarcas pueden ser considerados material de guerra, según el
efecto que causen.
Es interesante en este punto de mi artículo tomar en cuenta cuál es el
partido político que tiene más presos, perseguidos y exiliados. Creo que no
hace falta hacer mucho ejercicio mental, ¿verdad? Así pues, el partido Voluntad
Popular se convierte en el partido rehén, porque Nicolás le tiene miedo al
intelecto, a la valentía y a la juventud. Utiliza a sus líderes y activistas
como rehenes para tratar de imponer condiciones y así aplacar el enorme
malestar social que hay en las calles y que se están convirtiendo en
manifestaciones masivas a las que le tiene pánico, porque le bajaron los cerros
cansados de la mentira. No pasa un día sin que desde el poder se amenace a la
directiva de VP, expongan sus rostros al escarnio público, y hasta encuestas
hacen por la red social Twitter preguntando quien cree el público que será el
próximo detenido. ¿Maquiavélico no?
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