Por Jesús Alexis González, 05/12/2016
Escribir representa una expresión de libertad, que se disfruta cuando subyace la intención
de “dejarle algo al lector” sin
ningún tipo de egocentrismo,especialmente
al abordar temas como el mercado de divisasque “ahuyenta” a
muchos o simplemente es criticado por otros luego de la lectura del título sin
abordar su contenido;impidiendo la crítica ciudadana hacia un “gobierno”
extraordinariamente malo (nefasto)que está causando una desgracia nacional generalizada.
El mercado de
divisas, es un“espacio” donde se
lleva a cabo la compraventa de monedas extranjeras cuyo precio se determina por
la oferta y la demanda en economías donde no
existe control de cambio utilizando el US$
como “moneda conductora” (facilita
la transacción entre monedas); y por tanto las operaciones se efectúan de forma rápida y fácil por intermedio de
bancos, casas de cambio y corredores conectados a través de sistemas
electrónicos de comunicación, cuyo desenvolvimiento se articula mediante una tasa de cambio flotanteque refleja la
cantidad de una moneda (p.ej. Bs) que se debe pagar para obtener una moneda
extranjera (p.ej. US$) en un contexto de un régimen de cambio libre. En Venezuela, estas operaciones están
regidas por elRégimen Administrado de Divisas
(Convenio Cambiario No 35, G.O. No 40.865 del 09/03/2016) con dos tipos de
cambio: (A) El “Protegido” (Dipro) a Bs 10/US$para importaciones de alimentos,
medicamentos, insumos básicos y el pago de jubilaciones en el exterior; y (B) El “Flotante” (Dicom) a una tasa variable desde un mínimo de Bs 200/US$ para todas las transacciones
no incluidas bajo el tipo de cambio protegido. Dicho sistema cambiario,
alimentado casi exclusivamente por el Estado a la luz de las divisas que genera
PDVSA, condiciona tanto elMercado de
Alto Valor (operaciones mediante transferencias
bancariaspor un mínimo de US$ 3.000),
como elMercado Minorista (operaciones
mediante efectivo por un mínimo de US$ 300 y un máximo de US$ 2.999), siendo que igualmente la venta de divisas provenientes del exterior como
contrapartida a una actividad económica particular se debe tramitar a través de
estos mercados (Circular BCV del 31/03/2015). Es de resaltar, que para el
29/11/2016 según BCV el monto liquidado
a la tasa protegida representó el92,04% del totaly el otro 7,96% a la tasa flotante deBs 663,29/US$;en un escenario
decreciente en la entrega diaria de divisas en 2016 desde US$ 16,9/día en enero, 6,8 en
febrero, 6,3 en marzo y 2,1 en abril, inducido por brusca caída
de las reservas internacionales (y por ende de las divisas) al punto que en
septiembre 2016 PDVSA “vendió” al BCV solo US$
156 millonespor concepto de exportaciones petroleras y otros productos, al
tiempo que el ente bancarioliquidóese
mes US$ 380 millonesa la tasa
protegida de Bs 10/US$,lo cual
obviamente fue posible haciendo uso de las pocas reservas internacionales.
Tal escasez de divisas, nos genera:Suspicacia I(idea negativa fundada en
indicios): La pequeña compraventa de US$ que se realiza en el ilegal mercado
paralelo, han de provenir en su casi totalidad de “amigos” del “gobierno” que los han recibido a la tasa “protegida”; ya
que difícilmente una persona honestaestando
en su sano juicio cambiaria sus “ahorritos” en US$ “fuertes” por unos Bs
“en picada” (salvo para completar el mercadito o el pago de una deuda).
Las operaciones en moneda extranjera desde
Venezuela con el resto del mundo, presentan un alto grado de dificultad habida
cuenta del control de cambio impuesto
desde 2003 que le dificulta a los “otros países” establecer la tasa de cambio, que en el caso de ellos
resulta del promedio de los valores de compra y venta de divisas en el mercado
mientras que para el bolívar deben tomar obligatoriamente
la tasa “SIMADI” que aplica para las operaciones avaladas por el Estado
bajo la figura de transferencias
bancarias autorizadas. Siendo así, y tomando aColombiacomo referencia, el Banco
de la Republica de Colombia (par del BCV) para establecer la tasa de cambio
Bs/Peso tiene que utilizar el US$ para “interpretar” el valor en pesos de
un bolívar, en el entendido que el Dólar Oficial colombiano refleja una tasa flexible mientras que el bolívar
permanece a una tasa fijasobrevaluada
con respecto al US$. En razón de ello, el BRC no es garante de las operaciones en efectivo realizadas libremente en las casas de cambio fronterizas(p.ej.
Cúcuta) ya que tal situaciónoriginaría un desastre
cambiario tanto para el BCV como para el BRC, y en un cortísimo
plazo se agotarían los pocos US$ disponibles en el BCV en el supuesto que una cantidad significativa de venezolanos
pudieren cambiar Bs por Pesos ¡en
efectivo!(que habrían de transportar en pesadas maletas) para luego adquirir US$(también en
efectivo)de los cuales el BRC no se
desprenderáya que muy posiblemente Venezuela no podrá compensarlos En síntesis, el valor Bs/Peso en efectivo surgido en la dinámica del mercado
fronterizo en Cúcuta ¡¡no determina el
valor del precio del US$ en Venezuela!!Refleja que los venezolanos están
dispuestos a pagar cualquier precio por
cualquier cosa en aras de desprenderse de una moneda que no le permite
defender su patrimonio; inclusive viajar hasta la frontera paracambiarla por Pesos aunque no pueda comprar
US$; recordemos con nostalgia y rabia queal inicio de esta pesadilla “revolucionaria” en 1999, la
paridad Bs/Peso en la frontera colombiana era ¡¡10 pesos por bolívar!!
Suspicacia II: Posiblemente, los US$ del“mercado fronterizo” son “inyectados” por “irregulares
de montaña” o por “vinculados al gobierno venezolano” o en conjunto.
Suspicacia III:La compraventa fronteriza de US$¡es mínima! y poco relevante para “fijar” una tasa de cambio
“binacional”.
Suspicacia IV: El denominado “Dólar
Cúcuta”, constituye en la práctica la “pantalla”
que facilita el funcionamiento del Dólar
PSUVhabida cuenta del “negoción” que
representa para los “amigos del
gobierno” mercadearen efectivo
“sus” US$ a la tasa
artificial de la frontera cucuteña.
Suspicacia V: El Dólar PSUV, permite“legitimar”
altos recursos provenientes de la corrupciónal
facilitar“repatriar”muyparcialmente los US$ 560.000 millones fugados en la etapa chavista-maduristaentregando
menos US$ por mas Bs para acumular “riqueza” y refugiarse en Venezuela.
Reflexión
final: La crisis socioeconómica
venezolana, tiene un alto componente moral
y ético sin soslayar la energía destructiva de la inflación (en 2016 el precio de la Canasta Alimentaria Familiar
aumentó un 1.400% y el 73% de los hogares está en situación de pobreza)
que mantendrá su ascenso impulsada por la emisión de dinero inorgánico para continuar ungasto publico populistaaunado a un exceso de liquidez en un contexto de caída de las reservas internacionales (¿?); con el agravante que la
“artificial” tasa del US$ paralelo (aparte
de ser un maligno referente para la fijación de precios) está “elevando” la
percepción de una desestabilización
económica generalizada (¿intención gubernamental?), que en honor a la
ortodoxia económica puede resolverse prontamente con una política monetaria restrictiva en el marco de un programa de ajuste macroeconómico que
contribuya a “pulverizar” el Dólar PSUV;
plan que debe contar con la colaboración de los organismos multilaterales (FMI, BM, BID, y otros entes).
Obviamente, la sencillez de su instrumentación ha de superar el entuerto que representa la presencia de
N. Maduro y su “equipo”, cuya necesaria y aspirada revocación(plan de “ajuste” presidencial) será
solo posible con un nuevo CNE (dos
Rectoras tienen vencido su periodo) nombrado por la AN ¡como corresponde! sin descartar una declaratoria de abandono del cargo presidencial.
La Fe no
hace las cosas fáciles, las hace ¡¡posibles!!
Economista Jesús Alexis González
@jesusalexisgon
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