Redacción 07 de mayo de 2017
La MUD
convocó a una semana más de protestas contra el régimen. Reafirma la
importancia de retomar el hilo constitucional y no asistirá a validar al
llamado del régimen que constituye un nuevo intento de violar la Constitución.
La MUD
“y la mayoría de los venezolanos, más del 80% que quiere cambio, no vamos a ir
a Miraflores”, dijo el domingo el excandidato presidencial Henrique Capriles en
una rueda de prensa.
“No
vamos a una reunión en aire acondicionado, a ser parte de un proceso que es
fraudulento”, aseveró el líder opositor en nombre de la Alianza que rechaza la
iniciativa de Nicolás de redactar una nueva carta magna que reemplazará a la de
1999 que impulsó el entonces presidente Hugo Chávez, ya fallecido.
En
medio de la creciente violencia represiva que en las últimas semanas han dejado
más de una treintena de muertos, la coalición opositora convocó este semana a
nuevas jornadas de protestas contra el régimen y el proceso constituyente, al
que considera un “fraude constitucional” y un “golpe de Estado” de parte del
ilegitimo Nicolás.
Como
el ministro de educación, Elías Jaua, fue el que envió la correspondencia y encabeza
la comisión presidencial para invalidar la actual Constitución, el dirigente
dijo: “Vamos a ir al despacho del señor Jaua, acompañado del pueblo, a
recordarle” que en Venezuela “hay una Constitución que hay que respetar”.
“Si el
gobierno cree que puede derogarla por vía de fuerza está equivocado”, acotó
Capriles, quien acusó a Nicolás de utilizar un fraude constituyente para evitar
los comicios ya pendientes desde el año pasado así como la elección de alcaldes
prevista para este año, en medio de una marcada caída en la popularidad del
mandatario y sus aliados políticos.
Capriles
reiteró además que la oposición seguirá en las calles hasta lograr que se
convoquen elecciones generales, se abra un canal humanitario para el ingreso de
alimentos y medicinas, se libere a los presos políticos y se desarme a
supuestos seguidores del gobierno armados, conocidos como “colectivos” y que en
realidad son paramilitares.
Al
defender la iniciativa, sin dar detalles sobre esos cambios, Nicolás ha dicho
que con la nueva constitución se buscará ampliar el sistema judicial, promover
nuevas formas de “democracia participativa” y garantizar la defensa de la soberanía
e integridad de la nación, pero no habla de cómo resolver los problemas de la
economía, la falta de alimentos y de medicinas, el colapso del sistema de salud
y la descontrolada inseguridad, problemas estos que para el deslegitimado
parecen no existir.
El temporal
de Miraflores ha adelantado que la Asamblea Constituyente estaría integrada por
500 miembros, de los cuales la mitad
serán elegidos por los gremios de trabajadores y las comunidades, muchas de
ellas con fuerte influencia gubernamental, y el resto en estructuras
territoriales que no precisó.
La
Constitución actual no define claramente cómo se deben elegir los miembros de
la Asamblea Constituyente, pero los críticos del gobierno advierten que lo más
probable es que Maduro designe a gente que le sea fiel, según el esquema que ha
adelantado.
“El
mundo tiene que saber y los venezolanos que estos personajes, que no quieren
someterse el escrutinio popular, se inventaron un proceso que no está en la
Constitución, porque elecciones sectoriales no existen en la Constitución”,
enfatizó Capriles. “Eso no es una constituyente”.
La
iniciativa de Nicolás también ha sido cuestionada por el secretario general de
la OEA, Luis Almagro, y los gobiernos de Argentina, Brasil, Chile y Estados
Unidos.
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