Por Piero Trepiccione
Hoy en día en el escenario
internacional, la diplomacia se mueve hacia tres grandes bloques de
influencia con sus peculiaridades. Los Estados Unidos, la Unión Europea y
el eje Rusia-China. Es como una especie de multipolaridad construida durante
las últimas décadas, luego de finalizada la denominada guerra fría que polarizó
al planeta entre dos actores fundamentales o superpotencias.
Pero hay más. En los últimos
años se ha venido dando un reacomodo de la polarización mundial en
materia de geopolítica y geoestrategia. En ese marco ha reaparecido la confrontación
entre los Estados Unidos y la nueva alianza entre Rusia y
China. Diversos acontecimientos en materia económica-comercial y de orden
geopolítico han estado dibujando una nueva polarización en esta dirección.
El crecimiento económico
chino que ha llevado a ese país a ser la segunda economía del planeta solo
detrás de Estados Unidos, y cuya perspectiva habla de llegar al primer lugar
más temprano de lo que se proyectaba en las agencias internacionales, acentuó
su cambio de estrategia diplomática global. Al principio, China operó
articuladamente con los EE.UU. para recibir inversión y transferencia
tecnológica. Pero ahora por las dimensiones alcanzadas, ya comienza a chocar en
diferentes territorios y áreas de influencia comunes como por ejemplo Venezuela
y Nicaragua, por solo mencionar dos casos en particular. En ambos se nota
la estrategia china de incursionar con fuerza en América Latina.
Esta nueva geopolítica
mundial que está en pleno proceso de construcción, le da a la Unión Europea un
rol estelar de equilibrio que está siendo valorado ampliamente en muchos
conflictos locales, nacionales y de esferas regionales. Por ello ha llamado
particularmente la atención la decisión de Nicolás Maduro de solicitar en un
plazo de 72 horas la salida del país de la embajadora de la UE en Venezuela,
Isabel Brilhante Pedrosa. Decisión que, afortunadamente, fue reconsiderada mediante un comunicado
de la Cancillería y dejada sin efecto. Además de la destacada gestión de
Brilhante en su relación con los factores políticos de oposición y gobierno en
el país, el vínculo que esta diplomática de carrera ha tenido con sectores de
la sociedad civil en todo el territorio nacional, ha sido altamente
valorado y causó enorme indignación la medida que pretendió tomarse en su
contra.
Adicionalmente, hay que
considerar todo el apoyo que la UE en materia de ayuda humanitaria está
entregando a los venezolanos y a la par entender que el sentido de
la multipolaridad que se le está dando al escenario global es clave para
la búsqueda de una salida pacífica al conflicto político venezolano.
En esa dirección, si hay
algún actor geopolítico global que ha impulsado el diálogo en el país ha sido precisamente
la UE. Es por ello que Maduro no puede perder la perspectiva
diplomática en un asunto que le concierne a él y a todos los venezolanos.
05-07-20
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