Por Mu Cui
Mi abuela cumplió 90
años, solo diez menos que el Partido Comunista de China. La familia se los
celebró en Shanghai. Debido a la pandemia, yo solo la pude llamar. Pero
aproveché para preguntarle: "¿Cómo se te ocurrió unirte a una organización
comunista entonces prohibida y clandestina en 1948?"
Yo conocía muy bien la
historia de mi abuela y mi familia. Pero esos locos y azarosos tiempos de Mao
siempre me interesaron más. Mis abuelos sufrieron mucho durante el periodo más
tenebroso del Partido Comunista Chino. Pero, ¿por qué una colegiala de 17 años
se hizo comunista incluso antes de que el partido llegara al poder en
1949? Le pregunto ahora.
"Mi profesora era
comunista y nos llevaba por los barrios bajos de Shanghai. Así conocimos la
flagrante desigualdad social que reinaba en China. Los pobres apenas podían
enviar a sus hijos a la escuela, y si lo hacían, no tenían suficiente para el
almuerzo", cuenta mi abuela.
Promesas de democracia,
libertad y prosperidad
¿Creías que el PCC podía acabar con esa miseria? "Claro. Nos decían que los comunistas estaban ahí para los pobres. Así que empecé a llevar un poco más de comida a la escuela para poder compartirla con mis compañeros. Más tarde, convencí incluso a mis padres para que ofrecieran trabajo a los padres de un compañero de clase que tenía problemas".
La abuelita de Mu Cui, en su juventud.
En su opinión, el
Partido Comunista Chino defendía el ideal de luchar siempre por los débiles y
ayudar a los obreros y campesinos necesitados. Mi abuelo, hasta su muerte en
2014, siempre recalcó que se había hecho comunista revolucionario entonces para
construir "una nueva China democrática, libre y próspera." Por ser
comunista, fue perseguido, y cuando Mao llegó al poder, fue igualmente
perseguido por su propio partido comunista y enviado al exilio por largos
20 años.
Hoy, la gente sigue
preguntando: ¿Y dónde está la democracia? ¿En dónde están los ideales liberales
que nos prometieron entonces? Para mi abuela, después de todo, el Partido
ha conseguido en pocas décadas una prosperidad considerable en una China que
era amargamente pobre, especialmente desde la muerte de Mao. "¡De arriba a
abajo, todos se han beneficiado!", replica. Aun así, ella ya no confía en
su propio partido, al menos no como lo hacía en 1948: "Y no es solo porque
la democracia y la libertad se hayan quedado cortas".
Crecimiento para todos,
crecimiento por encima de todo
¿Por qué no confía más
en su partido?, le insisto. "Los poderosos empiezan a explotar de nuevo a
los más débiles. Esto se parece a la 'vieja China', es decir, antes de que el
PCC llegara al poder en 1949. Las disparidades sociales vuelven a aumentar
rápidamente, a pesar de la creciente prosperidad para todos".
Mi tío, que trabaja
como directivo en una gran empresa del sur de China, contaba en una reunión
familiar que solo contrataba a obreras de las provincias más pobres del oeste
de China porque costaban la mitad. "Así podemos seguir siendo competitivos
en el mercado mundial", se jactó mi tío, que inmediatamente recibió una
reprimenda de mi abuela: "¡A igual trabajo, igual salario! Lo que están
haciendo ustedes no es otra cosa que explotación. ¿Acaso no se afilió usted
mismo al Partido Comunista?"
A esos miembros
"modernos" del PCC, mi abuela los llama "oportunistas" o
"arribistas". Y le entristece que las fuerzas revolucionarias y
progresistas del Partido hayan pasado a un segundo plano desde hace tiempo.
¿Quién es hoy el
demonio?
"La China de hoy
solo busca poder y riqueza. Y ahí el Partido ha tenido éxito. Pero también han
surgido desigualdades completamente nuevas, aunque el nivel de vida general
esté aumentando. En China, las diferencias entre ricos y pobres siguen siendo
mucho mayores que en otras superpotencias”, afirma Klaus Mühlhahn, profesor de
Sinología e Historia de la Universidad Zeppelin de Friedrichshafen.
"El que lucha
contra demonios debe procurar no convertirse por el camino en uno de
ellos", es una cita del filósofo alemán Friedrich Nietzche que no olvido
desde mi última charla con mi abuela. ¿Se está convirtiendo el partido que
luchó contra el monstruo de la pobreza del pueblo chino en un nuevo monstruo?
¿O ya lo es?
Aparentemente, al
pueblo chino no le importa mucho eso. Según una encuesta de la Universidad de
Harvard, la satisfacción de los chinos con el régimen ha crecido de forma
constante, y ahora supera ampliamente el 90%. Para el profesor de sinología
Klaus Mühlhahn, esto se debe principalmente a que la economía, y por tanto la
prosperidad de China, ha crecido año tras año en las últimas décadas.
"Pero si un día el PCC no puede seguir cumpliendo su promesa de
crecimiento sostenido, la protesta se hará sentir. La idea de la democracia,
que nunca ha desaparecido del todo en el seno del PCC, a pesar de las purgas,
desarrollará entonces un gran poder explosivo”.
Por último, le pregunté
a mi abuelita si el partido, ahora centenario, se había convertido en el
monstruo contra el que una vez luchó la colegiala de 17 años. Pero, no pudo o
no quiso responder a esa pregunta. Solo exclamó: "Es muy triste ver que
las fuerzas progresistas del Partido han sido relegadas cada vez más desde la
llamada Revolución Cultural”.
01-07-21
https://www.dw.com/es/china-abuelita-por-qu%C3%A9-te-volviste-comunista/a-58127970
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