Por Vanessa Davies
Lo primero que hace Haydee
Deutsch es enseñarle al que vaya a anotar su nombre de qué manera hacerlo
correctamente, y decirle letra por letra cómo copiarlo: D-e-u-t-s-c-h. Tal vez
las nuevas generaciones de periodistas y políticos no saben quién es esta
abogada y sindicalista, pero los que vienen de “la cuarta” (término que ella no
comparte) saben que transitó a “la quinta” con su mismo espíritu de lucha.
Deutsch considera que la
lucha política antes de 1999 se enfrentaba a gobiernos “con sus fallas, pero
que eran democráticos, con elecciones, con gente que podía discutir” y en un
contexto en el cual personas de distintos partidos políticos “se comunicaban,
se peleaban” y después compartían una parrilla o un sancocho, o incluso eran
padrinos de los hijos de sus adversarios. A partir de 1999, “con la imposición
de un nuevo sistema político se rompe la continuidad de una política que era
para mejorar la democracia, castigar a los corruptos”.
La exdiputada y presidenta
de Fuerza Liberal afirma que en la actualidad hay un bloque de quienes “apoyan
el régimen” y otro de los que se oponen. “Hay una pelea para ver quién domina
políticamente al otro”, indica. Al mismo tiempo “se ensanchó la base social de
la miseria, la base social de la pobreza”.
En su opinión en la
oposición ya no hay “un liderazgo único y permanente”, sino “que tienes varios
líderes que vienen de antes, y otros emergentes”, y surgen figuras que se
convierten en las protagonistas.
“Ahora tenemos el liderazgo
de Guaidó, que vale la pena decir cuáles son las diferencias entre este
liderazgo y otros que hemos tenido”, subraya.
-¿Cuáles son las
diferencias?
-Tiene muy poco tiempo en el
escenario de confrontación: apenas desde el mes de enero. Y ha levantado un
entusiasmo y una esperanza.
-¿Le parece que todavía?
-Sí. Él sigue fuerte.
Juan Guaidó “ha tomado las
decisiones que puede tomar, no las que la gente quiere que tome”, concluye.
-¿Por qué marca la
diferencia?
-Porque la gente quiere que
Guaidó hable como un presidente electo, y que además ejerza las funciones con
un Gabinete, que esté en Miraflores o cerca de Miraflores. Pero no. Él es un
gobierno interino, y eso en política es muy delicado, no es fácil. Y entonces
le están exigiendo que tome medidas, o preguntan: ¿Qué hacen los militares que
no se le cuadran a Guaidó? Pero Guaidó no es el comandante en jefe de la Fuerza
Armada, empezando por allí. No tiene en sus manos todos los mecanismos de
seguridad del Estado. Una cosa es el sentimiento y la angustia de la gente para
que las situaciones se resuelvan, y otra son las limitaciones que el líder
tiene para ejercer sus funciones como presidente interino.
-¿Él ha hecho lo que puede
hacer, según su visión, pero eso no satisface las expectativas de la gente?
-No creo que las pueda
satisfacer de manera definitiva, porque eso se está construyendo. Es un
liderazgo que sale fuertemente y que entró en la etapa de construir.
-Le quedan seis meses como
presidente de la AN. ¿Qué va a pasar después?
-Yo no voy a entrar de
pitonisa a decir que faltan seis meses para que cesen las funciones de Guaidó
como presidente de la Asamblea. Se están dando movimientos internos para ver
cómo se resuelve eso, y en eso se está trabajando. Yo no tengo la autoridad
para decirlo. Lo que sí puedo decir, con la mayor responsabilidad, es que eso
está planteado, eso se está trabajando.
-¿El qué?
-En buscar las fórmulas
importantes en el supuesto de que se llegue al mes de diciembre y todavía no
hayamos resuelto el cese de la usurpación. Nosotros estamos trabajando por el
cese de la usurpación.
-No lo han logrado hasta
ahora.
-El cese de la usurpación no
es que hoy sacamos a Maduro. Se tiene que desmembrar el sistema que está allí
puesto ahora. Se han hecho adelantos significativos. Uno de los adelantos es
que tenemos más de 50 gobiernos que están apoyando.
-Se pueden cansar.
-Es que esta es una
responsabilidad compartida.
¿Se ha llegado, en la ruta
Guaidó, al gobierno de transición? “El gobierno de transición hay que
entenderlo” de otra manera, insiste. “Aquí se están dando ya funciones de
gobierno de transición. Cuando Guaidó nombra representantes diplomáticos que
son reconocidos, cuando se reconocIfe al representante en la OEA, ese es un
gobierno de transición que está siendo reconocido. Cuando vemos deserciones de
militares que están en Colombia, en Brasil y en otros sitios se está dando”
también se observa el gobierno de transición, alega. Igualmente “cuando el
gobierno de Estados Unidos” y otros “aplican una serie de acciones” para
atender a los venezolanos a petición de Guaidó es que está activo el gobierno
de transición.
Deutsch llama la atención
por la gente que está en la calle protestando, sin orientación de partidos
políticos, por las carencias en los servicios públicos. “Así como la gente
espera que el gobierno de Guaidó actúe como gobierno, también la gente les está
pidiendo a los diputados y a los dirigentes políticos que actúen libremente
como si estuviésemos en un gobierno democrático”, señala.
-¿Cree que estamos en una
dictadura?
-No solamente estamos en una
dictadura convencional. Este es un gobierno inusualmente dictatorial, porque
tiene un componente peligroso, que es la injerencia extranjera, como la
injerencia de los cubanos. Aquí están los iraníes, la antigua FARC, el ELN.
Aquí están los grupos del terrorismo. Esta es una dictadura con un componente
de injerencia extranjera sumamente tóxica. Es un tipo de dictadura inusual,
nueva, diferente de las que conocemos.
Con tantos años de
experiencia a cuestas, Deutsch considera que el mandatario Nicolás Maduro debe
salir del poder con “todo su componente” y aceptar que la AN nombre un nuevo
Consejo Nacional Electoral y un nuevo Tribunal Supremo de Justicia.
Por su formación como
sindicalista, obligada a conciliar en puntos como cláusulas difíciles, opina
que en la negociación entre gobierno y oposición se debe comenzar “por las
cuestiones más trascendentes”, como la salida de Maduro y otros factores de
poder. También, la liberación de los presos políticos.
-¿Quién gobierna mientras
tanto?
-Nuestro gobierno interino,
Juan Guaidó.
-¿Por qué Maduro aceptaría
eso?
-Porque él está flácido. No
tiene ya el músculo de poder que tenía antes. Tiene una gran desconfianza con
el componente militar, que en apariencia está “dando la vida” por él, pero allí
hay una situación muy conflictiva.
-Usted dice que Maduro no
tiene el músculo para mantenerse en el poder. Pero sigue.
-Él sigue allí, pero le
estás quitando la gordura anterior que tenía. Además, está acorralado, no solo
porque hay medidas externas, sino porque el pueblo, el que acompañó a Chávez,
ya no resiste. Abajo, el pueblo, nos hemos unido todos.
09-07-19
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