Por Eddie Ramírez, 05/08/2014
Un venerable venezolano nonagenario y con problemas de salud, pero siempre activo y ocupado en aportar ideas para salir de este totalitarismo siglo XXI, acaba de dar unas declaraciones magistrales al periodista Enrique Meléndez, en La Razón.
Ojalá nuestros dirigentes políticos, formadores de opinión que escriben en diferentes medios y los ciudadanos de a pie oigamos con atención las prédicas de Pompeyo Márquez y compartamos sus enseñanzas. Este discurso de Pompeyo no es improvisado, sino producto de su gran experiencia de luchador político. Tampoco es nuevo, ya que lo hemos escuchado desde hace años en las reuniones de la Mesa de Reflexión Democrática que coordina Alberto Quirós Corradi.
La unidad de la oposición, hoy un tanto resquebrajada, puede consolidarse alrededor de las palabras de Pompeyo, quien con gran sabiduría entiende que para salir de esta dictadura militar no pueden cerrarse las puertas a ninguna hipótesis y que por ello no tiene sentido descalificar las diferentes estrategias.
Copiamos textualmente algunas de sus reflexiones: “Yo no condeno ningún método de lucha”, “Si la MUD no existiera habría que construirla”, “No hay que satanizar a los militares porque los vamos a necesitar para reconstruir al país”, “Venezuela no puede esperar las elecciones del 2019 porque sería un error que le causaría un serio daño al país”.
A un observador que no conozca nuestra realidad, ni las experiencias vividas en estos quince años le podría parecer que Pompeyo quiere quedar bien con tirios y troyanos y por ello no se identifica con determinada estrategia. Quienes hemos participado en esta lucha por la democracia y analizamos las acciones emprendidas en contra del régimen, debemos concluir que, por las razones que fuera y que no son objeto de discusión en este artículo, ninguna ha sido exitosa.
Quienes se han aferrado a la vía electoral lo más que pueden contar como activo es la conquista de unos pocos espacios que no han impedido que el régimen atropelle continuamente todos nuestros derechos. Tampoco se ha logrado que se designen personas idóneas en el CNE, en los tribunales ni en el resto de los Poderes Públicos. Por otra parte, tampoco las acciones de calle ni las huelgas han logrado el objetivo de un cambio de régimen o que el mismo se mantenga dentro de la Constitución.
Hoy el Socialismo Siglo XXI y el presidente de facto están de capa caída, pero todavía tienen recursos para mantenerse en el poder. Por ello es imprescindible que la alternativa democrática construya una unidad amplia y sólida, con un comité ejecutivo que tome decisiones pero escuchando al resto del país. Ya basta de descalificar a la MUD. Esta cumplió una importante labor, aunque no entendió que era hora de hacer algunos cambios en su estructura para dar la pelea política. A Ramón Guillermo Aveledo debemos estar muy agradecidos. Tampoco es aceptable las descalificaciones a los proponentes de ¨La Salida¨, hoy perseguidos por el régimen y un tanto huérfanos de apoyo moral por parte de otros dirigentes políticos, aunque no comulguen con esta estrategia. Querer achacarles la culpa por los caídos como consecuencia de la represión de la dictadura es una perversidad. Quizá la solución no será ¨La Salida¨, ni la ¨Espera¨ hasta el 2019, tampoco la Constituyente, ni un revocatorio, sino que surgirá una vía inédita, como dice Pompeyo, por lo que hay que pelear unidos en diferentes frentes. El Congreso Ciudadano puede ser un medio importante.
Como en botica: No justificamos el aumento de la gasolina mientras los rojos sigan regalando petróleo, financiando proyectos sociales en otros países, derrochando el presupuesto y dando rienda suelta a la corrupción. Vender Citgo más que un error es una estupidez. Algunos dirigentes políticos y de la sociedad civil pecan por preocuparles lo que diga el gobierno, el cual de todos modos apelará a la mentira y descalificación. Por ejemplo, declaran que no es conveniente el retiro de la visa norteamericana a violadores de derechos humanos, cuando deberíamos aplaudir esa medida e incluir a los recientes esbirros que golpearon a Leopoldo, Scarano y a Ceballos. Por la misma razón no rechazan a los terroristas de Hamas y en el pasado no se solidarizaron con declaraciones de Álvaro Uribe, de Martinelli, Cochez y otros en contra del régimen venezolano.
¡No más prisioneros políticos ni exiliados!
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