Por Emma Sánchez
No confundir transición con
revolución es lo que recomienda Nelson Chitty. La MUD tiene que resolver sus
contradicciones, sugiere Alexis Alzuru. No se debe hacer nada a espaldas de la
gente, advierte Nicmer Evans
La oposición venezolana
desarrolla una estrategia dirigida a la realización de un referéndum
revocatorio en el año 2016, mientras que el gobierno batalla por evitarlo. Pero
además del referéndum revocatorio también se discute y analiza sobre una
posible transición.
Para Venezuela las
transiciones no son un fenómeno nuevo. El país ya vivió un proceso de este tipo
luego de la muerte de Juan Vicente Gómez, el 17 de diciembre de 1935. Entonces
el Congreso decidió que Eleazar López Contreras lo sustituiría hasta abril de
1936, pero luego acordó que estaría en la jefatura del Estado hasta 1943. El
mismo López Contreras redujo su mandato de 7 a 5 años.
Otro ejemplo a tener en
cuenta es lo que sucedió en 1958: luego del derrocamiento del general Marcos
Pérez Jiménez, se designó una junta de gobierno formada por civiles y
militares.
Nelson Chitty La Roche: no
confundir transición con revolución
A juicio del experto
constitucionalista Nelson Chitty La Roche, existe el riesgo de confundir
transición con revolución: “Un ademán brusco, tajante, radical de un orden a
otro, no parece una transición, sino que se asemeja a un cambio abrupto que en
política se denomina revolución. Cuando hablamos de transición suponemos un
elemento de diálogo y de amnistía. Hay entre los factores predominantes un
mínimo concierto”.
Considera que para que haya
una transición debería designarse una comisión de la verdad, para analizar los
hechos, sus consecuencias y las responsabilidades de los gobernantes. “Para eso
se establece un concepto clave que se llama justicia transicional”, agregó.
En opinión de Chitty, esto
no puede hacerse con los poderes constituidos porque están sesgados
ideológicamente. Por ende, sería menester crear un dispositivo que no pueda ser
presionado. Como eso es extraordinario, amerita una consideración también
extraordinaria mediante un estado de excepción.
Primero debería ocurrir el
referéndum revocatorio; luego, la elección, seguida por una declaración de
estado de excepción y finalmente la convocatoria a una Asamblea Nacional
Constituyente.
“Para esto tiene que haber
patriotismo, densidad y calidad constituyentista. No hay espacio para
mediocridad”, insistió.
La transición es temporal y
necesita “la organización funcional del aparato político y jurídico que se
instrumentalizará a esos efectos”, puntualiza. Pero además “una transición
puede y a menudo requiere de acciones extraordinarias”, considera, y es por
ello que defiende “la articulación de un dispositivo de justicia transicional,
sin el cual, dada la empresa y sesgo ideológico que obra sobre los poderes
públicos, poco o nada puede hacerse”.
El analista instó al país a
no caer en la tentación de la violencia, “que anda acechando siempre estos
tiempos precarios llenos de tentaciones y cálculos, de atajos y aventuras”.
Alexis Alzuru: la MUD debe
resolver sus contradicciones
Para que se produzca la
salida de Maduro y se inicie la transición “se requiere que la oposición
resuelva sus contradicciones, intrigas y divisiones”, expuso el profesor de
Filosofía Política en la Escuela de Estudios Políticos y doctor en Ciencias
Políticas de la UCV, Alexis Alzuru.
Alexis Alzuru: la MUD debe
luchar por el revocatorio aunque sea en 2017. Foto: Jonathan Lanza
“La resolución de los
conflictos a lo interno de la MUD es una condición que debe satisfacerse
obligatoriamente para desalojar al chavismo del poder. Si este prerrequisito no
se cumple en Venezuela no habrá transición este año ni el próximo”, evaluó.
En ese sentido, el
catedrático afirmó que “las disputas dentro de la MUD hicieron que se perdiera
el mejor momento para negociar con el gobierno. La oportunidad para acorralar a
Maduro mediante un proceso de negociación pasó; ahora, correspondería esperar
otro momento; otro escenario”. A su juicio, “si hoy la MUD negociara o
dialogara con el gobierno conseguiría resultados muy por debajo de los que pudo
haber logrado en mayo o junio de este mismo año”.
“Por supuesto, el gobierno
tratará de forzar algunos encuentros con la MUD. El oficialismo tratará de
presionar para iniciar conversaciones; pues ellos saben que el tiempo de
negociación de la MUD pasó. También saben que después de que el CNE fije la
fecha de recolección del 20% de las firmas, Maduro mejorará su posición de
fuerza y negociación”, agregó.
Su recomendación para la
coalición opositora es que reescriba “su propia narrativa sobre el revocatorio;
es decir, en los próximos días y meses la MUD debería corregir su discurso y
sus argumentos sobre la fecha del revocatorio”.
Alexis Alzuru estima que la
dirigencia opositora “debería invertir mucho tiempo y recursos explicándole al
país que revocar a Maduro en 2017 tendría consecuencias políticas tan
importantes y definitivas para Venezuela que no hacerlo sería un suicidio
colectivo”. La MUD, sostuvo, “debería explicar que el peor escenario para
Venezuela es permitir que Maduro permanezca en la presidencia hasta fines del
2018”.
Alzuru opinó que las
disputas internas de la MUD, así como “las agendas que vienen desarrollando
Henrique Capriles, María Corina Machado y Henry Ramos fueron factores que
hicieron que este año se perdieran las oportunidades de concretar la
transición”. Planteó que los tres dirigentes “deberían comenzar a entender que
Venezuela no necesita candidatos presidenciales, sino líderes comprometidos con
el futuro de la nación”.
Evans: Ninguna acción a
espaldas de la gente tiene futuro
La pregunta clave para
Nicmer Evans, dirigente de Marea Socialista y politólogo, es ¿cuál
transición? “El problema de hablar de transición es que hay que definir de qué
transición estamos hablando, porque algunos se refieren a una transición de
modelo y otros de gobierno”.
El Gobierno no quiere ceder
el poder, afirma Nicmer Evans. Foto: Ángel Dejesús
Para Evans, “lo que está en
tela de juicio en este momento es la posibilidad de que, a través de la
aplicación de un referéndum revocatorio, la mayoría de los venezolanos decidan
sustituir al gobierno. Para esto lo que se necesita son votos a favor de la
salida del Presidente Maduro en el RR”.
Pareciera, según el
analista, “que se están generando una serie de condiciones y negociaciones en
función de que estos cambios no sean abruptos, y por eso pienso que hoy hay una
condición política que dificulta la posibilidad de que los mecanismos
constitucionales se ejerzan de manera adecuada para que haya un cambio de
gobierno de manera regular en el país”.
Hay evidencias claras “de
que el gobierno no quiere ceder el poder a pesar del nivel de ilegitimidad que
vive”, añadió Evans.
El politólogo advierte que
“ninguna acción política de espaldas a la gente tiene futuro en el país,
llámese como se llame: transición, referéndum revocatorio, negociación,
acuerdos, pactos o diálogo”.
Si se negocia una transición
“en la que ya se está planificando el nombre del próximo vicepresidente”, y
“sobre esto se vea como se genera toda una tramoya en función del mantenimiento
y control del poder por parte de un sector del gobierno, y la posibilidad de
que una parte de la oposición acceda también al poder en esa transición”, el
acuerdo estaría condenado al fracaso.
Evans piensa que una
transición “tiene que pasar por el ejercicio del referéndum revocatorio para
que las negociaciones y los acuerdos a los que se llegue se hagan en función de
la opción de salir o no del gobierno, y después se presente una opción
electoral al país para salir de la crisis”.
Como dirigente de Marea
Socialista, Nicmer Evans sostiene: “La transición fundamental en este momento
no es nada más de cambio de gobierno, es de cómo salir de la crisis que agobia
a la gente”. Esta es, aseguró, “la verdadera transición que el pueblo
venezolano está esperando en este momento, y para eso debemos debatir, discutir
y analizar entre todos los sectores”.
19-09-16
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