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domingo, 4 de septiembre de 2016

Maduro en su soledad por @LeoMoralesP


Por Leonardo Morales


Dos citas, par de encuentros se dieron en Caracas el 1 de septiembre (1S). Uno de ellos, en la Av. Bolívar, exactamente donde se realizaban los mítines cuartos republicanos en tiempos de campaña electoral. Una avenida que puede albergar no más de 80 mil personas aunque por lo general sus organizadores terminan por atapuzar de millón y tanto de asistentes donde no caben. Imposible pero el papel aguanta todo y las palabras no se quedan atrás. Allí invitó Maduro tímidamente a sus pálidos seguidores.

La otra cita, “La Toma de Caracas”, fue ciertamente eso. Desde temprano ciudadanos de Antímano y Chacao, del 23 de Enero y Baruta, de cada parroquia del municipio Libertador y de los municipios de Miranda, caminaron con entusiasmo por la calles de Caracas. Cumplir cívica y democráticamente con lo convocatoria de la MUD fue su objetivo. La ciudad toda fue suya, la caminaron a placer. NI entraron ni salieron. Toda Caracas fue tomada por los ciudadanos que buscan un cambio político y la mejor forma, la más explícita, fue hacerse dueños de lo que unos desquiciados pretenden arrebatarle.

¿Golpes de qué?

Desde temprano el terror se apoderó del gobierno. Recurrió al expediente del golpe de estado, histéricos se desgañotaban anunciado que los quieren tumbar. La temblequera les duró, tal como había sido establecido, hasta las dos de la tarde. La marcha transcurrió pacíficamente y nadie intentó tumbar a Maduro. En fin de cuentas, los gobiernos caen cuando su legitimidad raya en lo ridículo, cuando su base de apoyo no puede llenar espontáneamente la pequeña, muy pequeña, Plaza Caracas. Y cuando eso no ocurre es porque el gobierno se aferra al poder a través de mecanismos no democráticos y violando las disposiciones constitucionales. Quizá ante semejante evidencia Zapatero llegó intempestivamente al país y huyó de igual manera.


En Venezuela los tiempos de golpes acabaron. Ninguno ha triunfado desde que se instauró la democracia. Fracasaron el Porteñazo, el Carupanazo, Chávez, Odreman y Visconti, además del Carmonazo. Ninguno gozó del respaldo suficiente para hacerse del poder por lo que los atajos de esa naturaleza no parecen tener mayor futuro y, en eso, los sectores democráticos venezolanos han aprendido y transitan la ruta institucional, independientemente que sus adversarios, de escasas convicciones democráticas, siembren de trampas y obstáculos el camino.

Qué dijo el 1S

La Toma de Caracas deja datos que deben ser leídos adecuadamente por todos: la más importante tiene que ver que la mayoría de los venezolanos aspiran un cambio en paz y democráticamente, además, los ciudadanos están dispuestos a respaldar a la oposición siempre que actué unitariamente, sin atropellos y sin improvisaciones.

Las energías esparcidas por Caracas deben servir para dar el impulso definitivo para disponer, a finales de octubre, de las manifestaciones de voluntad necesarias para aspirar a revocar a Maduro en la fecha que sea. A Maduro hay que revocarlo porque es una aspiración nacional que el 1S el pueblo decretó de manera inequívoca.

Por otro lado, el gobierno muy solo, extremadamente solo, deberá medir las consecuencias de sus dislates autoritarios. La privación de libertad de dirigentes opositores, particularmente la de Carlos Melo, debe cesar de manera inmediatamente.

03-09-16




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