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sábado, 10 de septiembre de 2016

¿Qué deseamos los cooperativistas de un nuevo gobierno?


Por Carlos Molina Camacho


Pareciera que el periodo político que inició el Presidente Chávez está llegando a un punto en que le dará paso a otro gobierno.

La nueva administración debe abandonar totalmente las estrategias políticas y económicas que han caracterizado a los presidentes de ese periodo (Chávez y Maduro), pues por sus frutos se sabe si un árbol es de buena calidad o no. Los frutos actuales son muy amargos…

Los cooperativistas creemos que el gobierno que se instale próximamente debe estar  alejado del populismo. Tal vez habría que mantener las misiones por un corto lapso  pero se debe estimular el trabajo como medio para ganarse el pan con el sudor de la frente. Es esto lo que dignifica y enaltece al hombre. No las limosnas recibidas del gobernante de turno que por ellas exigirá una contraprestación en sumisión y obsecuencia.

Deben limitarse las expropiaciones a los casos que sean de verdad necesarios para los intereses nacionales, y siempre cumpliendo las leyes correspondientes, no más confiscaciones, se debe ponderar la posibilidad de ceder esas empresas expropiadas a los colectivos obreros organizados en cooperativas, para su administración, siempre y cuando sean debidamente capacitados para ello.


Habría que estimular el sector privado de la economía, dándole oportunidad a los capitales nacionales y foráneos para que den un fuerte impulso a la producción nacional, sin las constantes amenazas e interferencias del presente. Respetando, claro está, las normas legales relativas al trabajo y las que tienen que ver con los impuestos a las ganancias.

En ese sector privado habría que mencionar no sólo a las empresas mercantiles sino también a las de carácter social, como las cooperativas. No únicamente las cooperativas de producción de bienes o servicios, sino las de distribución de tales bienes o servicios (consumo de alimentos y otros rubros, ahorro y préstamo, viviendas, educación, salud, electricidad, telefonía, etc.), que siendo privadas son de naturaleza colectiva y sin fines lucrativos. Lo mismo podría decirse de las mutuales y asociaciones civiles.

El nuevo gobierno debe preservar la libertad de los medios de comunicación social, tan atropellados en esta época, que pueden ser de inmensa ayuda para aportar soluciones a los problemas de variada naturaleza que se presentan en la sociedad. Dejando a salvo las normas penales relativas a la responsabilidad con que deben actuar.

La próxima administración debe erradicar las persecuciones a los que piensan de modo diferente a los que gobiernan, nota ésta distintiva de los gobiernos autoritarios y dictatoriales.

Desde el punto de vista de la seguridad personal son muchos los cambios que se precisan. Ya es intolerable la situación a ese respecto. Se debe desarmar a la población de un modo efectivo. Debe pensarse  en la posibilidad de conceder al sector privado la administración de ciertas cárceles. Implementar un plan de educación y formación profesional a los privados de libertad, enseñándoles los principios y valores del sistema de cooperativas a fin de que evalúen la posibilidad de formar empresas de ese tipo, tanto durante su periodo de reclusión como una vez adquirida la libertad.

Hemos oído decir que en nuestra hermana República Dominicana está en operación un sistema carcelario que ha dado muy buenos resultados. ¿Por qué no aprovechar esa y otras experiencias para modernizar nuestros recintos carcelarios y en general reformar todo nuestro sistema penal?

Los militares deben volver a sus cuarteles y cumplir  las atribuciones que les confieren la CB de V, sobre todo la seguridad y vigilancia de nuestras fronteras. Abstenerse de hacer política, de conformidad con el art. 328 de la Carta Magna. El hecho de que la Constitución les obligue a participar activamente en el desarrollo nacional no significa ello que pueden tener militancia política, lo que está terminantemente prohibido, de conformidad con la citada norma.

Deben aplicarse penas máximas a los funcionarios que incurran en actos de corrupción. Una de las mayores lacras tanto en este gobierno como en los anteriores ha sido la corrupción. Se han perdido astronómicas cantidades de dinero que pertenecen al pueblo, por los vericuetos de ese terrible flagelo sin que haya habido castigo ejemplar para los corruptos.

Nuestro Libertador en decreto firmado en Lima, Perú (1824), establecía lo siguiente: “Todo funcionario público, a quien se le convenciere en juicio sumario de haber malversado o tomado para sí de los fondos públicos de diez pesos arriba, queda sujeto a la pena capital”.

Si se produjere una recuperación de los precios petroleros habría que obligar al gobierno a que destine un alto porcentaje de lo percibido por ese concepto a un fondo intocable, so pena de gravísimas sanciones, para encarar las épocas de bajos precios, al igual que lo han hecho otros países petroleros, como Noruega y algunos del Golfo Pérsico.

Es imperdonable que el venidero gobierno cometa los mismos errores que el actual en lo tocante a todos esos aspectos –entre otros-  de la administración pública que hemos mencionado.  Los venezolanos debemos estar alertas en ese sentido. De todos nosotros depende que si los próximos gobiernos hicieren las  cosas mal hechas sean debidamente enjuiciados.  

Bolívar decía (1828) “La corrupción de los pueblos nace de la indulgencia de los tribunales y de la impunidad de los delitos, Mirad, que sin fuerza no hay virtud, y sin virtud perece la República”.

Ex Superintendente Nacional de Cooperativas


09-09-16

http://www.talcualdigital.com/Nota/132573/que-deseamos-los-cooperativistas-de-un-nuevo-gobierno


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