Un problema habitual de los grandes programas y
agendas de desarrollo y sostenibilidad, y en general de la mayoría de
actuaciones en las que intervienen o se ven afectados diversos sectores o
niveles de decisión, se encuentra en el abordaje de forma compartimentada, en
la falta de una concepción holística tanto en el diseño como en la
implementación de los programas.
En estos casos cada uno mira a lo suyo, a su
responsabilidad, y lo demás "no es de mi competencia", no
cayendo en la cuenta de que las decisiones que tome, y las que tomen otras
personas y entidades de otros ámbitos, están interconectadas, y por tanto
deberían ser abordadas de forma integral y coordinada.
Se podrían citar un sin fin de ejemplos en los que
esto sucede, pero si existe un ámbito en el que ocurre con demasiada frecuencia
a nivel nacional e internacional es en lo relacionado con el agua.
Ahora tenemos una oportunidad para abordar los
problemas relacionados con el agua de forma integral y coordinada, a través de
los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), a nivel nacional y global. Los
retos son muchos y las relaciones
de todos los ODS con el agua son indiscutibles, como también es clara la relación
del ciclo del agua con esta Agenda. Como vemos en la figura siguiente, las
8 metas del Objetivo 6 y la meta 11.5 conforman una estructura de acciones con
el ciclo del agua como hilo conductor, en donde queda en evidencia que agua,
vida y sostenibilidad forman parte del mismo ciclo.
Quizá sería bueno tener una imagen como ésta en el
despacho de las personas tomadoras de decisiones en todos los niveles y
sectores relacionados con el agua...
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