Freddy Paz 19 de mayo de 2017
Los
venezolanos necesitamos asumir un cambio de actitud ante la cruda realidad que
golpea nuestra cara. Son muchas las diferencias que existen, cuando hacemos
análisis comparativos con otros países.
En el
mundo hay países pobres y ricos, y entre ellos hay diferencias que no están
determinadas por su fundación, ni por el tamaño geográfico o poblacional, ni
por los recursos naturales y materiales con los que cuentan.
La
gran diferencia sin duda estriba en la actitud de sus ciudadanos. Y soportamos
nuestra apreciación, basados en ejemplos concretos: India y Egipto, países de
tradición histórica están sumidos en miseria y hambre; mientras otros países
mucho más jóvenes como Australia y Nueva Zelanda son modelo de progreso y
riqueza. Siendo la gran diferencia, la actitud de sus ciudadanos y gobernantes.
Y aquí
surge entre nosotros preguntas, inquietudes, motivos y razones, por los cuales;
Venezuela, con grandes riquezas naturales, materiales, y humanas. Tierra
bendecida por Dios; llegó a éstos extremos que estamos viviendo.
Hoy
nuestra nación debería ser uno de los primeros países del mundo, modelo de
progreso y riqueza.
El
común denominador de los países desarrollados, sus sistemas sociales están
enmarcados dentro de estrictas escalas de valores; como la moral, la ética, el
orden, la honradez, el respeto, el cumplimiento de las normas, la
responsabilidad individual y el deseo de superación personal.
Pero
cuando desde el poder, la actitud de los gobernantes es otra, como sucede en
Venezuela, dónde el caos se apodera de nuestro destino, dándole privilegio a la
mediocridad, al clientelismo político, a la violencia, a la corrupción; los
resultados no pueden ser otros; que miseria y hambre.
Tristemente
la clase gobernante ha subvertido los valores, oprimiendo por la fuerza la
voluntad de las mayorías en beneficio de unos pocos, cuyos objetivos de
progreso y riqueza no son para el la colectividad, sino para pequeñas cúpulas
que controlan el poder gubernamental.
A un
pueblo como el nuestro, al cual los representantes del estado le cierran todas
las oportunidades de progreso, haciéndoles creer que su esfuerzo individual no
tiene valor más allá de su soporte en lo político, que no debe ser dueño de
nada porque el estado se encargará de sus necesidades, pués sencillamente se le
está arrebatando la esperanza y un mejor futuro.
Lo que
nos convoca a todos a generar un cambio de actitud positiva, ante el marasmo, la
eterna espera por las limosnas que provea el gobernante de turno, dueño de todo
y de todos.
No
aguantamos más, necesitamos sin duda un cambio en el sistema político
venezolano, que facilite la implementación de medidas sociales y económicas que
vayan en beneficio de la recuperación lo más urgente posible de la estabilidad
política, económica y social del País. Pero también es urgente un cambio de
paradigma para hacer que nuestros ciudadanos recobren la esperanza y el deseo
de superarse, basado en los valores fundamentales para que la actitud
individual y colectiva esté orientada al bienestar nacional. Solo así
lograremos tener el país que todos los venezolanos nos merecemos.
Freddy
Paz
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