sábado, 6 de mayo de 2017

“Desafiemos la dictadura”, por @fariasjoseluis



José Luis Farías 05 de mayo de 2017

Corto y Picante:

La convocatoria a una Constituyente es un recurso de Nicolás Maduro para ganar tiempo pasando a la ofensiva con la iniciativa política. La idea viene en combo con la acentuación de la represión y la infiltración de las movilizaciones.

La represión para desmovilizar, desorientar y desesperanzar al pueblo.

La infiltración para sembrar violencia con el objeto de deslegitimar la protesta popular y legitimar la represión.

Es una estrategia del régimen para enajenarnos el respaldo de los sectores más pasivos de la población, presentarse como víctima, alejar el respaldo internacional y aquietar las agitadas aguas de la presión internacional poniendo sobre la mesa un planteamiento en apariencia electoral y democrático.

Un plan al que la Fiscal le dio un golpe severo al afirmar en un medio internacional que “No podemos demandar comportamiento pacífico y legal a los ciudadanos si el Estado toma decisiones no acordes con la ley”.

El plan del régimen es un entramado, una puesta en escena de invencibilidad. El propósito es sembrar la falsa sensación de minusválida e impotencia en la población enfatizando un clima de que tiene la pelea ganada cuando es todo lo contrario. Es un viejo recurso de los tiranos en sus últimos días. Recordemos a guisa de ejemplo solo los casos de Ghadafi y Hussein quienes se presentaban como invencibles y perpetuos o el de Noriega en Panamá blandiendo el machete.

Por fortuna ahí están nuestros jóvenes, valientes, arrojados, decididos, construyendo con hidalguía y convicción una historia con maravillosos rasgos épicos cuya sangre derramada no será en vano.

Además, no todo es perfecto para Maduro. Su plan presenta grietas demasiado visibles. Lo improvisó con extrema torpeza. Así quedó evidenciado en las contradicciones de su discurso sobre el tema primero en la avenida Bolívar con lo dicho luego en la alocución al país frente a su séquito sobre Constituyente Obrera y Constituyente Comunal. Los rostros de sujetos como Aristóbulo, Ernesto Villegas y otros fueron muy reveladores.

Nadie llama a una Constituyente desde una posición de debilidad como la de él a menos que quiera crear una falsa idea de fortaleza. Desde su culillo más intenso, Maduro ha lanzado una propuesta desesperada para darle cohesión a sus esmirriadas huestes resucitando la carta ganadora de Chávez en 1999.

A Maduro hay que atraparlo en su propia trampa. Pese a estar formulada en términos inconstitucionales y de abuso de poder, a la convocatoria a Constituyente hay que darle también una respuesta en términos de desafío político, sin que ello merme ni un ápice la movilización de calle de los venezolanos.

Eso sí, reorientando la calle hacia una fase breve pero intensa de asambleas populares en comunidades, centros de trabajo, casas de estudio, en todos los espacios posibles para debatir y construir esa respuesta y salir luego a imponerla en la lucha de calle.

Al respecto comienzo este debate poniendo de manera sencilla la presente idea: desafiemos al gobierno a ir a un referéndum para aprobar las bases comiciales, impongamos esa exigencia luchando en la calle.

P.D. A Maduro y su pandilla, no vayan a recular como hicieron con el revocatorio, porque además de piratas la historia los registra como cobardes.

José Luis Farías

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