Por Xabier Coscojuela
La decisión del presidente
Nicolás Maduro de convocar una Asamblea Nacional Constituyente para lograr la
paz en el país va en contravía con ese objetivo tan loable que dice querer
alcanzar.
El país no requiere de una
Constituyente para lograr la paz, requiere que el gobierno de Maduro respete la
decisión que el pueblo venezolano tomó el pasado 6 de diciembre de 2015. Ese
día la mayoría de los electores tomó la determinación de darle un cambio al
camino que llevaba el país.
Sin embargo, el Gobierno
hizo como siempre ha hecho cuando los resultados electorales no le son
favorables. Reconoce cómo votó la gente, pero no acepta las consecuencias de
esa decisión.
Ejemplos sobran, basta citar
lo ocurrido con la Alcaldía Metropolitana de Caracas, o con las tres
gobernaciones que ganó la oposición a las cuales les colocó un
"protector" para birlarle y burlarle sus competencias.
Un expresidente mexicano
dijo hace ya muchos años que el respeto al derecho ajeno es la paz.
Parafraseándolo podemos decir que el respeto a la decisión de los electores es
la paz.
Maduro y el cogollo que lo
acompaña no aceptan eso.
Pretenden imponerle a la
mayoría de la población el proyecto de país que la mayoría de quienes les acompañan
comparten. La trampa de la propuesta que están haciendo está en las bases
electorales de esa convocatoria.
Los hechos dicen más que las
palabras en este caso también. Ya en 1999 impusieron unas condiciones para la
elección de los diputados de aquella Asamblea Nacional Constituyente en la cual
la minoría, que no era tan pequeña porque se acercaba al 40% de los que
votaron, apenas fue representada por seis -4,5%- de un total de 131 diputados.
En aquel tiempo la mayoría
apoyaba al "proceso" y aun así acordaron un sistema que potenciaba
ese respaldo. Hoy la situación es completamente distinta y por eso tienen
elaborado ya una propuesta para con la minoría de los votos obtener la mayoría
de los representantes a esa Constituyente. Por eso hablan de elegir representantes
por sectores.
Lo propuesto por el Gobierno
cierra cualquier salida electoral, aunque parezca contradictorio, pues para
ello se está llamando a la gente a votar. El diseño que tienen les dará más
votos a unos ciudadanos que a otros. Si no es de esa manera, es imposible que
el Gobierno gane la Constituyente y sea mayoría en ella.
Con una decisión de ese
calibre lo menos que puede lograr el país es la paz que dicen buscar desde el
Gobierno. Desconocer a la mayoría lo único que puede potenciar es la
inestabilidad que ya hay hoy. Desde la oposición se debe medir muy bien la
respuesta a dar. Es momento de actuar unidos y con el mayor consenso posible,
atrayendo a todos los sectores que no aceptan el diseño antidemocrático que
adelanta el cogollo gobernante para enfrentarlo. Las agendas personales que
tanto daño han hecho estos últimos meses esperamos que sean dejadas de lado de
verdad.
Esperamos estar equivocados
pero todo nos indica que de concretarse la Asamblea Nacional Constituyente tal
como la planifican desde el Gobierno, la violencia puede hacerse mucho más
presente de lo que ya está en la vida del país. Pues la mayoría de los
venezolanos no va a permitir una dictadura como la que quieren imponer.
06-05-17
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