Por Carlos Romero M., 28/04/2017
La protesta cívica y pacífica no
es un delito y su control no puede ser una represión desmedida. Así lo
advirtió, a través de un Comunicado, el Presidente de la Conferencia Episcopal
Venezolana, Arzobispo Diego Padrón, quien, además, agregó que las marchas
cívicas deben ser libres sin más restricciones que las que derivan del deber de
respetar la vida, la propiedad y el bien común[1].
De manera categórica, la
Conferencia Episcopal Venezolana recuerda que cuando el Estado o el Gobierno
desconocen o irrespetan los derechos, simplemente deja de ser un Estado
democrático y pierde su legitimidad en su desempeño, pues deja de cumplir su
función de defender a todos los ciudadanos independientemente de su ideología
política.
La represión no encontró aliado,
según registra la historia, en la transición que le correspondió conducir
Eleazar López Contreras, luego de la muerte de Gómez. En el libro Páginas para
la Historia Militar de Venezuela, López Contreras relata que esa transición fue
compleja, hubo hechos violentos que se expresaron a través de movimientos
reaccionarios que en todo el país no se redujeron a pacíficas manifestaciones,
sino que llegaron a hechos de inusitada violencia.
Hubo situaciones difíciles de
ruptura del orden público en Maracay, Barquisimeto, Maracaibo, San Cristóbal,
Barcelona, Cumaná, Asunción, Valencia, San Felipe, Maturín, Acarigua, que sólo
con tropas regulares, relata López Contreras, logró sostener aquellos gobiernos
estadales que el pueblo quiso destituir o que pedía con violencia
revolucionaria que fueran reemplazados por indeseables.
Aquella crisis también estuvo
acompañada de saqueos a casas particulares, a establecimientos mercantiles, que
más adelante tuvo que indemnizar la Nación. Cuenta López Contreras que hubo una
manifestación cívica, presidida por hombres de ciencia, letras, comercio y
estudiantado, que se esperaba fuera pacífica, pero que como efecto de un
centenar de radicales exaltados, se transformó en un acto de delincuencia
contra la sociedad, agravado por las características de premeditación y
alevosía.
Reconoce López Contreras, que la
situación militar en aquella transición fue difícil, pues en el seno del
Ejército había rivalidades o aspiraciones contrarias a la unidad de mando, ello
como resultado de influencias familiares y de insinuaciones de presuntos
caudillos militares o políticos, que esperaban con la anarquía alcanzar sus
probabilidades a la conquista del poder.
El paso de la dictadura gomecista
a un nuevo modelo político logró ser exitoso gracias al apoyo de un Ejército,
que describe López Contreras, tuvo que demostrar fuerza moral frente a la
huelga de telegrafistas, de petroleros en Maracaibo y la que se realizó en
Caracas en junio 1936.
López Contreras siempre calificó
su gobierno como un Régimen Bolivariano y nunca dudo en expresar su admiración,
respeto y compromiso con los ideales de Bolívar, pero en el desafío que
significó la transición política luego de la muerte Gómez, hubo además del
Ejército, su compromiso de actuar con serenidad de ánimo y firmeza de
principios y de acción. Estaba consciente que la Democracia reclamaba un
espíritu de comprensión, serenidad y tolerancia. Como Oficial del Ejército y
como Mandatario de Venezuela, no he querido por ningún respecto ejercer ningún
acto de represión, fueron palabras que dirigió López Contreras a los
venezolanos un 29 de junio de 1936[2].
Años atrás, específicamente en
1928, López Contreras ere Jefe de la Guarnición en Caracas y tuvo que enfrentar lo que calificó la rebelión
de los estudiantes, que vino acompañada de una huelga en respaldo y
solidaridad, frente a la cual asumió una actitud, que calificó de prudente, al
ordenar no disparar contra el pueblo y su estrategia fue buscar en la política
una solución a la crisis, rechazando la violencia para tal fin[3]. En ese momento,
1928, reconoce López Contreras que el Ejército sirvió a los intereses del
gobierno y del país, mejor que muchos otros actores.
Luego de 80 años, otro gobierno,
que se califica también Bolivariano y que se esmera en vender la imagen de
compromiso en las ideas bolivarianas, le abre espacio a la represión como forma
de enfrentar la crisis social, política y económica que genera protestas en la
población venezolana.
En este caso, otro hombre,
también soldado, asume desde el Ministerio de la Defensa una postura que parece
justificar la represión, argumentando que hay una supuesta manipulación de ese
término y advirtiendo que no puede calificarse como represión, la acción del
Estado orientada a la restitución del orden público, postura que asumió también
en el 2014[4], en el marco de la
crisis de guarimbas en San Cristóbal, y que nuevamente rescata en el marco de
las protestas del año 2017, dejando expresamente registrada esa posición en el
Comunicado Oficial del Ministerio de la Defensa del 18 de abril de 2017[5].
Vladimir Padrino López, actuando
como Ministro de la Defensa, en las protestas del 2017 parece haber olvidado
que tres años atrás, en la crisis de las guarimbas en San Cristóbal, mediante
una declaración pública, había reconocido, como Jefe del Comando Estratégico
Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, que participar en
protestas pacíficas y sin armas era un derecho constitucional y que el Estado
tenía la obligación de garantizar los derechos del pueblo.
Entre Padrino y López Contreras,
no se pretende hacer comparación alguna. Si bien ambos coinciden en su cualidad
de soldados, hay enormes diferencias entre uno y el otro, fundamentadas
principalmente en las virtudes personales y ejemplo de vida de Eleazar López
Contreras, a quien calificaron como el Soldado Ciudadano.
Una de esas diferencias tiene que
ver con la intolerancia que refleja el Ministro de la Defensa, principalmente
en el Comunicado Oficial del Ministerio de la Defensa del 18 de abril de 2017,
en cuyo contenido deja clara su posición parcializada frente a la crisis
política venezolana, reclamando que quienes supuestamente violaron
inescrupulosamente la falsa democracia del pasado, hoy no pueden hablar de
respeto a sus derechos.
En ese Comunicado Oficial, fija
posición y acusa a algunos Diputados de estar obstaculizando la gestión del
Poder Ejecutivo y ponerse de espaldas a la constitución; pero defiende un
modelo político en cuyo contexto califica a la Fuerza Armada Nacional de
antiimperialista, chavista, y frente al adversario afirma que ellos, los mismos
de siempre, “no volverán”. Con esas expresiones, entre muchas otras, Padrino
López se aleja de una posición institucional y lo coloca como un actor que
genera desconfianza como garante del respeto a los derechos del pueblo,
independientemente de la ideología política.
A diferencia de esa posición
intolerante y parcializada, un 29 de septiembre de 1936, López Contreras,
siendo Presidente, propone la necesidad de un bloque de resistencia contra
todos aquellos actos contrarios a los principios republicanos democráticos, no
de una parcialidad política, y reconoce que la resistencia debe ser dentro de
la Ley, insistiendo ante los Venezolanos que como autoridad, siempre insistiría
en recordar que no ha querido y ni quiere represiones[6].
En aquel momento, en el marco de
ese llamado al bloque de resistencia, plantea que frente a los comunistas, él
ha tenido la facultad legal para expulsarlos, pero reconoce que esos comunistas
de aquella Venezuela estaban mal guiados, mal encaminados y que volverán al
camino, una vez que lleguen a oír la palabra patriótica. Para López Contreras,
aquellos que eran adversarios políticos, todavía les reconocía una oportunidad
para corregir y confiaba en que muchos lo harían cuando lograran experimentar
que efectivamente el bloque de hombres de bien era mucho mayor en el país. Es
esta una posición que expresa el respeto por las diferencias, el reconocimiento
del otro como individuo.
Si Padrino López, en el ejercicio
de sus funciones y con el Poder Político que detenta, asumiera esa resistencia
dentro de la Ley, lejos de denunciar ligeramente a algunos diputados de dar la
espalda a la Constitución y obstaculizar la gestión del Ejecutivo Nacional,
como lo hace en el comunicado del 18 de abril, tendría que reclamar al
TSJ las sentencias 155 y 156, y cuestionar a ese mismo TSJ de obstaculizar las
funciones del poder público autónomo e independiente del Poder Legislativo.
Dos hombres, dos venezolanos, dos
soldados y en consecuencia dos militares con poder político: uno logró grandes
cambios políticos, dejó un ejemplo en actuación ciudadana y militar, en sus
manos la legitimidad de un gobierno no se quebró, no se debilitó; el otro, se
hizo cómplice de un gobierno ilegítimo, de la negación de los derechos
políticos y de la ruptura del hilo constitucional.
[1] Revista SIC. Los venezolanos
exigimos el respeto de nuestros derechos civiles y a todos nuestros derechos.
20 de abril de 2017. Online en:
[2] López Contreras, Eleazar.
Respuesta al Frente de Defensa Nacional. 29 de septiembre 1936. En: Gobierno y
Época del Presidente Eleazar López Contreras (1935-1941). Tomo 17. 1988
[4] Minci.gob.ve. Padrino López, el termino represión está
siendo manipulado por la derecha venezolana. 30 de marzo de 2014. Online en:
[5] Mindefensa.gob.ve. Mensaje
del estado superior de la FANB con motivo de celebrarse el día de la milicia
bolivariana del pueblo en armas y de la revolución de abril. 18 de abril de 2017.
Online en:
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