Páginas

martes, 2 de octubre de 2018

Anuncios económicos, por @fernandocaminop




Fernando Camino Peñalver 01 de octubre de 2018

El aumento de los impuestos, la megadevaluación de la moneda, la “sinceración” del valor de los combustibles, un descomunal alza del salario mínimo y la imposibilidad de cumplir la promesa de reducir a cero el déficit fiscal, lamentablemente aumentaron aún más la hiperinflación en nuestro país.

El régimen aumentó el IVA a 16% para la mayoría de los bienes y servicios adquiridos y usados por el consumidor y para el componente del costo de producción de la actividad económica, además subió el ISR  y pechó con un impuesto a las transacciones financieras a determinadas empresa. Aunque esta medida no se percibe directamente en la economía familiar debido al desmedido aumento de la inflación por otros factores, si tiene un impacto económico por lo que genera en los sectores de la producción debido a que suma  un costo más en la adquisición de materia prima e insumos intermedios.

El gobierno elevó el dólar oficial a una tasa de cambio de Bs.f. 6.000.000 por unidad de la moneda norteamericana (una devaluación del bolívar fuerte de un 2.000%) coincidiendo el valor fijado en ese momento con el dólar no oficial. Aquí podemos hacer un paréntesis para resaltar lo irónico del caso: tanto negar al dólar paralelo para terminar usándolo prácticamente como oficial. El salario mínimo pasó de 3.000.000 de Bs.f.  a 180.000.000 de Bs.f., para el momento del anuncio el equivalente era de 30 dólares por mes, tomando en consideración el aumento del valor del dólar no oficial, al día de hoy este aumento representa entre 20 a 18 dólares, un tercio menos de su valor inicial.

Aunque el  aumento salarial fue de 3.364% este no cubre el costo de la canasta alimentaria del mes de agosto: 5.353,92 Bs.S. (535.392.000 de Bs.f.). Con esto no estamos diciendo que el aumento salarial ha debido ser mayor. Reafirmamos que un aumento salarial debe hacerse cuando exista, por lo menos, una relación armónica entre la oferta y la demanda de bienes y servicios, disciplina fiscal y una política cambiaria eficiente y ese no es nuestro caso.

La “sinceración” del precio de la gasolina y del diesel hasta un valor aún indeterminado, tendrá un impacto en el costo  del transporte de insumos y materia prima, así como en el servicio de transporte público. A pesar del prometido subsidio a través del carné de la patria aumentará el nivel de inflación.

La promesa oficial de detener la hiperinflación con las “medidas económicas” anunciadas, está en abierta contradicción con el descomunal aumento salarial y el regalo de bonos a determinados sectores de la población, ya que se aumentará la emisión de dinero inorgánico, como única forma de honrar este compromiso. Debido a esta desacertada medida la inflación está aumentando a niveles superiores al 7% diario. El crecimiento de la emisión de dinero inorgánico ha aumentado la demanda de bienes y servicios, mientras la oferta continua disminuyendo por la caída de la producción nacional y la imposibilidad de importar por falta de divisas debido al desplome de la producción de Pdvsa.

La disminución acelerada de la producción nacional, la caída de las importaciones, la exoneración de impuestos a Pdvsa y a empresas importadoras ha profundizado la brecha fiscal, esta brecha no podrá ser cerrada con el aumento de impuestos y ni siquiera con el aumento de la gasolina. Con una prolongada caída de la producción nacional de más de un 50% a partir de 2014 y la consecuente disminución del consumo,  la recaudación real de impuestos ha disminuido aceleradamente, es por ello que el régimen acude reiteradamente a la emisión de dinero sin respaldo (dinero inorgánico). Un gobierno responsable mantiene una disciplina fiscal, estimula el crecimiento de la economía para que aumente la recaudación de impuesto y no gasta más de lo que recauda.

El régimen, después que creó la grave situación social, económica y política que padecemos, está inhabilitado para enfrentar su urgente solución. Para poder corregir los desequilibrios macroeconómicos que ellos han ocasionado, será necesario, iniciar un plan de generación de divisas con el rescate de las empresas y de los sectores económicos con capacidad para exportar; obtener apoyo financiero internacional,  reestructurar la deuda externa e instaurar la confianza que emane de un Estado Democrático que estimule la propensión invertir y a producir en nuestro país.

El apoyo financiero internacional es crucial para corregir los desequilibrios macroeconómicos, impulsar el desarrollo económico y social de la nación y para  solucionar con urgencia la crisis humanitaria que nos azota. También será fundamental para rescatar a Pdvsa y la generación de energía eléctrica, la infraestructura de los servicios públicos e igualmente para reactivar al sector productivo privado y el desarrollo social. La inversión para el rescate de Pdvsa y de otras actividades con capacidad exportadora es indispensable para restablecer el flujo necesario de divisas.

El apoyo financiero internacional, el restablecimiento del flujo necesario de divisas, así como el funcionamiento normal del Estado Democrático, la garantía de seguridad jurídica,  el diseño y la aplicación de políticas públicas que armonicen el desarrollo del sector público y del privado, serán garantías para la reestructuración de la deuda externa que nos permita una holgura financiera para poder desarrollarnos y rescatar el bienestar de nuestra nación.

No hay una nación como ésta, que tenga todos los recursos para desarrollarla y darle el bienestar pleno a toda su población. Fuera de nuestra frontera muchos venezolanos  lo están experimentando amargamente. Por eso es que vamos a rescatar nuestro país donde cada uno de nosotros tendrá la oportunidad de aportar todo lo que pueda y mucho más.

Fernando Camino Peñalver

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico