Idafe Martín Pérez 08 de octubre de 2020
@IdafeMartin
- "El jefe de
la misión a Venezuela informó a los ministerios de los Estados miembros”
- El jefe de la
diplomacia europea defiende la necesidad de dialogar con la oposición y
con el régimen
Las cristaleras de la planta 12 del Berlaymont,
zona noble de la sede central de la Comisión Europea en Bruselas,
dejan pasar los primeros rayos después de días de lluvias y vientos. Josep
Borrell, el Alto Representante para la Política Exterior de la Unión Europea, concede
entrevistas horas después de un bronco debate en el Parlamento Europeo.
Venezuela, por enésima vez, centra la atención de los
eurodiputados españoles, que coparon un
debate (13 de los 23 intervinientes). Los del Partido Popular y
Ciudadanos atacan a Borrell por haber enviado una misión diplomática a
Venezuela que consideran “semi-clandestina”, en palabras de la
eurodiputada popular Dolors Montserrat. Jordi Cañas, de Ciudadanos,
directamente acusa a Borrell de mentir en sede parlamentaria.
Borrell recibe a NIUS a última hora
del miércoles.
Maduro no acepta su petición de retrasar las
elecciones legislativas de diciembre para dar tiempo a organizar una misión de
observación electoral europea. ¿Por qué cree que no acepta el aplazamiento?
No era aplazar por aplazar. Lo que quiero saber es en
qué condiciones se celebrarían esas elecciones. Las condiciones actuales no son
suficientes para enviar una misión de observación electoral. Capriles dijo que
él estaría dispuesto a presentarse si las elecciones fueran distintas y el
aplazamiento tenía dos objetivos: negociar unas condiciones que permitan a la
oposición presentarse y preparar una misión de observación electoral. Pero
aunque tuviéramos tiempo no mandaríamos una misión de observación electoral si
previamente no se dan unas condiciones que ahora no se dan.
Condiciones que tiene que aceptar la oposición.
Siempre habrá alguien que no lo acepte, pero sí, una
gran parte de la oposición tendría que aceptarlas.
Cuando usted o sus enviados dialogan con el régimen,
¿lo hacen con el acuerdo de la oposición?
Yo no he llegado a hablar directa y personalmente con
el señor Capriles hasta hace muy poco. A partir del momento en que Capriles
anuncia que él, que ha estado negociando por su cuenta, estaría dispuesto a
presentarse, yo hablo con él. Hasta entonces sólo había hablado con el G4. En
el curso de estas conversaciones les preguntamos cuáles son las condiciones
mínimas que ustedes quieren para presentarse. Y nosotros las presentamos al
Gobierno. Me dieron cinco puntos que transmití al Gobierno y que estuve
discutiendo con ellos. El Gobierno discutía por un lado conmigo y por otro con
Capriles. Guaidó entonces, en agosto, ya dijo que daba por cerradas las
negociaciones porque consideraba que no se daban las condiciones. El Gobierno
nunca dio una respuesta concreta y precisa a las condiciones de la oposición
que le hicimos llegar pero sí demostró una cierta voluntad de ver si era
posible acercarse a esas posiciones, que es lo que pedía Capriles.
¿Hay división en la oposición sobre la oportunidad de
negociar o sobre unas posibles elecciones?
Está claro que las hay. Capriles ha venido diciendo
que en determinadas condiciones valía la pena presentarse. Y Guaidó no veía
esas condiciones en ningún caso. Estamos en un dilema. Mira Bielorrusia. Las
elecciones en Bielorrusia no fueron libres y justas, eso lo sabíamos todos. La
posición en Bielorrusia se presenta, a pesar de todo y sabiendo que el juego
está trucado. ¿Se puede decir que al hacerlo blanquea o legitima a Lukashenko?
No. Está presentándose para poner en evidencia que las elecciones están
trucadas.
¿La división entre Capriles y Guaidó dificulta la
política europea hacia Venezuela? ¿Sería más fácil dialogar si Capriles y
Guaidó estuvieran unidos? El primero parece más abierto a negociar que el
segundo.
Yo vi una entrevista larga del señor Capriles en el que
explica su argumento. Dice que no presentarse a las elecciones es un error y
que en determinadas condiciones, no en estas, más vale presentarse para ocupar
el espacio político. En cambio al señor Guaidó lo hemos visto expresarse en
términos totalmente distintos, diciendo que el boicot a las elecciones es parte
de su programa de acción. Es una disyuntiva.
¿Usted cree que tienen que presentarse a las
elecciones en estas condiciones?
No, ya dije en agosto que las condiciones no estaban
dadas para justificar presentarse. El señor Capriles dice lo mismo. Es que ni
siquiera se puede presentar porque está inhabilitado.
Usted envió a dos diplomáticos a Venezuela.
Era ya la cuarta misión a Venezuela.
El Partido Popular y Ciudadanos dicen que fue una
misión clandestina y secreta. ¿Avisó a los ministros de Exteriores antes de
enviar la misión?
En el Consejo de Ministros de Exteriores les dije a
los ministros que íbamos a seguir en contacto con el Gobierno venezolano a
todos los niveles, que íbamos a intentar negociar para llegar a un acuerdo para
posponer las elecciones.
¿A ningún ministro le pareció mal?
A ninguno. Pero si me pregunta si les dije que si iba
a mandar a dos personas, pues no porque no se llega a tal detalle.
Pero ninguno le dijo “cuidado no siga por ahí”, ¿nada
así?
Al contrario. España y Portugal hablaron muy firmes y
muy tajantes diciendo que eso era lo que había que hacer y pregunté a todos si
alguien tenía algo que decir. Nadie dijo nada. En el Grupo de Contacto fue
todavía más explícito el apoyo de todo el mundo. Además, antes de que saliera
la misión se mandó una carta. El jefe de la misión mandó una carta a todos los
directores políticos de los ministerios de Exteriores de todos los Estados
miembros diciendo que por instrucción del Alto Representante volaban a
Venezuela.
¿Algún Estado miembro le ha dicho algo a posteriori,
desde que se conoció públicamente la misión?
No, ninguno. Nadie ha dicho nada. Ya lo hablaremos en
el próximo Consejo. Esto más que un escándalo son ganas de marear la perdiz.
Esto sólo tiene una explicación, se trata de atacar al Gobierno español por la
presunta vinculación de Podemos con el régimen de Maduro.
Mientras Maduro tenga el sostén de las Fuerzas
Armadas, ¿ve usted forma alguna pacífica de cambiar al régimen?
Mi opinión es que la situación de Venezuela es
insostenible. La situación de asfixia económica, de agravamiento de la
situación humanitaria. Si tuviera solución fácil ya la habríamos encontrado.
Por eso el intento por parte de la oposición de buscar unas condiciones que
permitiera participar en unas elecciones, al menos al estilo bielorruso, no era
mala idea.
¿Reconocer a Guaidó fue un error? No controla nada y
la oposición está dividida.
Maduro fue elegido por unas elecciones que
reconocimos. Después convocó unas segundas elecciones que no reconocemos como
legítimas. Gobernaba en base a la legitimidad de las primeras elecciones.
Mientras así fue no podíamos considerarlo ilegítimo. Cuando se le acaba el
plazo y entra en un segundo plazo en base a unas elecciones que no reconocemos
se crea una situación nueva. Entonces Guaidó esgrime la Constitución
venezolana, dice que Maduro no está bien elegido y que en ausencia de un
presidente bien elegido el presidente de la Asamblea, que es Guaidó, es
presidente interino. La mayoría de los países occidentales siguen ese
razonamiento. Pero siempre lo hemos dicho así: es el presidente encargado de
convocar unas nuevas elecciones, interino, transitorio, con una función
concreta. No lo ha podido hacer porque no controla ni la Administración ni el
territorio.
Pero no había obligación de reconocerlo.
No la había, no, pero en ese momento, la mayoría de
los países europeos, especialmente España y Francia, consideraron que era una
buena idea para dar fuerza a la oposición.
Pero ahora la oposición está divida. No parece el
mejor escenario para negociar.
No es el mejor escenario y me temo que después de unas
elecciones convocadas de una forma no consensuada con la oposición vamos a
estar peor. Eso es lo que nosotros nos esforzamos en intentar evitar. Ahora al
menos la Asamblea Nacional tiene una legitimidad democrática que reconocemos,
pero si no se puede presentar la oposición nos encontraremos con la creciente
desinstitucionalización del sistema político.
Las sanciones europeas no parecen funcionar. Tampoco
las estadounidenses. ¿Alguien ha pensado en utilizar la zanahoria y no el palo?
¿Europa puede ofrecer a la jerarquía del régimen algo para que dé un paso a un
lado?
Eso tiene que ser un resultado de un acuerdo entre
venezolanos.
Naciones Unidas acusa a dirigentes del régimen de
crímenes contra la humanidad. ¿Puede haber personas en la jerarquía que teman
por su futuro si el régimen cae.
Pero eso en cualquier caso lo tienen que resolver los
venezolanos en sus negociaciones. Es difícil y el resultado a la vista está,
pero nosotros no somos nadie para conceder impunidades. En algún momento
Estados Unidos ha estado jugando con esa baza.
¿El informe de Naciones Unidas que habla de crímenes
contra la Humanidad condiciona la política europea?
Sí, claro. Estamos intentando que haya una misión
permanente de la señora Bachelet. La antena que tiene allí la pagamos nosotros.
Hay un acuerdo de colaboración entre el Gobierno venezolano y la señora
Bachelet porque es una puerta abierta a un mecanismo de Naciones Unidas. Es
bueno que esté allí y que tenga plena capacidad de operación en todo el
territorio, que ahora no tiene. Lo primero que tenemos que conseguir es poner
los pies en el plato. Otra cosa son los informes que han hecho un grupo de expertos
que no han podido ir a Venezuela y que han recogido testimonios, pero no es
comparable a los informes de la señora Bachelet, que es la comisionada de
Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Vamos a pedir al Gobierno venezolano
que haga mucho caso a lo que diga Bachelet.
¿Qué papel puede tener Colombia?
Las relaciones entre Colombia y Venezuela son odiosas,
peores no pueden ser. Colombia en el Grupo de Lima es de los países que son más
duros con el régimen venezolano, probablemente porque han pagado las
consecuencias de la vecindad. Pero es una mala relación que no ayuda mucho.
Este tipo de problemas no se arreglan solamente a través de la confrontación
dialéctica, se arreglan a través de una relación que permitan construir
acuerdos, aunque sean parciales, pero que serán puntos de partida de otros de
mayor alcance.
Borrell da por terminada la entrevista. Al teléfono
espera el presidente de Mali.
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