Mata Hari Roja 08 de octubre de 2020
Lo
que pasa en Venezuela está premeditado, dentro de lo posible que es anticiparse
en la política. Aunque el régimen de Maduro no ha seguido un plan estricto para
secuestrar el poder, si que ha seguido lo que hoy llamamos el decálogo de
control cubano
Aunque mucho de lo que Venezuela parezca inédito, lo
cierto es los pasos del régimen de Maduro han estado guiados. Aunque en
Venezuela y la comunidad internacional se sabe de la influencia cubana, lo
cierto es que poco se ha discutido sobre cómo exactamente desde La Habana han
regido los pasos del chavismo.
Hoy, presentamos una pieza sobre el decálogo
de control cubano. ¿Cómo y por qué actúa el régimen de Maduro para
incentivar la desconfianza entre opositores? ¿Qué significa liberar algunos
presos políticos? ¿Por qué algunos opositores son más castigados que otros?
Algunas de las respuestas son temas que se han
discutido en el pasado, pero si ponemos todo junto nos sale la receta de
control que desde el régimen venezolano se sigue y deja claro que algunos líderes
opositores juegan, conscientemente o no, para perpetuar al chavismo en el
poder.
El objetivo de este decálogo es claro: divide y
vencerás.
1) Infiltración… en todos lados
Las historias de cómo el Servicio Bolivariano de
Inteligencia Nacional (SEBIN) o la Dirección General de Contrainteligencia
Militar (DGCIM), como entidades del régimen, han sido utilizadas para infiltrar
diferentes áreas no son nuevas ni desconocidas para los venezolanos.
Desde infiltrar
grupos que se oponen al régimen o protestas ciudadanas, hacer
seguimiento a lo que identifican como amenazas, hasta colocar caballos de
troya en los propios partidos opositores.
La infiltración funciona de varias maneras, y una es
comprando individuos dentro de las filas disidentes dispuestos a vender su
posición. Recientemente, salió a la luz un video de Luis Parra, quien intentó
liderar con poco éxito una revuelta para quitar el control de la Asamblea
Nacional a Juan Guaidó. El video, fechado de 2019, muestra a Luis Parra
contando unos fajos de euros en efectivo. Otro video lo muestra de compras en
Madrid, todo esto unos meses antes de su “rebelión”. Como Luis Parra, hay
muchos casos.
Otros de los ejemplos es la Operación Gedeón. Así como
a Parra lo compraron con algunos euros para convertirlo en un infiltrado, al
militar Jairo Rafael Bethermytt Carrillo lo infiltraron presuntamente en la
operación Gedeón para informar
desde adentro lo sucedido.
2) Permitir la disidencia más cómoda para el control
del poder
Así como en Cuba permitieron a Osvaldo Payá llevar
adelante proyectos como el “Diálogo Nacional”, “Programa Todos Cubanos”, y el
Proyecto Varela, una disidencia pacífica y que públicamente denunciaba al
embargo estadounidense, en Venezuela hay un claro contraste entre cómo tratan a
unos líderes opositores al régimen o a otros.
Actores como Claudio Fermín o Henri Falcón, quienes
aunque se definen como opositores defienden participar en la elección del
régimen el 6D, han propuesto perseguir otro revocatorio aunque el régimen
directamente no permitió hacer uno en 2016, e incluso han llamado a quitar las
sanciones contra el régimen de Maduro, no solo no han sufrido la persecución de
un régimen que se ha comprobado viola Derechos Humanos para defender el poder,
sino que incluso hasta
gozan de la tribuna de los medios controlados por el régimen.
Para un régimen que busca mostrar cierta legitimidad
ante la comunidad internacional, permitir una disidencia que no presione y pida
negociar sin elementos reales para obtener concesiones no solo es beneficioso,
sino estratégico.
3) Aplastando a los opositores peligrosos para su
control
Por otro lado, la oposición más directa o que busque
ejercer presión sobre el régimen para provocar su fractura sufre, lógicamente,
un destino totalmente diferente. Los casos de Leopoldo
López, más de 6 años perseguido y varios de ellos detenido en la cárcel militar
de Ramo Verde; o Antonio
Ledezma, preso también y luego forzado al exilio, son un contraste
y una señal clara de lo que quiere ver el régimen en la calle operando y lo que
no.
Así mismo funcionó en Cuba, con el ejemplo es Oscar
Elías Biscet. Mientras Payá recolectaba firmas para su Proyecto Varela,
paralelamente el Doctor Oscar Elías Biscet fue arrestado en 1999 y condenado a
25 años. Durante su encarcelamiento, fue torturado numerosas veces. Después de
su liberación, ha seguido siendo hostigado, vigilado constantemente y arrestado
en varias ocasiones. Biscet seguía las ideas y tácticas de Martin Luther King,
de organizar personas para marchar en la calle de forma pacífica, pero activamente
en la calle, tácticas que el régimen siempre había temido.
4) Condenas e indultos: la puerta giratoria
El juego de condenas e indultos es la metáfora de las
fichas del régimen, que muchos han denunciado. El régimen utiliza los
encarcelamientos y las liberaciones con varios objetivos:
- Romper la
disidencia con tratos diferentes a los opositores
- Obtener
información de los encarcelados y disuadir la oposición más activa
- Utilizar a los
presos como fichas de cambio para lavar internacionalmente su imagen y
utilizarlos en alguna negociación para, por ejemplo, rebajar sanciones.
Los cubanos exitosamente utilizaron esta estrategia y
la organización venezolana Foro
Penal bautizó en 2018 este sistema del régimen como el efecto “puerta
giratoria”, en el que salen unos presos y entran otros posteriormente.
Este pilar del sistema de control cubano tuvo otro
capítulo venezolano recientemente cuando liberaron
aproximadamente 100 presos políticos en una negociación del régimen con el ex
candidato presidencial Capriles Radonski para que participara en las
cuestionadas elecciones parlamentarias de este año. En ese caso, bajo este
decálogo, la liberación de los presos servía al régimen para intentar
incrementar la legitimidad de la elección internacionalmente y para darle
fuerza al sector de la oposición que más le conviene al régimen para que lidere
la disidencia.
5) Exilio forzado
Parte de la estrategia cubana fue dejar salir a
algunos líderes opositores, porque desde el exterior gozan de menos capacidad
para actuar y pierden credibilidad frente a aquellas personas que siguen
luchando desde adentro.
Mediante medidas de presión, amenazas o incluso
acuerdos, forzaron al exilio a líderes para bajar los costos internos de
perseguirlos y coartar su capacidad política.
En el caso venezolano tenemos a varios líderes en el
exilio forzado por diferentes razones: Julio Borges, Carlos Vecchio, David
Smolansky, o el propio Antonio Ledezma.
6) La escasez como método de control
En una sociedad que sufre de hambre es mucho más
compleja crear movimientos organizados. Los líderes suelen venir de clases
privilegiadas o clase media, que, teniendo comida y necesidades básicas
aseguradas, pueden dedicar tiempo a pensar y organizar personas. La estrategia
del régimen cubano fue destrozar la clase media y limitar la clase privilegiada
a aquellos cercanos del poder. Además, esa clase privilegiada suele estar llena
de miembros de las Fuerzas Armadas, un sector clave para la estabilidad del
régimen. También han trasladado esa estrategia a Venezuela, asegurando que las
fuentes económicas en ambos países sean llevadas por militares, para así
mantener su lealtad, a la vez de tenerlos llevando a cabo negocios corruptos,
para hacerlos cómplices y menos propensos a separarse.
También, la escasez y la pobreza permiten implementar
otro tipo de mecanismos de control como los Comité Locales de Abastecimiento y
Producción, o las conocidas cajas CLAP, implementadas por Maduro. Esta medida
del régimen, conocida ampliamente, se basa en bolsas
de alimentos subsidiadas repartidas por el régimen para convertirse en la única
fuente de alimentos esenciales de los más pobres. Este es solo uno de los
ejemplos de cómo se utiliza la escasez, el método seis del decálogo.
7) Construyendo y destruyendo la imagen de la
oposición
Bajo el ejemplo de Elizardo Sánchez Santacruz, este
método de control sirvió para para desprestigiar, sin pruebas, a líderes
opositores. En el caso de Santacruz, quien fue disidente desde los 70, en 2003
se filtró desde el régimen que era un contacto de la Seguridad del Estado para
denunciar periodistas independientes.
Hasta el sol de hoy, no sabemos si es cierto o no,
pero el caso es que liquidó su figura como opositor. Basados en esto, en
Venezuela y en la era de las redes sociales podemos ver como a diario corren acusaciones
y señalamientos contra líderes contrarios al régimen, de un origen dudoso o sin
pruebas reales. Así
lo investigamos en uno de los Files anteriores.
8) Elevar figuras de bajo impacto interno
Este eje de control, parecido al número dos, se trata
de impulsar figura que le convienen al régimen más que solo permitir su
desenvolvimiento en el país.
En Cuba, el ejemplo es Yoani Sánchez. Yoani ha podido
regularmente reportar desde Cuba denuncias contra el gobierno; suele enfocar
sus acusaciones en cosas cotidianas que afectan a la población y culpa a las
autoridades de incompetentes. El gobierno cubano la tolera porque entiende que
no tiene muchos seguidores internamente y de paso, le pueden demostrar a la
comunidad internacional que ella denuncia desde el país.
En el caso venezolano, podemos poner como
ejemplo el
intento en 2019 de elevar las figuras de algunos miembros autodefinidos de
oposición que conformaron la llamada “Mesa de Diálogo Nacional”, dispuesta
a sentarse a conversar con Nicolás Maduro sin exigencias. Jorge Rodríguez, una
de las principales figuras del régimen venezolano, se encargó de poner la
maquinaria comunicacional en favor de este sector.
Henri Falcón, Luis Romero, Javier Bertucci, Claudio
Fermín, Rafael Marín, Felipe Mujica, Segundo Menéndez y Timoteo Zambrano, son
algunos de los nombres que se reunieron con Maduro y en sus propias palabras,
alcanzaron a pedir cambios favorables para el país.
Un ejemplo claro del régimen, intentando elevar
figuras convenientes para su control.
9) Chante, puro y simple
Un compilado transversal a varios de los ejes
anteriores, pero el chante forma parte fundamental de cómo enseño el régimen
cubano a operar el régimen venezolano.
Ya sea para forzar el exilio, para infiltrar personas,
voltear liderazgos o simplemente como medida de presión, el régimen utiliza la
información para perseguir e intimidar. De hecho, en anteriores entregas
nuestra investigación apuntaba a que una de las razones por la que Henrique
Capriles llamó a motivar la participación en el 6D fue por temor a que desde el
régimen revelen sus conexiones con los bonos de PDVSA 2020, un entramado de
corrupción millonario.
Siempre que el régimen pueda chantajear, probablemente
lo haga.
10) Más infiltraciones, pero con delincuentes
Por último, una de las tácticas más exitosas del
régimen venezolano y exportada desde Cuba, fue la de generar la desmovilización
de las protestas mediante la infiltración de delincuentes dentro de las mismas.
Aunque ha habido señalamientos de esto tras las
protestas de los últimos años, lo cierto es que este es un método que no es
improvisado y se tiene tiempo perfeccionando. Ya desde 2014 hay testimonios
de agentes desertores de la seguridad cubana, que relatan cómo infiltraron
delincuentes y personas con antecedentes penales en protestas estudiantiles
para deslegitimar la manifestación y generar miedo a más movilizaciones.
En palabras del propio agente cubano que relata lo que
escucho adentro: “según lo que he podido conocer acerca de Venezuela, y el modo
de reprimir, y violar derechos a los jóvenes y ciudadanos en general, es como
si me imaginara al Gobierno Cubano actuando ante estas situaciones que se han
creado. Son indiscutiblemente los mismos métodos”.
Venezuela, un sistema autocrático cubano 2.0.
Tomado de: https://venezuelafiles.com/file-6-venezuela-el-perfeccionamiento-del-decalogo-de-control-cubano/
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