San Josemaría 04 de septiembre de 2021
@sJosemaria
¿No es
raro que muchos cristianos, pausados y hasta solemnes para la vida de relación
(no tienen prisa), para sus poco activas actuaciones profesionales, para la
mesa y para el descanso (tampoco tienen prisa), se sientan urgidos y urjan al
Sacerdote, en su afán de recortar, de apresurar el tiempo dedicado al
Sacrificio Santísimo del Altar? (Camino, 530)
La
Misa ‑insisto‑ es acción divina, trinitaria, no humana. El sacerdote que
celebra sirve al designio del Señor, prestando su cuerpo y su voz; pero no obra
en nombre propio, sino in persona et in nomine Christe, en la
Persona de Cristo, y en nombre de Cristo.
El
amor de la Trinidad a los hombres hace que, de la presencia de Cristo en la
Eucaristía, nazcan para la Iglesia y para la humanidad todas las gracias. Este
es el sacrificio que profetizó Malaquías: desde la salida del sol hasta
el ocaso es grande mi nombre entre las gentes; y en todo lugar se ofrece a mi
nombre un sacrificio humeante y una oblación pura. Es el Sacrificio de
Cristo, ofrecido al Padre con la cooperación del Espíritu Santo: oblación de
valor infinito, que eterniza en nosotros la Redención, que no podían alcanzar
los sacrificios de la Antigua Ley. (Es Cristo que pasa, 86)
Tomado
de: https://opusdei.org/es-ve/dailytext/la-misa-es-accion-trinitaria-no-humana/
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