Por Eddie Ramírez, 11 Enero, 2013
El libro de Miguel Ángel Martínez titulado Apaciguamiento debe
promover un debate sobre las acciones realizadas por la oposición para impedir
el avance del totalitarismo siglo XXI y aplicar correctivos que se consideren
necesarios. El autor entiende apaciguamiento como “el soborno a un agresor,
usualmente al costo de sacrificar principios”. Martínez postula que este
término “quizá pueda usarse para designar la progresiva claudicación de las
democracias liberales frente a los retos que imponen los regímenes que las
contravienen o amenazan”. ¿Ha sido apaciguadora nuestra dirigencia y ello ha
permitido al régimen las violaciones a la Constitución?
Otro tópico que amerita aclaración es el diálogo, entendido como una
discusión en búsqueda de acuerdos pero sin ceder en los principios y valores.
Equivocadamente algunos sostienen que no debe dialogarse con quienes mienten y
violan las leyes. Sin embargo, el diálogo es imprescindible en una sociedad
civilizada, ya que se requieren acuerdos mínimos para una sana convivencia.
Somos firmes creyentes del diálogo, no así del apaciguamiento.
Enfrentar un régimen surgido de procesos electorales y que cuenta con
apoyo popular no es sencillo, aún cuando esas elecciones no hayan sido
transparentes y que no todos quienes votaron por el oficialismo lo hayan hecho
voluntariamente. Por ello, criticar acciones tales como huelgas, marchas y
abstención en las elecciones parlamentarias del 2005 y alabar solo la ruta
electoral no tiene sentido, ya que hasta el presente todas las estrategias han
fracasado. En el pasado ganamos gobernaciones y la Alcaldía Mayor y el régimen
les quitó competencias. El 2D del 2007 rechazamos cambios en la Constitución
pero el gobierno los impuso por Decreto. En el 2010 conquistamos más votos que
el oficialismo, sin embargo obtuvimos menos diputados y estos están pintados en
la pared. Recientemente nos apabullaron y solo obtuvimos tres gobernaciones.
Desde luego tenemos que seguir votando, pero sin descartar protestas cívicas.
Hoy estamos ante la más grave violación a la Constitución como
consecuencia de la ausencia del teniente coronel en el acto de juramentación de
un nuevo período presidencial. Inaudita, aunque esperada, es la decisión del
TSJ cuyos magistrados están arrodillados ante la llamada revolución, pero más
inaudita es la posición apaciguadora de Henrique Capriles al declarar que
Maduro ya no tiene excusas para no resolver los problemas del país. Hemos asomado
que ante una próxima elección Capriles debería ser nuestro candidato, pero
pareciera que no entiende que su discurso de diálogo y de inclusión no es
incompatible con una posición dura frente a las violaciones de la Constitución.
¡Diálogo sí, apaciguamiento no!
Como en botica: Según sentencia del TSJ, si la recuperación del teniente coronel tarda
seis años, Maduro podría gobernar ese período. Conatel atendió de inmediato la
solicitud de Cabello de investigar a Globovisión. Rafael Ramírez, y Diego
Molero necesitan ponerse de rodillas para justificar sus cargos.
¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
Eddie Ramírez es miembro de Gente del Petróleo
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