miércoles, 30 de enero de 2013
¿Qué pasa con los jóvenes?
Por Gemma Fabregat / @Gemma_Fabregat, 29/01/2013
Los gurús del márketing pronosticaron hace unos años un cambio estructural en el sector que afectaría notablemente a la relación marca-consumidor. El nuevo escenario, que se formó ante el estallido de la crisis, confirmó la teoría: en los últimos años, los consumidores han pasado de ser “aislados y predecibles” a ser “sociales y migratorios”. Los cambios en el perfil del consumidor obviamente han tenido un efecto sobre las marcas, quienes se han visto forzadas a reformular sus objetivos y sus investigaciones.
En el mundo de la política ocurre algo similar. De hecho, no es difícil identificar a un partido político como una marca que vende su servicio –o proyecto-, mientras que los votantes somos los consumidores con total poder para decidir qué comprar. Llegados a este punto, y comprendiendo que el márketing y la política yacen en el mismo bando, es inevitable la pregunta. ¿Ha cambiado también el escenario político? Rotundamente, sí
Además de los innumerables conflictos socio- económicos que hay sobre la mesa, los partidos están preocupados por los constantes cambios que vive el electorado y que podrían hacer caer tambalear cualquier proyecto político. La desafección es, a estas horas, generalizable a todos los grupos de la sociedad pero se acentúa muy especialmente entre los jóvenes. Según este estudio sobre tendencias políticas y electorales que realiza cada año GETS (Grupo de Estudio sobre Tendencias Sociales), la mayoría de los jóvenes menores de 30 años se decantan por el retraimiento electoral. La implicación juvenil es, según dicen, cada vez más débil, a lo que se le suma también un escaso interés por las cuestiones políticas en general. Pero de nada sirve quedarnos con el discurso fatalista de la crispación: hay que reparar en los nuevos escenarios que han conllevado los cambios y adaptar las nuevas identidades al discurso de la realidad, como hace el márketing.
¿Qué pasa con los jóvenes? Tres factores a tener en cuenta:
-Los jóvenes SÍ tienen motivaciones políticas
La percepción negativa de la relación que mantienen los jóvenes con la política es ya habitual en todos los discursos de las últimas décadas. Parece ser que no es posible entender más allá de la figura de joven pasivo y desinteresado de todo lo que ocurre en el ámbito político-social.
La realidad va mucho más allá y no se explica con los convencionalismos del ayer –en que la participación política se veía representada mayormente por la afiliación a un partido-. La implicación juvenil está hoy evidenciada en la pluralidad de vías para motivar los cambios sociales. Y no faltan ejemplos: los jóvenes son líderes respecto a otros grupos de edad en lo que a manifestaciones se refiere, también son protagonistas en cuanto a la expansión del asociacionismo, y su activa participación en las nuevas vías online es más que incuestionable.
-Cambios en el perfil: la nueva identidad de los jóvenes.
Los jóvenes de hoy están más preparados para discernir la información política y entender los entresijos de cada acción, debido en gran parte a la exposición de la materia en los medios e Internet. Numerosas investigaciones apuntan también a que la formación guarda una estrecha relación con la movilización política-social. De hecho, según este estudio del CSIC, la condición de universitario llega a multiplicar por más de dos la probabilidad de votar, firmar una petición y asociarse. La obra se basa en la premisa de que cuanto más informados están los individuos, mejor interpretan los sucesos que acontecen a su alrededor y, en consecuencia, son más proclives a la participación.
En definitiva, la sociedad cuenta con jóvenes más preparados y mucho más informados en el ámbito político, lo que les lleva a ser mucho más exigentes con los gobernantes. El nuevo votante es reflexivo y procura contrastar bien las propuestas de cada partido, además es menos fiel a una idea política y se deja guiar más por sus intereses.
Los eternos discursos reprochadores con los jóvenes desentonan con la nueva identidad –y realidad- del votante, que encuentra además su punto de apoyo en Internet y las redes sociales.
-Internet: el canal alternativo
La consolidación del mundo online ha impulsado el nuevo escenario político virtual, donde el electorado ha llegado mucho antes que los propios partidos. Si lo traducimos al ejemplo del márketing, sería como afirmar que el consumidor se ha anticipado a las exigencias de las marcas, adquiriendo un poder excepcional a la hora de dictar las pautas. Éste cambio de roles no tiene por qué perjudicar a ninguno de los protagonistas; al contrario, abre un campo interesante y actual a la ciencia política.
Internet puede ser una gran plataforma desde la que trabajar los cimientos políticos de una sociedad. El mundo online goza de algunas cualidades importantes en relación a los demás medios: es interactivo –por lo que puede propiciar una mejora en las relaciones ciudadanía-políticos-, ilimitado y accesible desde cualquier ubicación. Además permite una mayor segmentación de los públicos, así que se pueden conocer mejor las necesidades del electorado. Todo un sinfín de ventajas que en los últimos tiempos ha despertado el interés de todos por su gran capacidad como arma de movilización política. Está claro que el futuro del márketing político pasa por aquí.
La nueva realidad, lejos de exacerbar aún más la situación de descrédito político, plantea un horizonte esperanzador para todos aquellos que aún creemos en la política como el arte de mejorar las cosas. El futuro viene de la mano de los jóvenes, y no es ni tan desalentador ni tan gris como nos hacen creer.
Las nuevas generaciones han conseguido avanzarse a la propia ciencia política conformando un nuevo marco virtual que combina a partes iguales racionalidad y pasión. Ya sabemos en qué manos está el verdadero poder. Ahora solo falta que los partidos políticos revisen su ecuación de valor para tratar de ofrecer, como en el terreno del márketing, la oferta o servicio más competitivo del mercado.
Tomado de:
http://kaiserkratos.com/2013/01/29/que-pasa-con-los-jovenes/
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