José Luis Farías 21 de enero de 2013
@fariasjoseluis
Corto y Picante:
El morbo del vacío de poder avanza. La
justicia partidizada lo aceleró con su decisión. Se devora al gobierno. Y lo
peor, a la república. Los 44 días sin que el presidente electo hable directamente
al país se convierte en licencia para actos de "gobierno" sobre la
base de "el presidente me dijo que ...". Una práctica que acentúa la
incertidumbre pues nadie sabe si tienen o no su aval.
El país sigue en manos del hampa y la
corrupción. Maduro no logra hacer realidad la orden de Chávez salvo por el
garrotazo contra la Constitución. La ausencia de poderes públicos es
inocultable.
Cunde el desaliento, la incertidumbre
y el desasosiego. Vuelven los rumores.
La crisis económica se ensoñerea con la
devaluación. La inflación acaba con el salario. La escasez multiplica las
penurias. El déficit fiscal tiene con las manos en la cabeza a Giordani y los
chinos están duros para seguir soltando préstamos. No hay atención a las
demandas sociales. El caos se apodera de todas las instituciones y los
servicios se deterioran. Las amenazas oficiales son la única respuesta. La
incapacidad se devora todo.
Sin embargo, los panegiristas del
régimen insisten en responsabilizar al Imperio y a la oposición de los males de
la nación.
En el PSUV hay mucho dirigente
preocupado por el desmadre de la revolución que produce el vacío de poder. Pero
continúan callados. El miedo se impone. La inquietud por el curso futuro de los
acontecimientos tiene inquietos a los más creyentes en el socialismo. Pero
también perturba a los oportunistas enriquecidos a la sombra del proceso, no
encuentran tranquilidad para gastar sus dineros mal habidos.
Pese a que el barco rojo se hunde, en
la oposición seguimos como los "músicos del Titanic".
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