Por Econ. Jesús Alexis González, 11/01/2013
Una política económica, ha de entenderse como la estrategia que formula
un gobierno para conducir la economía del país, en función de mejorar la distribución de la renta para
procurar satisfacer las necesidades colectivas, mediante la elevación de los niveles de consumo y bienestar social; a la luz de un
desarrollo económico-social y de una producción nacional generada por
intermedio de la productividad del
trabajo. Para tal propósito, emplea ciertas herramientas básicas (se
refuerzan mutuamente) tales como las políticas fiscal, monetaria, cambiaria, de
precios, y de gasto público (a sabiendas que una inelasticidad de la oferta
doméstica, se traduce en una elevación de la inflación y de las importaciones
ante el incremento de la demanda agregada impulsada por dicho gasto).
Sin duda alguna, el tipo de “política
económica revolucionaria”(complementada con una indefinición sobre el
verdadero papel del Estado y el de la actividad económica privada), nos muestra
en la Venezuela del presente (y su
sistema productivo), un escenario de inestabilidad, de incertidumbre y de
explosión, todo lo cual, obviamente, atenta
contra su crecimiento económico y perpetua su condición actual de Estado
Rentista.
Desde el inicio del “proceso revolucionario” (magnificado a partir del
2002), y bajo la filosofía de un
socialismo petrolero, es cierto que el PIB (valor de todos los bienes y
servicios finales producidos dentro de una Nación en un período determinado) ha crecido en un 45% (1,45 veces); pero
al propio tiempo y en el mismo lapso, las
importaciones por habitante crecieron en un 175% (pasaron de 13,0 millardos
de dólares en 2003 a más de 56,3
millardos de dólares en 2012) hasta
llegar a representar un 40% del PIB (el triple de lo importado en 1998); la
liquidez monetaria pasó de Bs.
10.600 millones a Bs. 678.307 millones, es decir, se incrementó en 6.700%!!!; y la deuda externa creció en 2,85 veces (10 veces mayor que en 2003!!!).
La deuda venezolana (titularizada y no titularizada) para finales de
2012, se estima en 364 mil millones de
dólares (58% del PIB calculado a 4,30 Bs/$), monto que equivale a cerca del 67% del tamaño de la economía nacional. La
deuda titularizada (respaldada con títulos valores) se sitúa en unos 186 mil
millones de dólares; mientras que la deuda no titularizada (sin respaldo de
títulos valores) se ubica en unos 78 mil millones de dólares, estructurada con:
Fondo
Chino (a quien debe pagarse con entrega de petróleo a precios de
descuentos) por un monto aproximado de 25 mil millones de dólares (se tiene previsto acordar para 2013 una
tercera línea de crédito, hecho que afectará aún más el flujo de caja de Pdvsa);
las nacionalizaciones (expropiaciones
no canceladas) por un monto de 20 mil millones de dólares; y la deuda con Pdvsa cercana a los 33 mil
millones de dólares.
Mención aparte merece el Fondo
Simón Bolívar para la Reconstrucción, el cual materializó una deuda
indirecta en 2012 (mediante la emisión de títulos) por un monto de 20.071
millones de bolívares, en aras de financiar (con obvias intenciones soterradas)
la construcción de viviendas, con dinero
inorgánico.
El pago de la deuda en 2013 (capital e intereses) se estima en $ 12.000
millones (21% del presupuesto nacional).
En tal escenario, la deuda interna
se ubicó para 2012 en $ 57.400 millones
(246.781 millones de bolívares), para un
incremento de 60,1% con respecto al 2011. La deuda del gobierno central (como ya señalamos), se situó para finales de 2012
en 100.964 millones de dólares (25% del
PIB), lo cual representó un incremento de 27,3% con relación al 2011.
Es de resaltar, (como reflexión
no como recomendación), que la deuda interna que obviamente debe pagarse en
bolívares, puede, de forma perversa,
hacerse emitiendo más dinero inorgánico (acción
muy común en esta “Revolución”) con consecuencial efecto sobre el nivel de masa
monetaria, la inflación y el déficit fiscal (desequilibrio entre ingresos y
egresos).
Por su parte, para 2013 el servicio de la deuda externa se estima en $ 11,5 millardos para un total de deuda
2012 de unos $ 100 mil millones (similar al 2011, ya que en 2012 no hubo
emisión).
Jesús Alexis González es un
colaborador de este Blog
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