Por Armando Urdaneta M. y Franco D´Orazio P.,
11/01/2013
Juan Pablo Pérez Alfonso, ministro y padre fundador de
la OPEP, apodaba al petróleo venezolano como: “excremento del diablo”… y
vaticinaba en los años setenta que el petróleo arruinaría al país.
El
ambiente político nacional, que favoreció ampliamente al gobierno del
Comandante Hugo R. Chávez F. en sus inicios, a fines del milenio pasado,
comenzó a enrarecerse poco tiempo después. Ya para el año 2000, cuando según la
nueva Constitución de la República Bolivariana de Venezuela debía ratificarse
por vía electoral al gobierno que la formalizó, se produjo la primera escisión
importante en las filas del “chavismo” que detentaba entonces el poder
ejecutivo nacional y de algunas regiones fundamentales del país1.
Luego, a finales del 2001, diferentes actores políticos, sindicales y
empresariales inconformes con la orientación revolucionaria, izquierdista y
castrista de Miraflores, provocaron continuas manifestaciones, paros y marchas
que en abril de 2002 desembocaron en lamentables sucesos socio-castrenses que
produjeron un extraño golpe de estado que dejó a Venezuela sin gobierno formal
por un par de días.
A
continuación, ya restablecido el gobierno legítimo, el ambiente socio-político
siguió complicándose hasta que a finales de ese mismo año, la sociedad civil en
pleno formalizó un llamado a paro cívico nacional que incluyó al sector
petrolero público y privado, conexo a Petróleos de Venezuela, S. A. (PDVSA)…
Esa crisis en la principal industria del país fue incitada, supuestamente, por
el mismo gobierno2 que originó el llamado “paro petrolero”
que se prolongó hasta fines de enero de 2003. Estas acotaciones son muy
importantes puntualizar por cuanto la economía nacional sufrió supuestos
desajustes en los ingresos y en sus cuentas principales a causa de la merma de
producción de hidrocarburos como consecuencia de ese paro, y con el tiempo
todas las dificultades financieras afrontadas por la nación han sido achacadas
a esa huelga a tal punto que los acusados de provocarla ha sido imputados legal
y pecuniariamente por ello3.
A
partir de ese momento histórico surgió la denominada “Nueva PDVSA” que salvo
algunos canjes en la propiedad accionaría de sus empresas mixtas y de ciertas contratistas
expropiadas, más la creación de filiales comercializadora de alimentos y
prestataria de servicios comunitarios, conserva la misma estructura empresarial
que la antecesora… pero observando importantes cambios en su plantilla
comercial que a lo largo de la década parecen haberla debilitado, a juzgar por
los resultados económico-financieros registrados por el Banco Central de
Venezuela (BCV), los cuales citaremos en la breve historia que analizaremos a
continuación:
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