Por Jesús Alexis González,
25/01/2013
Como es suficientemente conocido, Petrocaribe
emerge el 29/06/2005 como una iniciativa de integración, luego de haber suscrito
14 naciones del Caribe un acuerdo de cooperación energética denominado “Acuerdo Energético Petrocaribe”;
teniendo como finalidad (en lo económico) la eliminación de la intermediación
en la cadena de distribución de nuestro crudo y sus derivados, con marcado desprendimiento venezolano
hacia sus miembros en materia de financiamiento y forma de pago. En la
actualidad, están integrados 18 países: Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice,
Cuba, Dominica, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica,
Nicaragua, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucia, San
Vicente y Las Granadinas, Surinam y Venezuela.
En tal acuerdo energético, Pdvsa se comprometió a “negociar”, en
condiciones muy especiales, el suministro diario de hidrocarburos (gasolina,
diesel, combustible de aviación, fuel oíl y asfalto) para las naciones
miembros; con un financiamiento máximo
del 70% de la factura petrolera con plazos para pagar de hasta 25 años, y
de unos 5.000 millones de dólares al año (excluyendo a Cuba, con quien se tiene
establecido un “Convenio Integral de Cooperación Bilateral”). Durante el año
2012, Pdvsa despachó unos 100 mil barriles diarios, lo cual reflejó un incremento del 127% con relación al 2005,
mientras que para el 2014 estima
suministrar un promedio de 170 mil barriles diarios.
A pesar de ese ventajoso escenario que ofrece Venezuela, algunos países
acumulan en 2012 deudas por un monto cercano a los 5.000 millones de dólares.
De similar significación, es lo relativo a que algunas naciones miembros de
Petrocaribe cubren hasta el 100% de su
demanda de energía mediante este convenio; mientras que una gran mayoría
cubre entre 51% y 95% (para un promedio global del 43%) de su consumo, con
productos petroleros provenientes de Venezuela; marco que se ha traducido en un ahorro para esos países (disminución
de ingresos para el nuestro) de unos 2.750 millones de dólares desde el 2005.
Aunada a la nobleza venezolana anterior, en enero 2013 el presidente de Pdvsa señaló que cerca de 900
millones de dólares de la factura petrolera generada por el suministro de
Petrocaribe, se cobra con bienes y servicios y “sobre todo alimentos” como “innovadora” y forzada moneda de pago
(trueque!!!! ).
De igual forma, el convenio en comento, como ya mencionamos, establece
entre otros aspectos, que si el precio de venta del barril de petróleo
venezolano llega a $ 150, se financia un
70% de la factura por cobrar; a $ 100 se financia un 60%; a $ 80 se
financia un 50%; hasta un hipotético $ 15 donde se financia un 5%.
En lo específico del caso
panameño, es oportuno señalar que a finales del 2011
el presidente de esa nación Ricardo Martinelli, ratificó ante el presidente
Hugo Chávez (en encuentro privado) la solicitud
de ingreso a Petrocaribe, y para lo cual instruyeron a los cancilleres
Nicolás Maduro y Roberto Henríquez (Panamá), a los efectos de concretar
acciones en ese sentido. Esta obvia aspiración panameña, viene gestándose desde
el 2009 mediante solicitud del entonces presidente Martín Torrijos, al
mandatario venezolano en reunión celebrada en Miraflores (luego de superado el
impase diplomático del 2004).
Finalmente, y sin pretensiones de abordar (en mucho por
desconocimiento) el delicado tema de la diplomacia
petrolera venezolana, nos sentimos en la obligación de finalizar el
presente artículo, señalando nuestro atrevido supuesto en cuanto a que la
reciente destitución del embajador panameño ante la OEA, Guillermo “Willy”
Cochez, luego de opinar sobre Venezuela en reunión de dicha organización, tiene
una evidente solidaridad petrocaribeña
Jesús Alexis González
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