Escrito por Natalia B. Sánchez
Lo que dice el Censo, (no lo que dice
quien dirige la vocería de la institución publicitaria que lo organiza) es que
el mapa de pobreza en el país sigue inalterado. Los estados más pobres, siguen
siendo más pobres, los municipios más pobres siguen siendo los mismos y los
caseríos en miseria siguen siendo los caseríos en miseria.
Esto significa que las oportunidades
en el país siguen estando en los mismos sitios, las escuelas en las mismas
calles, los ambulatorios en las mismas comunidades, la comida en los mismos
centros de distribución, los caños llenos de basura siguen iguales, la calidad
del agua es la misma, e incluso en números absolutos hay más ranchos y más
pobres.
Si hemos tenido por lo menos hasta el
2008 un “boom” petrolero con pocos precedentes la gran conclusión es que la
política de redistribución de oportunidades del gobierno es tan pero tan mala
que ni con muchos recursos a disposición se ha logrado alterar la estructura de
oportunidades de la población venezolana (objetivo primordial de la política
social estructural en cualquier país, e incluso más en un país autodenominado
socialista). Lo que se expone del Censo son afirmaciones extraídas con pinzas
de un conjunto de datos (que no se dicen) que muestran una realidad que no hace
ningún favor al orgullo de “ser venezolano”.
Algo muy malo debe estar pasando en un
país donde el instituto que nos cuenta (el INE) dice que solo uno de cuatro
venezolanos es pobre y las universidades medimos que al menos dos de cada
cuatro lo son. Alguien miente, sin duda. Y sería bueno que pensáramos quien lo
hace. ¿Que gana el INE diciendo solo lo que le conviene al gobierno y dejando
de decir lo que no le conviene? El sentido común nos dice que gana más, que las
universidades haciendo oposición solo por hacerla. La Academia de este país
(autónoma) no le debe nada a nadie, y seguramente por eso ha sido tan castigada
últimamente. Esa Academia esta “cansada” de medir pobreza, y de analizar la
data bruta del instituto mencionado y no hay duda de que en este país el pobre
sigue siendo pobre.
El merito si, atribuible a este
gobierno es que ahora es más visible. La gente es pobre y el país es rico. Eso,
que no puede explicarse bajo ninguna teoría económica comprensible, es
explicable en Venezuela. Mientras más oportunidades tiene el gobierno, menos
oportunidades tiene la gente, entrando en un prosaico juego “suma cero” criollo
que hemos levantado con el socialismo rentista. Nosotros podemos hablar de las
cifras de pobreza en el estado y mantenemos los estudios actualizados, por
cierto, a la orden de quienes gobiernan (como siempre lo hemos hecho). La mitad
de los zulianos somos pobres y quienes lo son, no están saliendo de allí con la
política social “de mercado”, generalista y superficial que se brinda y que no
le llega ni al 10% de ellos.
Esta política social de “tienda” no es
ni inclusiva ni inteligente, ni promotora de oportunidades. Ni siquiera es
creíble el argumento de que “Es buena, porque es popular”. Habría que recordar
que hemos tenido malos gobiernos en este país, que han arrojado
expresidentes muy populares ( ¡cuando los malos gobernantes de este país podían
convertirse en expresidentes!). Leyendo el CENSO con objetividad lo que concluimos
es que la peor política del gobierno es la política social y la mejor la de
“comunicaciones y publicidad”.
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