Por Carlos Vilchez Navamuel, 09/03/2013
Ayer 8 de marzo de 2013 en la Asamblea Nacional se juramentó a
Nicolás Maduro como presidente encargado de Venezuela, esto después que la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia así lo determinó, como un acto
insólito para la oposición, lo autorizó también a postularse para las próximas
elecciones presidenciales, dos actos espurios e inconstitucionales según
algunos conocedores de la constitución venezolana.
Si bien es cierto que Chávez en vida designó a Nicolás Maduro como
sucesor, ahora se sabe que Maduro fue el escogido por los viejos militares que
gobiernan a Cuba junto con un grupo de traidores venezolanos hace ya algunos
meses, y que como consecuencia produjo luego la firma del “Pacto de La Habana”.
Nicolás Maduro (alias el profesor Girafales, así le dicen algunos
de sus amigos por su altura) nació en Caracas el 23 de noviembre de 1962,
Wikipedia nos explica que Maduro fue un “Ex militante de la Liga Socialista,
trabajó desde joven como conductor en el Metro de Caracas, donde llegó a
dirigir su sindicato y como tal fue miembro de la junta directiva de esa
empresa pública.” Además nos dice que “Está casado con la actual procuradora
general de la República y ex diputada de la Asamblea Nacional de Venezuela por
el Distrito Capital, Cilia Flores.”
Como se sabe Maduro fue
amigo personal de Chávez, un incondicional, y como se ve en la descripción de
Wikipedia su historial académico es muy bajo, no tiene estudios universitarios,
no es carismático, no tiene la misma capacidad histriónica del comandante
ausente pero sí es un verdadero mentiroso al igual que lo fue su protector.
Mintió con las firmas de Chávez, mintió con el estado de salud del presidente,
mintió cuando dijo que había estado hablando cinco horas con Chávez en el
hospital militar y mintió al decir el primer día de expuesto el cadáver de Chávez
al público que ya lo habían visitado más de dos millones de personas cuando eso
es imposible.
Con estas condiciones, atestados y características, el heredero
político de Chávez trabajará en su candidatura presidencial, sus compañeros y
más fieles seguidores seguro le habrán dicho que la mejor campaña que podría
hacer, sería la de explotar los sentimientos de pesar que embargan a los
chavistas, así su campaña se basará en recordar al líder, producir lástima y
jugar con los sentimientos de aquellos chavistas fanáticos que acaban de sufrir
la pérdida del expresidente y que empiezan a ver al expresidente tal si fuera
un santo.
Las pruebas de esto que estamos comentando están allí, la campaña
basada en producir este efecto y aprovecharse de esta situación ya empezó,
declararon siete días de duelo el cual han extendido para mantener viva la
imagen de Chávez con sus seguidores y explotar estas circunstancias para su
propios intereses.
Nosotros observando las cosas desde afuera pensamos que esto es
una artimaña política que se planificó así hace varios días por varias razones,
la primera de ellas porque Maduro no sabe hablar bien y no es carismático, la
segunda y la que más interesa es porque la muerte de Chávez produce en el
chavismo muchos sentimientos de pesar y dolor, y esto es lo que aprovechará el
grupo de Maduro para hacer su campaña.
Si en la campaña presidencial pasada Chávez logró producir lástima
por su enfermedad, Maduro y su gente explotarán la muerte de Chávez hasta la
saciedad.
Carlos Vilchez Navamuel
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