FAUSTO MASÓ 24 DE AGOSTO
2013
El verdadero candidato a concejal o
alcalde de cualquier localidad es el inquilino de Miraflores; con cada voto lo
ratificaremos, o le pediremos que se esfume y quede solo como un mal recuerdo.
El debate sobre la corrupción que pidió, y está evitando, se celebrará hasta
diciembre en pueblo tras pueblo, si aprovechamos esta oportunidad que quizá no
se repetirá. Es urgente que cada aspirante a concejal o alcalde sepa que
importa tanto buscar que voten por él como denunciar al responsable de la
inflación, del desabastecimiento, que a su aspiración local añada un tema:
votar a favor o en contra de Nicolás Maduro.
No hay una ocasión mejor que una
campaña electoral para agitar un país, a pesar de que no se cuenten con
estaciones de televisión se dispondrá miles de candidatos que repetirán un
mensaje sobre el significado del 8 de diciembre. ¿Están conscientes ellos de su
tarea? ¿Saben lo que está en juego? El 8 de diciembre no es una elección cualquiera.
En elecciones locales como las del
próximo 8 de diciembre tradicionalmente la abstención supera con mucho a la de
las presidenciales. Si esta vez la oposición votara en masa Nicolás Maduro
recibiría una derrota histórica, lo que no está garantizado, ni quiere decir
que al día siguiente presentara su renuncia. Todavía los venezolanos no han
comprendido lo que se juega el 8 de diciembre y no sabemos si despertarán a la
realidad. El chavismo dispone de mayores medios para movilizar a los suyos, solo
con un gran entusiasmo, convenciendo al venezolano de la trascendencia de esas
elecciones saldrá a votará contra Nicolás Maduro, porque se requiere una
victoria decisiva, inocultable. No es nada fácil. El día de las elecciones el
Gobierno, repetimos, dispondrá de vehículos para buscar a los beneficiarios de
las misiones, los empleados públicos, a los que estén en cualquier lista del
plan de viviendas.
De hoy hasta el día de las elecciones
los líderes políticos hablarán con el pueblo, tocarán las puertas; esta campaña
electoral quizá agite al país, coloque sobre la mesa los grandes temas del
debate, se desmonten las mentiras oficiales, en especial si los candidatos de
la MUD comprenden que el 8 de diciembre no solo se elegirán alcaldes y
concejales, sino ocurrirá un plebiscito, donde los venezolanos dirán si están
contentos con no conseguir alimentos, o soportar unos precios impagables,
Hay que hablar incansablemente de
Nicolás Maduro en esta campaña que comenzará en los próximos días, ya el propio
Gobierno promociona sus candidatos. Ofrece en algunos lugares el PSUV unos
personajes de la farándula que en el pasado no dieron resultado, pero utilizará
todos los recursos del poder.
El 9 de diciembre amaneceremos con
otro país. Quizá el 8 de diciembre sea la última oportunidad de votar porque al
chavismo le han encantado las elecciones hasta ahora, que enfrenta el peligro
de perderlas una tras otra.
Tan pronto sea evidente la victoria
sin resquicios ni dudas, a la MUD deberá explicar la vía de ruta que enfrenta
el país, pero para llegar al 9 inevitablemente hay que pasar por el 8 como
diría el sabio Perogrullo, el día en que hay que ganar una elección local y un
plebiscito, para lo cual hay que dar dos mensajes a la vez.
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