Miguel Méndez Rodulfo Caracas,
23 de agosto de 2013
La reforma de las telecomunicaciones
en México se basa fundamentalmente en la creación de un órgano regulador,
denominado el Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel), el cual tendrá
poderes para regular, controlar y sancionar a las empresas; además será
autónomo y contará con un presupuesto asignado por el Poder Legislativo. Este
organismo tendrá asignadas facultades para obligar a las empresas a que se
deshagan de parte de sus activos o de su infraestructura para cumplir con una
de las nuevas condiciones contra el monopolio en cuanto que no se puede retener
el 50% del mercado, ya sea medido por usuarios, tráfico o capacidad de redes.
Ésta probablemente sea de las primeras medidas que el organismo tome, tanto
contra América Móvil, de Carlos Slim, como contra el grupo de medios Televisa,
de Emilio Azcárraga.
Además se crea la Comisión Federal de
Competencia Económica, la cual tiene el carácter de órgano constitucional
autónomo, con personalidad jurídica y patrimonio propios, independiente en sus
decisiones y funcionamiento, profesionales en su desempeño e imparciales en sus
actuaciones, y tiene por objeto garantizar la libre competencia y concurrencia,
así como prevenir, investigar y castigar los monopolios, las prácticas
monopólicas, las concentraciones y las restricciones al funcionamiento
eficiente del mercado. También se establecerán dos tipos de fueros penales
especiales que castiguen severamente prácticas monopólicas y fenómenos de
concentración
La reforma también pretende impulsar
el aumento de la competitividad y la inversión, ampliando los límites para la
participación de capitales extranjeros. Actualmente sólo la telefonía móvil
tiene una apertura de 100% a la inversión extranjera; en televisión abierta y
radio está prohibida y en telefonía fija, internet y televisión por cable o
satelital está restringida a 49% de las acciones de la empresa concesionaria.
Con la reforma se eliminará esta restricción para todos los sectores de las
telecomunicaciones excepto para radio y televisión, en cuyo caso el tope será
49% “con reciprocidad”. Esto quiere decir que si el país de origen del inversor
aplica un límite de 20%, por ejemplo, a ese inversor se le permitirá participar
en un 20% del mismo sector.
Por otra parte la reforma incluye la
licitación de dos nuevos canales de televisión -uno de los cuales se pretende
que sea el primer canal público nacional de México- que deberá concretarse en
los próximos 180 días. De esta forma, se rompe con el monopolio de Televisa y
TV Azteca en la televisión abierta, y se aumenta la oferta de televisión
pública y privada. La reforma cuenta también con algunos aspectos que la
asemejan a una ley de medios. Por ejemplo, prohíbe que se transmita publicidad
engañosa presentada como notas periodísticas y obliga a los concesionarios de
televisión por cable y vía satélite a retransmitir las señales de los canales públicos
locales y las de los canales abiertos cuando la cobertura de su servicio sea
superior a 50% del territorio. Así, Televisa, que tiene cuatro canales
abiertos, o TV Azteca, que cuenta con tres, deberán permitir que sus contenidos
sean retransmitidos sin recibir un pago a cambio.
La reforma propone instalar una red
compartida de servicios de telecomunicaciones al mayoreo que impulse el acceso
de la población a la banda ancha y a otros servicios de telecomunicaciones Se
permitirá la inversión extranjera directa, hasta en 100%, en telecomunicaciones
y comunicación vía satélite. Asimismo, se autorizará hasta en un máximo de 49%
en radiodifusión, siempre que exista reciprocidad en el país donde se encuentre
constituido el inversionista. Se establece la obligación de las radiodifusoras
de permitir la retransmisión gratuita y no discriminatoria de sus señales a las
empresas de televisión restringida.
Caracas, 23 de agosto de 2013
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