Escrito por Ramón Guillermo Aveledo Miércoles, 28 de
Agosto de 2013
Aquella señora viene de Maturín, la
otra de los Valles del Tuy, y esa familia que se reparte en los corredores y se
pasa la voz de lo que va consiguiendo es de Puerto Ordaz. Los automercados de
Caracas, aquellos que tienen fama de precios más económicos, son pura geografía
de Venezuela. Las clases media y trabajadora de todo el país se encuentran, a
veces colaboran, otras, las menos compiten, con motivo del papel tualé o la
harina de maíz. Corre la voz de cuáles son más surtidos o, simplemente, tienen
aquello que está faltando.
Una señora cuenta que compra para sus
hijos que viven fuera de la capital. Se fueron para allá porque la empresa en
la que trabajaba su yerno cerró, y se quedó sin trabajo. Les envía la comida
por encomiendas. Otra aprovecha que el nieto vino por las vacaciones y, de
regreso, con él mandará unas cositas que no se consiguen.
La gente viene a Caracas a comprar
comida, cosas para el hogar e incluso medicinas. En las farmacias es lo mismo.
Porque en las regiones no hay. Usted sabe, en Caracas siempre hay para que la
televisión o la prensa no lo diga. En cambio, allá, si sale por la radio o en
el periódico local, se entera un puñito; aquí, todo el mundo. La televisión
regional no se atreve, contó una. No van a ponerse en la mala con el
gobernador, que usted sabe, es de ese color, y señaló un paquete de gelatina de
fresa.
También son los precios. Allá, si hay,
es más caro. La gente no entiende los números del INE y el BCV.
Sí, los vi en la prensa, pero siempre
es muy poquito. Diez, veinte por ciento. Uno está pagando casi el doble que el
año pasado y, en algunos productos, que hace meses. No hace nada que compré
esta latica en la mitad. Era crema de leche. La muestra una señora que volvió a
trabajar en repostería en la noche y los fines de semana, porque lo que ganan
ella y su esposo no les alcanza y a los hijos, pobrecitos, no les vamos a
pedir. Si es que a ellos tampoco les da.
Y ¿por qué no van a los mercales o los
bicentenarios? No, ahí la cola es larguísima y a uno lo fichan como si fuera
delincuente. En un supermercado en los Valles del Tuy, cuenta una señora de
allá, empecé a hacer cola a las tres de la mañana y entré a las 10, y uno ya no
está en edad de eso. A veces uno se ayuda con los muchachos que cobran por hacer
la cola, pero cuando hay que empezar tan oscuro no vienen sino algunos.
Así es comprar en Venezuela.
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