MAYE PRIMERA Miami 25 AGO
2013
Los accidentes en las
refinerías, los despidos y la multiplicación de la deuda amenazan a la
industria petrolera
El sector aporta más del
60% del presupuesto nacional
El 30 de junio 2013, una explosión en
el Complejo Criogénico José Antonio Anzoátegui de Barcelona, al este de
Venezuela, levantó una llamarada de 50 metros que, según las autoridades, fue
controlada en 20 minutos sin reporte de heridos. El 11 de agosto, el impacto de
un rayo incendió la laguna de desechos de la refinería Puerto La Cruz, también
en el oriente. “Tenemos el incendio confinado en la laguna”, informó entonces
Asdrúbal Chávez, vicepresidente de Refinación, Comercio y Suministros de la estatal
Petróleos de Venezuela y primo del difunto mandatario Hugo Chávez. El 20
agosto, otro rayo encendió fuego en una chimenea de la refinería de Amuay, una
de las dos plantas que conforman el Complejo Refinador de Paraguaná, el mayor
del país, donde hace exactamente un año se produjo un estallido por fuga de gas
que mató al menos a 42 personas. El Gobierno suele quejarse de que “la derecha”
utiliza estos accidentes como “elemento de terrorismo mediático”.
En el último año, la estatal Petróleos
de Venezuela (Pdvsa) ha reportado 24 incidentes en sus refinerías: incendios,
cortes eléctricos, paralizaciones no programadas, fugas de gases y
combustibles. La mayoría de ellos ocurrieron en las plantas de Amuay y Cardón,
que integran el Complejo Refinador de Paraguaná: hubo cuatro en mayo, uno en
junio, uno en julio y cuatro más en los días transcurridos de agosto de 2013.
Los vecinos de los barrios aledaños, que perdieron sus casas o los vidrios y
marcos de las ventanas con la explosión del 25 de agosto de 2012, replican el
espanto de entonces cuando ven lenguas y columnas de humo saliendo de las
instalaciones de la petrolera.
“Los trabajadores se persignan cuando
entran, muchos no quieren estar allí”, dijo uno de ellos, Juan Montero, al
diario caraqueño El Nacional, en un informe que denuncia la fuga de mano de
obra calificada a Colombia debido a los bajos salarios y a las fallas de
seguridad en las refinerías de Venezuela. Este goteo migratorio de petroleros
venezolanos se suma a la gran desbandada que comenzó en 2003, cuando el
presidente Hugo Chávez ordenó el despido de más de 20.000 profesionales de la
industria. Estos se sumaron al paro general en su contra, convocado en
diciembre de 2002 por la patronal Fedecámaras y los sindicalistas de la CTV.
Muchos de ellos fueron a parar a las petroleras y contratistas de México,
Canadá, Estados Unidos, Brasil, Catar, Arabia Saudí, Aruba y Curaçao para
burlar el veto impuesto en los sectores público y privado de la industria de
Venezuela.
La estatal venezolana opera un total
de 24 refinerías: seis de ellas están ubicadas en Venezuela y las 18 restantes,
en Aruba, Curaçao, Cuba, República Dominicana, Jamaica, Estados Unidos, Suecia
y Gran Bretaña.
En 2012, las operaciones de
Refinación, Comercio y Suministro reflejaron pérdidas por 7.795 millones de
dólares. Esta viceprepresidencia ha sido dirigida desde mayo de 2007 por
Asdrúbal Chávez: ingeniero químico, con 28 años de carrera dentro de Pdvsa y
primo hermano del expresidente Chávez. Según los sindicatos petroleros de oposición,
los accidentes constantes y las pérdidas en el área de refinación son
consecuencia de la falta de inversión en las operaciones de la industria,
especialmente durante 2011, cuando los “aportes al desarrollo social”
entregados por Pdvsa superaron en casi 50% el monto en inversión. Pero según el
Gobierno venezolano, los números rojos del último año y medio en el área de
refinación se deben a la explosión de Amuay, a los rayos, las tormentas
eléctricas y otros fenómenos naturales.
Los combustibles que Venezuela ha
dejado de producir los compra en Estados Unidos. En abril de 2013, las compras
venezolanas de diesel, gasolina, gas licuado, fuel oil y otros productos
refinados en el mercado estadounidense aumentaron en 138,8% respecto al mismo
mes del año anterior, según cifras del Departamento de Energía. En los primeros
cuatro meses del año, promediaron 129.000 barriles diarios. De acuerdo al mismo
informe, fechado en junio de 2013, las exportaciones de Pdvsa a Estados Unidos
sumaron 847.000 barriles diarios: un 4% eran combustibles y el 96% restante,
petróleo crudo. Esta porción representa un 52% de la producción total de
Venezuela y es la única parte que se vende a precio del día y se paga con
dinero líquido. El resto se vende subsidiado en el mercado interno; a crédito,
a países amigos; o se utiliza para pagar préstamos de dineros ya gastados,
otorgados por China.
La deuda de Petróleos de Venezuela
sumó en el año pasado 40.026 millones de dólares, 14,7% más que en 2011, a
pesar de que los precios de la canasta petrolera venezolana se mantuvieron en
el rango de los 100 dólares por barril. En 1998, antes de que Chávez ganara sus
primeras elecciones y cuando el barril venezolano llegó a costar 9 dólares, el
saldo de la deuda rondaba los 3.000 millones de dólares. La industria petrolera
ha sido el pilar económico del gasto social y del dominio político en
Venezuela, pero especialmente durante la última década. El grueso del dinero
que Pdvsa produce o solicita en préstamos ha sido destinado a financiar
actividades distintas al negocio petrolero: a subsidiar el mercado cambiario,
férreamente controlado por el Gobierno desde 2003; a la compra de alimentos que
se venden a menor precio en mercados populares; a sostener las “misiones
sociales”, que funcionan como ministerios paralelos en las áreas de salud,
educación y militar. Es por eso que, pese a los altos precios del petróleo
nacional, el patrimonio de Petróleos de Venezuela se mantiene estancado y en
riesgo.
La maquinaria petrolera que durante la
era del chavismo ha aceitado la diplomacia venezolana y ha financiado la
satisfacción de las necesidades inmediatas de las clases populares -que no por
ello han superado la pobreza- da señales de agotamiento. De acuerdo a cifras
aportadas por el Gobierno venezolano a la Organización de Países Exportadores
de Petróleo (Opep), la producción total de crudo de Pdvsa entre enero y mayo de
2013 fue de 2,7 millones de barriles por día, un 2,92% menos petróleo del que
producía en agosto de 2012. Estas cifras están muy por debajo de la meta que
Hugo Chávez se había fijado en vida. “Para el 2014 debemos estar llegando a
cerca de cuatro millones de barriles diarios. Para el 2019 debemos estar en
seis millones de barriles diarios de crudo. Somos uno de los pocos países del
mundo con esa gran capacidad de crecimiento de la producción”, dijo el
presidente en septiembre de 2011, el año que Pdvsa gastó más dinero en mantener
al pueblo contento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico