POMPEYO MÁRQUEZ 29/08/2013
Dirigente político
La sociedad va mal, las
encuestas así lo registran. Un ejemplo: 67% de los encuestados contestan que se
va mal. Junis Hernández, dirigente siderúrgico de Unidad Matancera, de Sidor,
declara que -a un año de Chávez ofrecer la firma de los contratos- no se ha
firmado ninguno.
La gente está cansada de que se le
hable de socialismo o de "democracia protagónica y participativa"
cuando el salario no alcanza, denuncia Alexis Rodríguez, dirigente de la
Federación de Trabajadores Eléctricos. Luis Javier Mayorca, periodista de El
Nacional, apunta que la mayoría de las protestas son de partidarios del
oficialismo… ¡por algo será!
Esa realidad no puede ser ocultada por
un heredero de una autocracia militarista. Y que no se llegó a esta importación
de un modelo cubano fracasado sino después de recorrer el camino del
"Oráculo del Guerrero", de Ceresole con su teoría de pueblo-ejército
y líder, la "Tercera Vía", para al final llegar a sucumbir ante Fidel
y Raúl Castro con sus 54 años a cuesta de fracasos reiterados.
De 1958 al 98 vivimos en un ambiente
democrático con todas sus imperfecciones. El último libro de Juan Carlos
Zapata, El suicidio del poder, suministra pistas acerca de los errores
cometidos que abrieron paso a esta autocracia militarista que encabezó Chávez y
que ahora hereda, después de 15 años de fracasos, Maduro.
Lo cierto es que hoy, una década y
media después, se pone de bulto ante grandes mayorías que no vamos por buen
camino. Y que debemos cambiar. Las fuerzas para el cambio han crecido. Desde
los más diversos sectores es un anhelo mayoritario.
Para el 8-D, tenemos una batalla que
es parte de la larga lucha por conquistar democracia y justicia social. Otros
países muestran los caminos para un desarrollo sostenible con atención a la
pobreza. Cómo se puede combinar desarrollo y libertad. No es necesario
sacrificar pieza alguna de esta ecuación. Los pueblos quieren vivir con mejor
calidad de vida.
Los venezolanos queremos vivir en una
sociedad normal, donde funcionen las instituciones, la democracia y la justicia
social. Esa es la perspectiva inmediata de nuestra lucha y los objetivos que
debemos alcanzar para lograr, además, la reconciliación de todos los venezolanos.
Un gobierno para todos y no solo para una sector. No una parte tratando de
liquidar a la otra. Venezuela no puede progresar si no es una. Venezuela somos
todos.
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