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jueves, 22 de agosto de 2013

Protestar no es un delito


Por Juan Andres Mejía, 20/08/2013

Esta reflexión la escribo en medio de la indignación por la forma triste y cobarde con la que el oficialismo lleva los debates en la Asamblea Nacional. No cabe ninguna duda de que este gobierno sin legitimidad, usa el poder de las instituciones para perseguir a los ciudadanos.

Uno de los abusos más evidentes que ha sucedido desde abril, es que la persecución no ha sido solo contra el político. Están persiguiendo a cualquier ciudadano de a pie que disienta con el gobierno. Los hechos de la AN son una muestra más de que estamos en presencia de un golpe de estado a la Constitución. La gran pregunta es ¿cómo defenderla? afortunadamente dentro de esta hay suficientes respuestas.

La estrategia del gobierno ha sido criminalizar a todo aquel que proteste, y vale la pena decirlo, buena parte de la oposición ha caído en el chantaje. En los últimos meses Mahatma Gandhi ha sido citado como un ejemplo de lucha, pero debo recordar también que Gandhi no se quedaba en su casa viendo como le arrebatan sus derechos, él salía a la calle a desafiar al gobierno a pesar de las amenazas.

No estoy hablando aquí de protestar solo por hechos como el de la AN, estoy hablando de protestar también por la falta de servicios, por el incumplimiento de promesas de la Misión Vivienda, el costo de la cesta básica, la inseguridad, el incumplimiento de contratos colectivos, la falta de presupuesto y autonomía universitaria! Protestar por todos y cada uno de los derechos consagrados en la Constitución.

Hay quienes proponen seguir esperando, jugar al desgaste. A ellos debo recordarles que gobiernos ilegítimos como este no cambian si no los hacemos cambiar. ¿Cuántas vidas se seguirán perdiendo en manos del hampa? ¿Cuántas libertades seguiremos cediendo mientras tanto?

Espero que no se confunda mi llamado, no estoy planteando acá soluciones inmediatas, no estoy planteando atajos ni golpes, lo que estoy diciendo de forma muy clara es que gobiernos como este no conceden derechos, los secuestran, es por eso que nuestra obligación es conquistarlos.

Las vías son múltiples, podemos convocar una constituyente, una reforma, un referéndum a los diputados, a una enmienda o simplemente mostrar nuestro descontento con protestas para obligar al gobierno a rectificar. A pesar de que muchos han perdido la fe, estas cosas funcionan y nos han permitido resistir y avanzar.

No hay receta mágica y no pretendo inventarla, solo anhelo que como oposición que somos, entendamos que en circunstancias como estas, protestar por nuestros derechos no es un delito, es un deber. Los cambios no ocurren, los cambios se generan y esa es nuestra responsabilidad.


Juan Andres Mejía
@JuanAndresMejia

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