LUDMILA VINOGRADOFF Día 24/08/2013
Tampoco ha podido
resolver la crisis económica ni el desabastecimiento de alimentos, que es el
principal problema de los venezolanos
Nicolás Maduro sigue deshojando la
margarita para ver si le aprueban la Ley Habilitante con la cual piensa luchar
contra la corrupción o debatir con su rival Henrique Capriles sobre el mismo
tema. Por ahora el presidente venezolano, heredero del fallecido Hugo Chávez,
no ha logrado obtener ni lo uno ni lo otro con lo cual estaría ante un fallo
político que le costaría caro de cara a su iniciada carrera presidencial.
Y es que no cuenta con los dos tercios
de los votos necesarios para que la Asamblea Nacional le apruebe los poderes
excepcionales. Por ello es que no lo ha solicitado todavía oficialmente. El
oficialismo tiene 98 votos y la oposición 67. A Maduro le falta solo un voto,
el 99, para gobernar sin control mediante leyes-decretos como lo hizo Chávez en
sus 14 años.
Pero conseguir el voto codiciado o
«sobornado» como lo calificó Capriles, se le ha hecho cuesta arriba a Maduro y
a estas alturas es muy difícil que lo logre. Tampoco ha querido hablar del
debate que propuso a Capriles. Dijo que solicitará los poderes excepcionales
acompañado del pueblo, que es su voto 99.
Otras opciones
«Si me niegan la habilitante buscaré
otros caminos», dijo el mandatario al referirse a una Constituyente que tampoco
es rechazada por la oposición, aunque en este momento no hay consenso sobre el
asunto y necesitaría mayor estudio.
Lo cierto es que Maduro no ha tenido
éxito en la lucha contra la corrupción, solo reveses con sus propuestas de la
Habilitante y el debate con Capriles. Tampoco ha podido resolver ela crisis
económica ni el desabastecimiento de alimentos, que es el principal problema de
los venezolanos después de la violencia y la inseguridad callejera.
Pero como si luchara contra molinos de
viento, Maduro amenaza a los empresarios: «Para enfrentar la guerra económica
que mantienen algunos sectores. Los vamos a vencer, después no». El mandatario
se refirió a los encuentros que sostuvo hace meses con diferentes empresarios
para resolver este problema. «Fuimos por las buenas, conversando. La mano y una
sonrisa. Está bien. Algunos van a insistir en el sabotaje».
«Ponen caras de tontos creyendo que
están tratando con tontos, están bien pelaos (equivocados). Ya sabemos quienes
son y vamos a actuar en consecuencia», dijo al afirmar que «lo estamos
logrando; el crecimiento, el abatimiento de la inflación, el abastecimiento de
todos los productos, haciendo a veces de tripas corazón». El crecimiento es «la
economía comunal».
Maduro se quejó de que la oposición venezolana
desprecia a los chavistas, tildándolos de «chabacanos y flojos (perezosos)».
«Ellos nos ven como brutos y dicen: miren a quien tienen de presidente, al
burro mayor». «El ‘Maburro’ me llaman ellos, sigan subestimándonos, nosotros
vamos a nadar por encima de los mares de subestimación y vamos a seguir
construyendo patria a pesar de ustedes, acomplejados de la derecha», dijo
quejándose.
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