Miguel Méndez Rodulfo Caracas 25 de octubre de 2013
El término milagro económico en alemán
fue usado por primera vez por el periódico británico The Times en 1950 y
describía la rápida reconstrucción y desarrollo de la economía de Alemania
Occidental después de la Segunda Guerra Mundial, en parte gracias al Plan
Marshall para Europa. Al término de los años 50, Alemania se había convertido
en una potencia económica europea; de la pobreza extrema, propia de un país
destruido, después de la guerra, se pasó al empleo pleno para finales de los
1960, al crearse un millón de empleo por año, durante 7 años. Este vertiginoso
crecimiento económico, permitió que la deuda externa se cancelara
anticipadamente, aumentaran las inversiones y mejorara la calidad de vida.
El milagro alemán se produjo
básicamente por la disposición al sacrificio y la voluntad de trabajo de los
alemanes, así como por la política de reconstrucción del gobierno, mediante el
auxilio del Plan Marshall. Entre el 48 y el 52, ingresaron a Alemania cerca de
US$ 1.600 MM. Estos fondos de ayuda se pusieron a disposición de la empresa
privada y de los municipios, principalmente en forma de crédito para la
adquisición de bienes (comida y materias primas industriales) de origen
estadounidense. La experiencia de Alemania en la reconstrucción de posguerra
nos brinda un ejemplo para estudiar cómo un sistema de crédito orientado a la
producción, en vez de un sistema monetarista, permite que se reconstruya una
nación rápidamente luego de su total destrucción.
La Corporación Crediticia de
Reconstrucción (CCR), organismo alemán, recibió cerca de US$ 1.500 MM de
capital del Plan Marshall para el financiamiento de los proyectos de
reconstrucción. La CCR elaboró una lista de las inversiones más urgentes, con
indicación de los materiales y máquinas requeridas, elementos cuya producción
se contrataría a empresas seleccionadas. Las compañías tenían que presentar una
solicitud de préstamo al CCR con las propuestas correspondientes para las
inversiones operacionales.
En contraste con otros países europeos
que recibieron fondos del Plan Marshall, todo el crédito para reconstrucción
dado a Alemania fue pagado, de tal modo que su capital se incrementó, y siguió
financiando grandes proyectos después de que expiró dicho Plan.
En Inglaterra y Noruega, por ejemplo,
los fondos se usaron para pagar la deuda pública, o, como comúnmente decimos
hoy en día, para equilibrar el presupuesto, lo cual empeoró la situación. Sólo
en Alemania se invirtieron los fondos total y repetidamente en la reconstrucción.
Las deudas externas se pagaron luego con los impuestos adicionales recaudados,
de manera que estos fondos siguieron disponibles para préstamos futuros.
El milagro se basó fundamentalmente en
inversiones públicas en infraestructura y una política crediticia regulatoria y
dirigista. De hecho, "el milagro económico" no fue un milagro, sino
el resultado del entendimiento de la economía imbuida en el humanismo, cuyo
objetivo principal fue el desarrollo del potencial creativo de la población, y
el bienestar de las generaciones futuras.
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