Aluízio Amorim 17 de octubre de 2013
"Si el gobierno de Maduro y
Cabello no toma medidas inteligentes y drásticas de manera inmediata en lo
económico y en lo político, tiene los meses contados. No llegará más allá de
marzo o abril de 2014."
El que opina de forma tan pesimista y
contundente contra el gobierno de los "hijos
de Chávez" no es un líder opositor ni un funcionario del
"imperio". Se trata de Heinz
Dieterich , el intelectual mexicano-alemán creador del
"socialismo del siglo XXI", que no se ahorra críticas feroces contra
la gestión del gobierno bolivariano.
El panorama del otrora gurú ideológico
del "comandante perpetuo" es desolador para Maduro: "Dada la
incapacidad total para enfrentar los graves problemas del país que ha
demostrado el gobierno, es poco probable que pueda evitar el colapso, salvo una
radical reestructuración del modelo económico del presidente Chávez y el cambio
del 80% de los ministros del gabinete, que no son eficientes".
El politólogo se atrevió incluso a
pronosticar los escenarios de la eventual caída: "Movilizaciones
callejeras dirigidas por Washington y la derecha o una alianza destituyente y
sustitutiva entre fuerzas armadas y gobernadores".
El planteo es tan radical que
Dieterich apuesta por dos conceptos tabú en Venezuela, pero que vienen sonando
insistentemente en los contubernios políticos: sublevación social o
levantamiento popular (al estilo del histórico "Caracazo", de 1989,
que provocó la muerte de entre 3000 y 300 personas) y golpe de Estado (en este
hipotético caso protagonizado por militares revolucionarios, con apoyo de la
docena de gobernadores que pertenecen a las fuerzas armadas).
Lo peor para la revolución bolivariana
es que unos y otros, sin excepción, incorporaron a sus discursos situaciones
impensables en otra época. Ayer mismo, Maduro insistió: "El parásito
perdedor [en referencia a Henrique Capriles] anda jugando a contrarrevolución,
jugando a destruir el país. Y ahora preparando la gran insurrección del 8 de
diciembre [día de las elecciones municipales, que la Mesa de la Unidad
Democrática pretende convertir en un plebiscito]. Ellos dicen que van a quemar
el país. ¿Quemarlo? Tengan cuidado, porque la revolución va en ofensiva
total".
Una forma de hacer política, la de
Maduro, que también está en el centro de la crítica del sociólogo de origen
europeo, que la incluye en lo que denomina "Santa Trinidad": "El
kitsch teológico, implorando la protección de San Francisco de Asís; la
palabrería bolivariana, y las quimeras burocráticas socialistas".
Palabras muy duras que confirman que
el intelectual de izquierda nunca profesó ninguna devoción por Maduro, a quien
calificó como "trepador y golpista sindical" en 2012. Eso sí, a los
pocos días del "dedazo" con el que Hugo Chávez designó como su
sucesor a Maduro en diciembre pasado, Dieterich le advirtió contra las
maniobras de Diosdado Cabello.
Lo que debería hacer Maduro, según el
padre del "socialismo del siglo XXI", es abandonar su "oratoria
vacía seudoclerical" y comunicar al país qué "grupos y clases
sociales cargarán con los enormes costos sociales que implica la inevitable
sanación de la economía, que pasa por la devaluación y la política de
austeridad".
El pensador desmenuza el caos
económico que asuela al país, desde la inflación (que calcula que puede llegar
al 58% a fin de año) hasta una posible moratoria en los pagos externos.
"Estamos ante la estanflación, combinación letal de estancamiento con
inflación alta", añadió, sumándose a las advertencias que desde hace meses
realizan economistas locales como José Guerra.
Tanto este experto como otros
adelantan que tras las elecciones municipales de diciembre el Maduro-chavismo
devaluará de nuevo el bolívar.
"El gobierno anunció una medida
para llegar a diciembre [la reapertura de la subasta de dólares, 100 millones
cada semana, y la lucha contra el mercado negro]. Después de diciembre viene
otra devaluación del bolívar, entre 10 y 12 bolívares por dólar",
pronosticó ayer Guerra.
Las advertencias económicas y sociales
de Dieterich coinciden con las interminables colas para conseguir alimentos y
productos básicos por todo el país. Incluso los viajeros que llegan del
exterior no dudan en recargar sus equipajes con útiles básicos. Como María,
vecina de Prados del Este, que llevaba ayer 12 rollos de papel higiénico en un
vuelo procedente de Bogotá.
"No importa, incluso en la valija
llevo harina pan y latas de atún", explicaba con media sonrisa y sin mucho
entusiasmo. Do site do jornal La Nación
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico