Escrito por Gisela Kozak
Rovero Martes, 22 de Octubre de 2013
@giselakozak
La religión comunista, con más de 150
años como diría el gran humanista Tzvetan Todorov, cierra el entendimiento de
los chavistas, es imposible argumentar con un mínimo de lógica
A mis panas cubanos
¿ Conocen la canción "Ay mi
Cuba"? La versión de Celia Cruz, Tito Puente y Héctor Casanova es una
maravilla. Un lamento por Cuba, un homenaje al gran Benny Moré. Celia es la más
grande cantante que hayan dado estas tierras de América Latina, plena de
cantoras de todos los ritmos y tesituras, y nació, sí, en esa Cuba de nuestros
tormentos. Porque, ya no es juego, Cubazuela es un hecho. Ya no se trata de
histerias de la Plaza Altamira, golpes de pecho en Globovisión de señores bien
vestidos ni de bailoterapia para combatir al dictador.
No asere, no panita, no comae: ahora
es verdad.
Viajar fuera del país es un lío,
largas colas para todo, no se consiguen repuestos para electrodomésticos y
automóviles, la oferta de productos de toda especie disminuye. La amenaza es
permanente: te cierro, te compro, te expropio, te jodo.
La religión comunista, con más de 150
años como diría el gran humanista Tzvetan Todorov, cierra el entendimiento de
los chavistas, es imposible argumentar con un mínimo de lógica. La culpa del
desabastecimiento es de, textual, "las viejas que compran demasiado";
la responsabilidad de la falta de dólares es de los que raspan las tarjetas en
los aviones; los automóviles y viviendas están por las nubes por culpa de
cuatro burgueses que encarecen todo; no hay apartamentos en alquiler porque la
gente es egoísta, no quiere cobrar lo "justo" ni tiene piedad con los
inquilinos que no pueden pagar; la delincuencia desatada y los crímenes
horrendos son consecuencias del capitalismo; la inflación es por culpa del
portugués de la esquina que es un especulador; no hay oferta variada de libros
porque las transnacionales odian a Venezuela y los editores privados desprecian
al pueblo y no quieren que lea.
Por Chávez hay cine, música y lectura
en Venezuela, lo que pasa es que nosotros, los enemigos de la patria, no
valoramos nada porque suspiramos por Disney World y Hollywood.
La verdad es un trapo y las consignas
son las letanías diarias. Tratar de argumentar que en otros países, incluido
Ecuador y Bolivia, no pasa lo que ocurre aquí es inútil; apelar a la historia
del socialismo del siglo XX, es inútil. Las libertades individuales y los
derechos humanos no valen nada frente a los bloques de la Misión Vivienda, los
camiones de comida de Mercal, cada vez más escasos, y las ediciones de libros
de El perro y la rana.
Vista esta situación tenemos que
apelar a los camaradas cubanos: que nos enseñen a arreglar peroles sin
repuestos; a comer lo que haya; a estudiar con tres libros; a no salir al
exterior. Porque de salir del autoritarismo no saben nada pero de sobrevivir en
él saben... con la excepción de la gente digna que resiste dentro de esa isla o
emigra. La gente como nosotros, los que resistimos esta humillación permanente.
Los cubanos no son el enemigo, son los chavistas de allá y los fidelistas de
aquí los que nos han erigido como sus enemigos porque necesitan del miedo para
alimentar su poder.
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