Por Marco Antonio Bozo, 28/08/2014
Siempre se ha escuchado “mono-productor y mono-exportador” como característica de nuestro país y hemos visto como en los últimos años las universidades sin ser ese su objetivo final se han dado a la tarea de ser exportadores también. Hemos sido testigos de una gran cantidad de jóvenes a la aventura de conseguir una mejor calidad de vida en otros países pero lastimosamente en una amplia mayoría esto sucede luego de que obtienen su título universitario en Venezuela.
Las universidades públicas que atienden con una gran calidad académica a sus estudiantes de todos los estratos sociales y de muchas partes de país hacen una labor con dificultades asombrosas; el estudiante de una universidad pública vaya que aprende a resolver problemas desde el punto de hacinamiento en un salón de clases, en los autobuses y en la infraestructura universitaria hasta el hecho de no contar con libros, teorías actualizadas, laboratorios de calidad o por lo menos pupitres decentes. Sin embargo como todos conocemos a duras penas hay un presupuesto que logra cubrir el mínimo funcionamiento del alma mater.
Es una inversión que realiza el Estado venezolano en la Educación Superior para que nuestros profesionales se pongan en servicio a la Nación, pero ¿Cómo lidiar ante la idea de que ninguna de estas profesiones garantiza la estabilidad social y económica para el egresado universitario?
Sin dudas las universidades buscan obtener, Ingenieros capaces de realizar grandes obras o de realizar sistemas de producción óptimos para cubrir las necesidades de la sociedad. Administradores, Economistas y Contadores que sean capaces de tomar grandes decisiones en función de la ética y la rentabilidad de las organizaciones. Médicos, Odontólogos, Enfermeros, Bioanalistas que cuentan con reconocimiento internacional y una gran versatilidad para atender la salud de nuestro pueblo. Abogados que sean capaces de resguardar un estado de derecho para el país y así todas las profesiones que buscar para el futuro servir a la sociedad.
Es decir el Estado venezolano ha estado regalando no solo petróleo sino de manera indirecta cerebros, con una carrera universitaria que consiguieron de manera gratuita. Lo que menos se debe exportar son títulos universitarios. Ha sido una inversión que sencillamente se está perdiendo y es que no ha conseguido su fin, una sociedad que trabaje en función del progreso, del trabajo y del éxito para lograr una estabilidad social.
¿Juzgar a quienes se van? Para nada, cada quien tiene una realidad distinta pero si debemos de juzgar al Gobierno que no es capaz de hacer tentador el hecho de quedarse en el país. Es penoso perder lo más importante para un país, su recurso humano. En una entrevista hecha por Diario El Nuevo Herald al Profesor Tomas Páez, de la Universidad Central de Venezuela y coordinador general del estudio La Comunidad Venezolana en el Exterior; resalta que más de 1.5 millones de personas se han ido del país, más del 90% de ellos portando títulos universitarios y 40% con estudios en maestrías.
En Venezuela la fuga de talentos es preocupante es que sus trabajadores no hacen lo que les apasiona sino que optan por la sobrevivencia. Para un ingeniero es más rentable ser taxista que trabajar en la industria, para un contador es mejor vender ropa que trabajar en una firma contable y así una infinidad de casos. ¿Cómo planificar una familia? ¿Cómo adquirir una vivienda?
Creo pertinente involucrar la mayor cantidad de jóvenes, estudiantes, sociedad entera en la conquista de espacios para lograr transformar la sociedad para la construcción de una nueva visión de país. El llamado es la participación en la tónica de una agenda social capaz de impulsar un nuevo pensamiento colectivo. Solo así veremos resultados sustentables para el país.
Estoy convencido que estas circunstancias tan irónicas les quedan poco tiempo, la transformación depende de cada uno de nosotros. Construyamos la bienvenida a todos esos hermanos, amigos y compañeros que hoy están en el exterior que al igual que nosotros sueñan con ese país lleno de oportunidades.
La inspiración siempre estará en lo que podemos hacer y tener como país.
Marco Antonio Bozo Tamayo. - Twitter/Instagram: @bozotamayo.
http://acn.com.ve/opinion/las-universidades-como-organizaciones-exportadoras/
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