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domingo, 11 de septiembre de 2016

Hundiéndonos en el estiércol del diablo


Por Miguel López Trocelt


 carta enviada por el actual mandamás de Cuba Raúl Castro, al presidente de Rusia Vladimir Putin, solicitándole un suministro de petróleo, para suplantar los envíos de Venezuela, desnudó la verdad de la realidad de esta primera industria nacional.

Esto se veía venir, dado que se vienen acrecentando las dificultades, por las cuales se atraviesa todo el conglomerado petrolero venezolano, y las consecuencias que acarrearía en un futuro cercano.

… Y bien cercano, dado que si el gobierno venezolano, que se desvive por complacer a la isla caribeña en todos sus antojos desde hace más de 17 años, ahora la dejan desprovista del “oro negro”, que la ayudó a subsistir en los últimos tres lustros, y que le permitió retrasar la depresión que se le está viniendo encima, porque su economía está en fase pre-crítica.

Se dice que esto ya casi se sabía, porque el mes de julio 2016 los cubanos ensayaron un programa de ajustes, para enfrentar la falta de liquidez financiera y el desabastecimiento petrolero, para que afectara lo menos posible a los casi doce millones de cubanos.

Al conocerse estos anuncios, se dijo también que venían tiempos duros y por ello se aplicaron medidas de ahorro energético y contención del gasto de divisas. Esta es la diferencia entre ambos gobiernos (Cuba – Venezuela), allá se toman medidas, aquí ni siquiera aparece una cinta métrica.


El problema para Venezuela se centra en factores que inciden directamente, como lo son: baja en la producción de más de 225 mil barriles por día, paralización constante de taladros, fallas energéticas en centros de operaciones, retiros de empresas prestadoras de servicio esenciales para el funcionamiento, alta deuda con proveedores y tenedores de bonos de PDVSA, distorsión en el propio trabajo a desarrollar y poca influencia en las políticas de OPEP

Pero como cada quien saca ventajas de los desfases, pues los responsables directos de esta debacle, solo piensan en darse alguna vuelta por los predios de los grandes países productores, a fin de darle el respectivo saludo a la bandera y deleitarse del viaje, porque en más de cinco veces, han tratado de subvertir el bajo precio del crudo y siempre vienen con las manos vacías, y ni siquiera manchadas de petróleo.

En este mes de septiembre 2016 se abre de nuevo la duda o preocupación para los acreedores de la Nación y de la matriz petrolera, los cuales deben desembolsar casi 4 mil 200 millones de dólares, que no se saben donde están guardados o como los pagarán, porque esto es un secreto bien guardado, quizás a costilla de no importar más alimentos, medicinas, repuestos…

Esta triste realidad demuestra una vez más, que la alternativa de enmendar, reformular o cambiar las políticas nefastas no va con esta gestión administrativa que se está hundiendo en el propio foso petrolero.


07-09-16




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