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martes, 13 de septiembre de 2016

Venezuela al final de la utopía “revolucionaria”, @jesusalexisgon




Por Jesús Alexis González, 12/09/2016

La economía política, que en esencia trata lo referente al desarrollo de las relaciones sociales de producción, considera sin distingo los intereses económicos básicos de todos los ciudadanosde forma muy diferente al asumido en Venezuela por los “teóricos” del socialismo del siglo XXI (¿?) y propulsores de un amorfo proceso revolucionario en lo atinente a la transición del modo de producción (forma como los individuos se organizan para producir, distribuir y consumir los bienes que satisfacen sus necesidades) hacia una “nueva” forma de organización en nada vinculada con la obligante presencia de medidas sociales instrumentadas como una unidad armónica de todos los grupos sociales. En aras de procurar materializar su irreal y utópica “economía socialista” (¿?), apoyan el proceso político sobre el piso del régimen democrático buscando, sostienen, una nueva forma de relación entre el Estado y la sociedad para la “gestión” de la acción pública a la luz de un socialismo democrático (¿?) que en honor de los hechos se ha venido estructurando inorgánicamente con grandes vacíos en cuanto a la imagen-objetivo de país que pretenden alcanzar; siendo que tal ausencia ha profundizado (al tiempo de alejarse del sentir democrático) las imperfecciones que desde hace casi ¡ 20 años! destacó (y prometió acabar) su principal “ideólogo”: “No tenemos una economía productiva, sino que dependemos en un 80% del componente importado. Hace falta, entonces, para atacar la inflación, impulsar un modelo económico distinto, productivo”. (H. Chávez en: Blanco Muñoz, 1998); hasta replantear el viejo asunto del paso de la democracia política a la democracia social y económica haciendo uso de frases esperanzadoras para cautivar inocentes así como de enfoques generadores de ilusión tal como la democracia deliberativa (los ciudadanos han de deliberar sobre problemas y temas públicos en pro de instituir un proceso de decisión colectiva) y de la democracia participativa (armonizar la democracia asamblearia o de base con la democracia representativa o de partidos).

Resulta una obviedad manifestar, que cualquier modelo de sociedad socialista (¿?) que se pretenda ha de ser, por principio, diferente al modelo capitalista de mercado con la dificultad que implica que ese “nuevo” modelo emerge de un ambiente que rechazan y donde habrá de crecerpara intentar (¿soñar?) crear sobre una estructura capitalista de perfil democrático las premisas materiales del socialismo con base en un desarrollo planificado de la economía; lo cual no es propiamente lo que se observa en el actual proceso económico-social de Venezuela que sin claridad en el perfil de país que aspiran (¿aspiraron?) aunado a la indefinición conceptual de la pretendida “revolución” socialista (hoy afortunadamente en vías de desaparecer) impulsada por el movimiento chavista con el fin ulterior de alcanzar el podersin un norte de gobierno para instrumentar cambios positivos en el bienestar colectivo (el poder como un fin en sí mismo y para beneficios personales); y muy por el contrario propiciando un catastrófico desenvolvimiento económico para promover la “mano extendida” gubernamental con subordinación electoral (desde las Misiones hasta las “bolsas de comida” quincenales), a la par de un estímulo al odio entre sectores de la sociedad civil (con complicidad acomodaticia de una parte de la alta jerarquía militar) como estrategia de división (divide y vencerás) para intentar perpetuarse en el poder ¡sin gobernar! (con asesoramiento cubano)en el marco de una guerra permanente contra el sector privado(en sus distintas vertientes) que en armonía con la oligarquía, afirman,conforman la base de apoyo del capitalismo depredador (¿?) razón por la cual, dicen, deben ser destruidos apelando al odio (que en el presente venezolano se les revierte) acorde con lo expresado por el Che Guevara: “El odio como factor de lucha, el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser humano y lo convierte en una eficaz, violenta, selectiva y fría máquina de matar. Nuestros soldados tienen que ser así: un pueblo sin odio no puede triunfar sobre un enemigo brutal”. (Las negrillas son nuestras); muy en contrario al pensamiento de Martin Luther King: “O vivimos todos juntos como hermanos, o perecemos juntos como idiotas”.

El nefasto “gobierno revolucionario” que inicióH. Chávez (luego de sus fallidos golpes de estado) y que tiene y debe finalizar con el revocatorio en 2016 del mandato de N. Maduro, ha propiciado un desmoronamiento paulatino de nuestra economía al extremo que se estima para fin del 2016 una contracción superior al 10% en el producto interno bruto ( PIB ) entendido como el valor que totaliza la producción de los bienes y los servicios en un cierto periodo asumido como indicador básico para reflejar la riqueza de un país; siendo que tal decrecimiento económico se alcanza en un marco de una inflación estimada para finales de año en más del 800%(¿hiperinflación?)siendo que la acumulada de agosto se ubicó en 372% hasta situar la Canasta Básica Familiar en unos Bs 595.245/mes que apenas puede ser atendida en un 2,6% con el salario mínimo. Complementariamente (y para males mayores), la monetización del déficit fiscal cerró (diciembre 2015) en un 23% del PIB como consecuencia de la continua emisión de dinero inorgánico para hacer frente (irresponsablemente) a la caída de los ingresos fiscales petrolerossin racionalizar el gasto público ante el temor que continúe aumentando el “costo político” (¿?) cuyo alcance se puede cuantificar en un rechazo superior al 75% a la “gestión” presidencial; con el agravante de no contar con la oportunidad de lograr financiamientos externos (aparte del FMI) para actuar sobre los desequilibrios macroeconómicos no en razón de ser el Estado un “mal pagador” (todo lo contrario) materia a la cual le brinda prelación la banca internacional, sino por su acostumbrado circulo vicioso de endeudamiento para gastar más sin pretender invertir profundizado la dependencia petrolera para potenciar el “festín” teniendo como invitado principal a la corrupción en un ambiente “decorado” de una pérdida de VALORES.

En fin, asumimos que el movimiento chavista en una estrategia de supervivencia intentará por todos los medios y triquiñuelas posibles que el RR presidencial se lleve a cabo en 2017 con el único propósito de “sacar” a N. Maduro no solo del gobierno sino de cualquier actuación en el escenario político hasta convertirlo en la causa de todos los males socio-económicos que experimenta el país, abriendo, suponen,  espacio para la permanencia del chavismo en el poder con un “moderado revolucionario”como Presidente en simultanea esperanza de una elevación salvadora del precio promedio de nuestro crudo (cerró la semana con un promedio de US$ 38,7/b) que les permita reeditar su fracasado socialismo petrolero apuntalado por un “nuevo” populismo clientelar. A tenor de ello, la presión de calle ha de mantenerse como un escudo protector ante tan encubiertatenebrosa pretensión chavista arrinconando a los burócratas y generando un “miedo gubernamental” hasta obligarlos a fijar fecha para la celebración del RR presidencial en 2016 ¡¡ y punto!!Sin desviar la atención hacia “potes de humo” como el lanzado por el Vicepresidente de la Republica: “Hay un sector de la oposición interesado en reunirse con el gobierno”; lo cual de nuestra parte asumimos como cierto si inferimos que será para solicitarle formalmente al Presidente que renuncie al cargo en ¡beneficio de todos!



Economista Jesús Alexis González
@jesusalexisgon

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