Por Marino J. González
R.
La semana pasada se
difundieron las estimaciones realizadas por el Institute for Health Metrics and
Evaluation (IHME) de la Universidad de Washington, Estados Unidos, sobre el
número de muertes por la pandemia de covid-19 que se pronostican para el 1 de octubre
de este año. Este instituto es uno de los más prestigiosos en el contexto
mundial en mediciones de salud, con aportes significativos para conocer la
carga de la enfermedad en los países, así como en la definición de prioridades
de intervención en los sistemas de salud.
Estas últimas
estimaciones actualizan las realizadas para la primera semana de agosto de este
año (se pueden consultar en https://covid19.healthdata.org).
De acuerdo con la generación de datos en los países y el mejoramiento de los
métodos, los nuevos estimados pueden reflejar con mayor exactitud la dinámica
de la pandemia, especialmente en sus efectos en la mortalidad.
Para el 30 de junio, la
estimación del número de muertes por covid-19 en América Latina por el IHME
corresponde a 129.970. Cuando se compara con la cantidad de muertes
efectivamente reportadas, esto es, 113.709, se aprecia que es el 87% de la
cifra estimada, lo cual es bastante adecuado, dado que siempre existe un margen
de error en modelos predictivos.
Los países en los
cuales se sobreestima una mayor proporción de muertes son Ecuador y Perú. En el
resto de países (18) los valores estimados se acercan mucho a las muertes
efectivamente registradas.
Los datos registrados
al 30 de junio indican que América Latina representa el 22% de las muertes
totales por covid-19 (505.295), lo cual es muy superior a su peso poblacional
(8% de la población mundial). Los países con mayor número de muertes son Brasil
(58.314), México (27.121), Perú (9.504). Ahora bien, cuando se considera la
tasa de mortalidad, para comparar con poblaciones homogéneas, se constata que
seis países de América Latina se encuentran entre los 20 con mayor tasa de
mortalidad por covid-19. En orden descendente son: Perú (lugar 10), Brasil
(11), Ecuador (12), Chile (13), México (17) y Panamá (20). Dado que en muchos
de los países que ahora se encuentran en los primeros lugares según la tasa de
mortalidad, se ha logrado el control de la pandemia, es muy posible que los
países de América Latina pasen a ocupar esos lugares.
Las estimaciones
realizadas por el IHME se resumen en tres escenarios. En el caso de la gran
mayoría de los países de América Latina no se ha logrado el control de la
pandemia. De manera que todavía se encuentran en la primera fase de la pandemia
(a diferencia de otros países que lograron el control y ahora experimentan una
nueva fase de casos).
El primer escenario
asume que los países tomarán medidas de control cuando el número de muertes
supere el umbral de 8 muertes diarias por millón de habitantes. En este
escenario, para el 1 de octubre de este año, el total de muertes registradas en
América Latina sería 437.079. Brasil tendría 167 mil, México 88.160, Perú
36.210, Colombia 35.314 (los cuatro países con mayor número de muertes). Esto
significa que la tasa de mortalidad se triplicaría en el caso de Brasil y
México, en tanto que en Perú aumentaría cuatro veces, y en Colombia poco más de
nueve veces. Todo ello en tres meses. Independientemente de que pueda
mantenerse cierto grado de sobreestimación, no quedan dudas de las dramáticas implicaciones
que tiene esta posible tendencia en la región.
El segundo escenario
asume que las medidas de control, como ha estado pasando en las últimas
semanas, no serían aplicadas con la rigurosidad requerida. En este caso, el
total de muertes por covid-19 en la región sería 907.535. Poco más del doble
que en el primer escenario. En Brasil las muertes llegarían a 340 mil, en
México a 151 mil, solo por citar a los dos países con mayor población en la
región. Entre los dos países, tendrían más muertes que el total de la región en
el primer escenario señalado.
En el tercer escenario
se asume que el uso obligatorio de mascarillas por parte del 95% de la
población en todos los sitios públicos puede reducir el total de muertes a
388.089.
De manera que el uso
sistemático de la mascarilla produciría una reducción de más de medio millón de
muertes con respecto al segundo escenario. Y con respecto al primer escenario
sería una reducción de poco menos de 50 mil muertes.
Estas estimaciones
deben tomarse como referencia para las mejoras de las políticas de control de
covid-19 en América Latina. Las limitaciones reflejadas en las últimas semanas
en las desescaladas realizadas en la región, indican que se deben revisar con
urgencias estas medidas, so pena de seguir la tendencia del segundo escenario
(el más desfavorable).
Por otra parte, solo
con garantizar el cumplimiento del uso de la mascarilla, el efecto de reducción
de mortalidad es muy significativo. Es también evidente que las muertes
estimadas pueden reducirse mucho más si todas las opciones de control se
ejecutan con mayor efectividad.
A pesar de ello, es
bastante evidente que las dimensiones de la pandemia, en términos de las
muertes ocasionadas, y el sufrimiento de millones de familias, tiene
dimensiones monumentales, y agravan las perspectivas de la región. Todo lo que
se pueda hacer para reducir este impacto, no es solo urgente sino de altísima
prioridad para gobiernos y sociedades.
01-07-20
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