Carlos Vecchio 14 de octubre de 2020
@carlosvecchio
Mucha
gente pregunta por qué el presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, no ha
puesto fin a la dictadura de Nicolás Maduro.
En enero acompañé al presidente a la Cumbre
Antiterrorista en Colombia. Durante la conferencia, el presidente Iván Duque
expresó su preocupación cuando dijo: “Muchos especulan sobre por qué el
presidente Guaidó no ha puesto fin a la dictadura. Esto no debería ser una
discusión sobre habilidades personales, su valentía es bien conocida. Enfrentar
una dictadura sangrienta que no conoce límites es una obra de supremo heroísmo.
Todos sabemos que la transición hacia elecciones libres es nuestro deber
colectivo ”.
En Venezuela, no enfrentamos una dictadura clásica. El
régimen de Maduro tiene vínculos con organizaciones internacionales de
narcotráfico y terroristas. Una respuesta adecuada para poner fin a la
dictadura es fundamental, no solo para el pueblo venezolano sino para el mundo
en general.
El informe de la Misión Internacional Independiente de
Investigación sobre la República Bolivariana de Venezuela (FFM), encargado por
el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, sacó a la luz la mayor
necesidad de un enfoque multilateral.
El informe, publicado el 16 de septiembre, deja en
claro que hay motivos razonables para concluir que Maduro, junto con sus
ministros de seguridad y defensa, ordenó o contribuyó a crímenes de lesa
humanidad, crímenes cometidos a escala sistémica y masiva.
La información fue proporcionada con la cooperación de
los agentes de seguridad en activo, quienes de manera anónima contribuyeron y
acusaron a sus superiores de estos delitos. El expediente insta a la Corte
Penal Internacional a buscar justicia sin demora.
Guaidó, la Asamblea Nacional y el pueblo de Venezuela
han liderado una heroica batalla contra la dictadura. Pero, en respuesta a la
demanda cívica de libertad y justicia, la dictadura ha intensificado su
represión y violencia criminal. Miles de personas han perdido la vida a manos
del régimen. Los que sobrevivieron se vieron obligados a huir de Venezuela en
busca de refugio. El objetivo de la dictadura de Maduro es muy claro. Francisco
Cox, uno de los expertos de la misión FFM, lo expresó claramente: “Hay un
objetivo claro para eliminar a la oposición”.
Siempre ha existido una gran preocupación de que la
tragedia del pueblo venezolano que se está desarrollando se conozca demasiado
poco y demasiado tarde. Esta necesidad de arrojar luz sobre nuestra difícil
situación me llevó a dejar mi país en 2014, cuando Maduro ordenó cobarde e
ilegalmente que me encarcelaran para someterme a un juicio amañado por luchar
por la libertad y la democracia. Queremos evitar que la historia se repita y no
tener que escuchar, en retrospectiva: “Lamentamos no haber actuado antes para
detener estos crímenes a tiempo”. Guaidó ha pedido a los estados miembros de la
Asamblea General de la ONU que cumplan con su responsabilidad de ayudar al
gobierno legítimo de Venezuela a proteger al pueblo venezolano. “Ha llegado el
momento de acciones oportunas y decisivas”, dijo.
La tragedia que se desarrolla en Venezuela no se puede
minimizar ni ignorar. La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos,
Michelle Bachelet, informó que las fuerzas de Maduro asesinaron
extrajudicialmente a 6.856 personas inocentes entre 2018 y mayo de 2019. Entre
enero y agosto de 2020, 2.000 venezolanos fueron asesinados. Además, la
dictadura torturó, encarceló o mató a civiles pacíficos y a sus familias que
eran críticos con la dictadura. Las torturas incluyeron asfixia con bolsas de
plástico, submarinismo, palizas, descargas eléctricas, largos períodos de
aislamiento y privación de agua y alimentos, además de violaciones y amenazas de
muerte. La probabilidad de que cualquiera de los 334 presos políticos que
quedan podría estar soportando estas torturas ahora es real.
El horror se documenta mejor con el asesinato del
capitán Acosta Arévalo, quien murió a causa de sus heridas momentos después de
comparecer ante un juez. Acosta tenía 38 heridas graves en el cuerpo, incluido
un tabique nasal roto y abrasiones en hombros, codos y rodillas. Sus heridas
fueron tan graves que los analistas forenses las compararon con las de una
víctima del terremoto aplastada por un edificio que se derrumbó.
Lamentablemente, la diplomacia no avanza a la
velocidad que necesita el pueblo venezolano. Necesitan con urgencia el apoyo
decisivo de la comunidad internacional para proteger millones de vidas
inocentes en riesgo de la dictadura más brutal de la historia de América
Latina. Confiamos en que los países de nuestra región, en Europa, así como las
organizaciones regionales e internacionales, puedan hacer mucho más para
ayudarnos a recuperar el respeto de los derechos humanos, el estado de derecho,
la libertad y la democracia.
Proteger la vida y la libertad del pueblo venezolano y
poner fin a la dictadura de Maduro es una obligación moral compartida.
Carlos Vecchio
@carlosvecchio
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