Emilio Nouel 04 de octubre de 2020
@ENouelV
En la opinión pública nacional e internacional rueda
la fábula de que en Venezuela no hay medicinas, alimentos, repuestos,
electricidad, agua y gasolina, entre otros productos y servicios, por causa de
las sanciones internacionales acordadas en contra de los tiranos que usurpan el
poder. Hasta llega hablarse de bloqueo siguiendo la retórica mentirosa que le
sirvió al castrismo cubano largo tiempo para presentarse como víctima.
No obstante, lo más llamativo para cualquiera que se
asome a la tragedia que vive nuestro país petrolero es la carencia de gasolina.
Situación insólita, incomprensible, absurda.
No hace falta esforzarse mucho para demostrar que la
causa fundamental del descalabro económico venezolano y de su industria
energética en particular, es una conducción gubernamental funesta, consecuencia
de la ignorancia y la incompetencia, amén de una ideología letal que puso en
práctica durante dos décadas una horda de desalmados.
No son las relativamente recientes sanciones las que
nos han hundido como país, a pesar de que algunos, no solo desde Miraflores,
quieran convencernos de lo contrario.
Las cifras del país están a la luz, y basta
examinarlas superficialmente para constatar que el desastre arrancó hace varios
años, antes de las sanciones. Una ideología demencial, estatista, colectivista
y expropiadora acabó con nuestra estructura productiva.
Al
oír decir que la gravísima situación de falta de gasolina se debería atribuir a
las sanciones mencionadas, no le queda a uno sino compararnos con Irán, país
que tiene sanciones desde hace más de 40 años, pero que sigue produciendo
petróleo y hasta nos vende gasolina, que, por cierto, pagamos con oro.
Las sanciones contra los jerarcas del régimen tiránico
chavista comenzaron en 2017. Las de EEUU, en 2017 y 2018, de carácter
financiero y comercial y por razones políticas y de corrupción, dirigidas a
funcionarios del gobierno, y las de la Unión Europea, en 2017 (embargo de
compra de armas), y en 2018, contra funcionarios gubernamentales por elecciones
no justas y libres. Es decir, que para Venezuela, las sanciones tienen 3 años
de vigencia, contra PDVSA, uno. En ese momento, Venezuela ya producía
aproximadamente 1 millón cien mil barriles diarios, cuando en 2011 produjo el
doble, 2 millones 400 mil aproximadamente. Debe recordarse que cuando Chávez
llegó al gobierno la producción estaba en 3.4 millones de barriles.
Vayamos al caso de Irán.
Las primeras sanciones tanto de EEUU como de la Unión
Europea, comenzaron en 1980, después de la revolución de los ayatolas. A estas
se agregan, desde entonces, las de 1987, 1995, 2006 (del Consejo de Seguridad
de las NNUU), 2010, 2011, 2012, y la más reciente este año 2020, por parte de
EEUU. Estas sanciones han sido, prácticamente, de toda naturaleza.
Financieras, bancarias, comerciales, nucleares, equipos para enriquecimiento de
uranio, etc., excepto las de naturaleza humanitaria.
Y uno se pregunta: ¿Dejó Irán de producir petróleo y
gasolina a causa de las múltiples sanciones? ¿Los iraníes destruyeron su
industria petrolera como sí lo han hecho los chavistas en Venezuela?
Veamos las cifras iraníes de producción y exportación
de petróleo.
Desde 1986 hasta el 2012 (año de nuevas sanciones),
Irán mantuvo su exportación de petróleo en unos niveles en ascenso y estables,
a pesar de las sanciones en vigor. En 2018, alcanzó casi 4 millones de barriles
diarios producidos, después de dos años de caída de la producción (cifras del
Banco Central de Irán e ÍNDICE IATBXOIL).
Desde 1996 hasta 2017, Irán se ha mantuvo, según la
OPEP, en un rango de exportador de petróleo de alrededor del 8 % del total de
exportación de todos los miembros de esa organización.
En 2019, las exportaciones petroleras iraníes
alcanzaron unos niveles inesperados, según lo reporta Royal Global
Energy. El 22% fue a China, el 18% a Unión Europea, 14% a Japón, 13% a
India y 10% a Corea del Sur, entre otros destinos.
Un país sancionado durante tantas décadas como Irán,
por lo visto, y con sus altibajos, no ha destruido su industria energética.
Esta ha seguido funcionando.
¿Cómo es entonces que la de Venezuela esté destruida,
supuestamente, con apenas 1 año de sanciones a PDVSA? La exportación de crudo
ha caído a los niveles de comienzos del siglo XX. Y sobre la carencia de
gasolina no hay nada más que agregar, el drama está frente a nosotros a diario.
El transporte de personas, productos y alimentos, ha devenido una calamidad
social, que comienza a movilizar a la gente a lo largo y ancho del
país.
¿Es culpa de las sanciones la destrucción de nuestras
refinerías y por eso no tenemos gasolina? ¡A otro perro con ese hueso!
Aquí, no hay más responsable que los tiranos que aún
siguen en Miraflores, que como siempre echan las culpas propias a terceros y
pretenden resolver el problema aprobando leyes bufas como la que llaman de
“antibloqueo”, cuyo objetivo no es otro que presentar una imagen de
apertura engañosa ante el mundo y tratar de dar soporte jurídico a la asamblea
que designará el 6D.
Los problemas de la gasolina, la electricidad, la
hiperinflación, la incompetencia y la corrupción, por solo mencionar estos
pocos asuntos, no tendrán solución con la gentuza usurpadora del gobierno que
nos oprime. Solo su salida permitirá que iniciemos un proceso de recuperación
institucional en libertad y hacia la prosperidad anhelada.
Emilio Nouel
@ENouelV
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