Por Manuela Alcalá, Febrero 2013
Querida Ivanna: confieso
que tu carta removió mis más profundos sentimientos maternales.
Me sorprendió tu seriedad
y madurez a tan corta edad........¡No sabes cuánto lamento que haya sido de
esta manera tan dura como hayas podido llegar a ello.
Mi niña linda...te pido
que no estés triste......ten mucha fe.....estoy segura que muy pronto tu papà estará
libre junto a ti para que puedas cuidarlo y mimarlo como lo deseas.
Lamentablemente Ivanna,
la Venezuela de tu niñez no es la misma mia. Yo fui una niña feliz, porque crecí
en un hermoso país que ya no existe. Un país donde había seguridad, respeto, educación
y solidez familiar. Pero aun asi, de las peores experiencias se obtienen los
mejores resultados. Estos momentos difíciles te convertirán en una mujer fuerte
y te otorgaràn una sensibilidad social de la que carecen los actuales
gobernantes.
Creo que tu carta y el
esfuerzo que hiciste al vencer tus temores, enfrentarte a la prensa, a las cámaras,
con tanta valentía es la prueba más grande de amor hacia Ivan, tu papá.
Tu papi estará muy
orgulloso de tener una hija tan valiente y decidida a luchar por su salud.
Ivanna tienes como padre
a un gran ser humano, un hombre honesto y trabajador que està preso solo por
tratar de salvar la vida de otros ciudadanos.
¡Estoy segura que Dios te
concederá tu petición....Dios te bendiga mi niña linda!
Es todo,
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