Por Lic. María Antonieta Angarita, 18/02/2013
Boletín 122, AIPOP
En el año 1978, la
Editorial española Altea, publicó una serie de cuentos para a ilustrar los diez
principios de la Declaración de los Derechos de los Niños. El Artículo VII
reseña el derecho a recibir educación gratuita y obligatoria y se ilustra a
través de la historia de dos gobernantes de escasa preparación que compiten
permanentemente en poderío militar dejando a ambas sociedades sin escuelas,
hasta que, por exigencia de los habitantes, deciden construir y competir por
las mejores escuelas, vendiendo todo su armamento para ganar en poderío
educativo. Al pasar el tiempo, la población alcanzó un adecuado nivel profesional
y los gobernantes tuvieron que entregar el poder por su ineptitud.
La educación de un país
exige planificación a corto, mediano y largo plazo. Los resultados se harán
visibles con el tiempo. EL ejemplo más claro es el nacimiento en 1975 de la
Orquesta Juvenil Simón Bolívar, cuya madurez se hizo evidente en los años
recientes. El escenario económico, político y social se profundiza como
incierto y turbulento debido a la reciente devaluación de la moneda, al vacío
de autoridad política por la ausencia del presidente, a la inseguridad jurídica
y social, a la violencia exacerbada en todos los ambientes de la vida del país,
al propósito de desaparecer los principios e instituciones democráticas, etc.
Sin embargo, la
educación debe continuar con su misión
sin descanso. Los niños y jóvenes venezolanos deben seguir formándose en todos
los niveles educativos para procurar construir su identidad como ciudadanos
productivos por encima del desconcierto, alimentando el intelecto y el espíritu
con las herramientas necesarias para traspasar tanta incertidumbre. Educar es
la herramienta necesaria desde el seno de la familia, para retomar y desarrollar temple, coraje, ética y
criterio democrático.
Los modelos de gerencia
educativa en las instituciones desde la edad temprana hasta la universitaria
actual, deberán suscribirse a proyectos y metas a corto plazo susceptibles a
cambios permanentes, que produzcan sensación de logro en pequeña medida,
tomando en cuenta principalmente la identidad emocional de los integrantes de
cada comunidad, el acompañamiento de procesos humanos, la negociación y la
resolución de conflictos, más allá del manejo curricular de contenidos
pedagógicos.
Se necesita
urgentemente la palabra inspirada y sentida de educadores, líderes sociales,
profesionales, padres de familia y gente común, como referente y bastón de
apoyo para la recuperación de la identidad ciudadana aparentemente desdibujada.
Viktor Frankl en su libro El Hombre en
Busca del Sentido, ofrece estrategias de sobrevivencia en ambientes
infrahumanos que otorgan luces importantes, conseguir oportunidades dentro del
ojo del huracán se muestra difícil, sin embargo, son todavía muchos los venezolanos
que mantienen el firme propósito de abrirse paso como lo hicieron los músicos
de la orquesta sinfónica, los resultados serán evidentes a largo plazo.
Mientras tanto, en los peores momentos, registremos metódicamente y mostremos
al mundo los proyectos que han persistido al tiempo de incoherencia y barbarie
en todas las áreas de la vida nacional. En un futuro próximo servirán de
fundamento para la reconstrucción de las instituciones.
ÁNIMO, la competencia
no está perdida. Las estructuras éticas, morales y ciudadanas piden a gritos
ser sostenidas por los ciudadanos de a pie que apuestan a Venezuela. Con perseverancia, claridad de criterio, toma
de decisiones prudentes y asertivas y
sensibilidad social, por encima de la dificultad, saldremos adelante. ANIMO.
Para leer el Boletín
122 completo pulsa en el enlace:
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