jueves, 28 de febrero de 2013

Una propuesta estratégica para elegir el Candidato Presidencial de la Alianza Democrática



Mensaje con Destino: nunca sobran  las opiniones de quienes  desean contribuir con esta causa.

Por Jesús González Briceño, 27/02/2013

Al reflexionar profundamente y por varios días sobre ¿quién sería nuestro mejor candidato para una eventual elecciones presidenciales en un tiempo próximo futuro?, me asaltó a la mente la lectura de la obra de  Peter Schröder, Estrategias Políticas (Edición española 2004, Fundación Frederick Neumann/OEA), la que puede sacar de muchas dudas y vacilaciones  a propios y extraños, sobre todo, en esta actual coyuntura de enorme conflictividad y distintas opiniones de una alianza democrática que no termina de divisar cuál es el mejor camino para obtener la victoria electoral para desplazar la autocracia y autoritarismo de la cuasi dictadura chavista, derivada de una usurpación constitucional y de un gobierno de facto que arremete con toda las fuerza de los poderes públicos del ESTADO y de la inmoralidad política. Al poner como premisa que la MUD ha sido y será siempre de gran utilidad ante las dispersión del conglomerado democrático opositor y a que los políticos le cuesta mucho deponer sus intereses personales y grupales en cualquiera contienda electoral, ha llegado el momento de decir basta ya, no podemos seguir con una unidad a medias. No estamos en condiciones de medirnos entre los liderazgos de las fuerzas democráticas, para ver quienes obtienen los mejores dividendos por sus resultados electorales y quienes están llamados a ser los candidatos a alcaldes y concejales. Nos llama la atención que los integrantes de la MUD expongan individualmente tales y cuales planes, expongan sus ideas de quienes pueden ser los candidatos presidenciales, y muchos tantos temas que se identifican con sus propias  agrupaciones políticas. Todavía nuestros liderazgos blancos, azules, verdes, morados, negros, violetas, naranjas y de todos los colores, no se han dado cuenta  y que no han asimilado que, en frente a la realidad político-electoral del país, sólo existe una  estrategia electoral sustentada en variados grados y tipos de estrategias y tácticas. Muchos de nuestros políticos tradicionales, menos tradicionales y jóvenes, no se han percatado que existe un peligro de muerte súbita de la democracia y del Estado de derecho. ¿Es que acaso no nos percatamos que el ventajismo electoral (englobando todas las fechorías electorales cometidas por el oficialismo), las violaciones fragantes de nuestra Constitución y de las leyes, el quebrantamiento constante de los más elementales derechos humanos y la praxis marxista-leninista de gestión de actuales gobernantes, gran parte de ellos forjado en la subversión y en los cuarteles de los Castro y de Sendero Luminoso, con desprecio total por la vida por aquello de que el FIN JUSTIFICA LOS MEDIOS, y constituyen el reto que debemos enfrentar en una próxima disputa electoral?. La base de cualquiera ESTRATEGIA ELECTORAL Y ESCOGENCIA DEL CANDIDATO DE LA UNIDAD debe pasar por asimilar que esta es la realidad que deben enfrentar el liderazgo democrático y que su estrategia se compone de un programa de unidad, de una sólo vocería por materias y actividades y de un conjunto de tácticas en que las partes sean instrumento de el objetivo de ganar las elecciones presidenciales y muchos puestos en las municipales para ir degradando el color rojo rojito a otras tonalidades del círculo cromático.

La teoría y las experiencias políticas, a través de la historia, nos enseñan que no es fácil cambiar las preferencias políticas del electorado, máxime si existe un liderazgo como el de Chávez, pero no se percatan que él podría no estar en el coliseo electoral y que la  popularidad de su posible sucesor no calza los zapatos de su progenitor político, y ¿acaso los investigadores y expertos electorales no se dan cuenta que ganar con algo más de un 10% con ese brutal ventajismo es muestra de la decadencia del modelo revolucionario-castrista, que es posible de superar, como de hecho se logró con las elecciones parlamentarias y el referendo constitucional? Esos expertos y los encuestadores leen fríamente los resultados de  sus investigaciones sobre las preferencias del elector, pero no son capaces de vislumbrar las   circunstancias que los determinan. Además  la Alianza Democrática debería admitir cuáles fueron y son sus fallas que le impidieron lograr la victoria. Si no hay autocrítica sana y constructiva no hay ninguna posibilidad de  obtener el triunfo, habiendo condiciones para ello, por la  desgracia que respalda el lema YO VIVO UNAS PATRIA NUEVA.

Con  respecto al candidato a elegir por cualquier medio para representarnos en la contienda electoral, en principio existen muchos y buenos, mayores, menos que mayores y jóvenes, como son el caso de Capriles, Ledesma, María Corina, Falcón, Ramos Allup, Arria y todos los que deseen participar, sin ninguna exclusión que, según mi modesta opinión político-estratégica, debe ser seleccionado mediante encuesta, planificada y ejecutada por una organización foránea, posiblemente de mucha experiencia y prestigio internacional, en la que además de conocer  los porcentajes de los aspirantes de la consulta, es decir el más  VOTADO, se obtenga una relación preferencial entre la sumatoria de los candidatos del oficialismo ¿Maduro y Diosdado? y la sumatoria de los distintos candidatos opositores que entren en liza, reservándose cuidadosamente los datos de las preferencias entre oposición y oficialismo,  si  fuere el caso.

Esta metodología acabaría con los susurros, chismes y o preferencias entre los distintos bandos de la oposición y daría la oportunidad a todos los que quieran optar por la candidatura de la oposición, con la garantía de que respetarán y apoyaran con toda decisión y firmeza la candidatura galardonada por el electorado furtivo, cautivo y entre muros.

El candidato opositor resultante ganador de esta encuesta  deberá estar consciente que  se trata de una  contienda áspera, dura, desigual, con ventajismo electoral asfixiante y desmedido y que su opositor oficialista y su comando de campaña no tendrán miramientos ni guantes de seda en la lucha por continuar en el poder revolucionario bolivariano y, para ello, debe fortalecerse de alma y cuerpo.

El Comando de Campaña deberá estructurarse con liderazgos veteranos y jóvenes, con la  mayor participación de partidos políticos, asociaciones electorales, académicos, sociedad civil, etc. sin discriminación alguna porque no se trata de una federación de políticos sino de una conjunción de esfuerzos, experiencias, conocimientos y voluntad de participar, con el apoyo logístico de un grupo de expertos sobre sistemas electorales electrónicos, campañas mediáticas y captación de votos en los sectores poblacionales de menor arraigo de la unidad democrática. El discurso del candidato de la oposición debe siempre impulsar, insistir y divulgar con empeño y contundentemente las propuestas básicas de su Programa Unitario y de Gobierno Nacional, mientras que su comandos y vocerías atacarán los flancos  débiles del opositor y las fallas relevantes de su gestión en toda las vocerías unitarias de la geografía nacional identificándose con SU CANDIDATO, y nunca con grupos, fracciones, partidos, o cualquiera organización de tipo político que no sea la UNIDAD DEMOCRÁTICA. Es posible superar una desventaja virtual por una  mayoría real electoral.

Ante esta configuración y actuación de la ALIANZA UNITARIA DEMOCRÁTICA se desecha que vayan a desaparecer los partidos políticos que, luego de conseguir su objetivo, LA VICTORIA ELECTORAL PRESIDENCIAL, podrán recomponerse y refundarse en otras campañas electorales porque la proliferación de grupos y partidos políticos en un contexto político como el nuestro dificulta la gobernabilidad y el ejercicio de la democracia.


Jesús González Briceño

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