Mensaje
con Destino: nunca sobran las opiniones
de quienes desean contribuir con esta
causa.
Por Jesús González Briceño, 27/02/2013
Al
reflexionar profundamente y por varios días sobre ¿quién sería nuestro mejor
candidato para una eventual elecciones presidenciales en un tiempo próximo
futuro?, me asaltó a la mente la lectura de la obra de Peter Schröder, Estrategias Políticas (Edición
española 2004, Fundación Frederick Neumann/OEA), la que puede sacar de muchas
dudas y vacilaciones a propios y
extraños, sobre todo, en esta actual coyuntura de enorme conflictividad y distintas
opiniones de una alianza democrática que no termina de divisar cuál es el mejor
camino para obtener la victoria electoral para desplazar la autocracia y
autoritarismo de la cuasi dictadura chavista, derivada de una usurpación
constitucional y de un gobierno de facto que arremete con toda las fuerza de
los poderes públicos del ESTADO y de la inmoralidad política. Al poner como
premisa que la MUD ha sido y será siempre de gran utilidad ante las dispersión
del conglomerado democrático opositor y a que los políticos le cuesta mucho
deponer sus intereses personales y grupales en cualquiera contienda electoral,
ha llegado el momento de decir basta ya, no podemos seguir con una unidad a
medias. No estamos en condiciones de medirnos entre los liderazgos de las
fuerzas democráticas, para ver quienes obtienen los mejores dividendos por sus
resultados electorales y quienes están llamados a ser los candidatos a alcaldes
y concejales. Nos llama la atención que los integrantes de la MUD expongan
individualmente tales y cuales planes, expongan sus ideas de quienes pueden ser
los candidatos presidenciales, y muchos tantos temas que se identifican con sus
propias agrupaciones políticas. Todavía
nuestros liderazgos blancos, azules, verdes, morados, negros, violetas, naranjas
y de todos los colores, no se han dado cuenta
y que no han asimilado que, en frente a la realidad político-electoral
del país, sólo existe una estrategia
electoral sustentada en variados grados y tipos de estrategias y tácticas. Muchos
de nuestros políticos tradicionales, menos tradicionales y jóvenes, no se han
percatado que existe un peligro de muerte súbita de la democracia y del Estado
de derecho. ¿Es que acaso no nos percatamos que el ventajismo electoral (englobando
todas las fechorías electorales cometidas por el oficialismo), las violaciones
fragantes de nuestra Constitución y de las leyes, el quebrantamiento constante
de los más elementales derechos humanos y la praxis marxista-leninista de
gestión de actuales gobernantes, gran parte de ellos forjado en la subversión y
en los cuarteles de los Castro y de Sendero Luminoso, con desprecio total por
la vida por aquello de que el FIN JUSTIFICA LOS MEDIOS, y constituyen el reto
que debemos enfrentar en una próxima disputa electoral?. La base de cualquiera
ESTRATEGIA ELECTORAL Y ESCOGENCIA DEL CANDIDATO DE LA UNIDAD debe pasar por
asimilar que esta es la realidad que deben enfrentar el liderazgo democrático y
que su estrategia se compone de un programa de unidad, de una sólo vocería por
materias y actividades y de un conjunto de tácticas en que las partes sean
instrumento de el objetivo de ganar las elecciones presidenciales y muchos
puestos en las municipales para ir degradando el color rojo rojito a otras
tonalidades del círculo cromático.
La teoría
y las experiencias políticas, a través de la historia, nos enseñan que no es
fácil cambiar las preferencias políticas del electorado, máxime si existe un
liderazgo como el de Chávez, pero no se percatan que él podría no estar en el
coliseo electoral y que la popularidad
de su posible sucesor no calza los zapatos de su progenitor político, y ¿acaso
los investigadores y expertos electorales no se dan cuenta que ganar con algo
más de un 10% con ese brutal ventajismo es muestra de la decadencia del modelo
revolucionario-castrista, que es posible de superar, como de hecho se logró con
las elecciones parlamentarias y el referendo constitucional? Esos expertos y
los encuestadores leen fríamente los resultados de sus investigaciones sobre las preferencias
del elector, pero no son capaces de vislumbrar las circunstancias que los determinan.
Además la Alianza Democrática debería admitir
cuáles fueron y son sus fallas que le impidieron lograr la victoria. Si no hay
autocrítica sana y constructiva no hay ninguna posibilidad de obtener el triunfo, habiendo condiciones para
ello, por la desgracia que respalda el
lema YO VIVO UNAS PATRIA NUEVA.
Con respecto al candidato a elegir por cualquier
medio para representarnos en la contienda electoral, en principio existen muchos
y buenos, mayores, menos que mayores y jóvenes, como son el caso de Capriles,
Ledesma, María Corina, Falcón, Ramos Allup, Arria y todos los que deseen participar,
sin ninguna exclusión que, según mi modesta opinión político-estratégica, debe
ser seleccionado mediante encuesta, planificada y ejecutada por una
organización foránea, posiblemente de mucha experiencia y prestigio
internacional, en la que además de conocer
los porcentajes de los aspirantes de la consulta, es decir el más VOTADO, se obtenga una relación preferencial
entre la sumatoria de los candidatos del oficialismo ¿Maduro y Diosdado? y la
sumatoria de los distintos candidatos opositores que entren en liza,
reservándose cuidadosamente los datos de las preferencias entre oposición y
oficialismo, si fuere el caso.
Esta
metodología acabaría con los susurros, chismes y o preferencias entre los
distintos bandos de la oposición y daría la oportunidad a todos los que quieran
optar por la candidatura de la oposición, con la garantía de que respetarán y apoyaran
con toda decisión y firmeza la candidatura galardonada por el electorado
furtivo, cautivo y entre muros.
El
candidato opositor resultante ganador de esta encuesta deberá estar consciente que se trata de una contienda áspera, dura, desigual, con
ventajismo electoral asfixiante y desmedido y que su opositor oficialista y su
comando de campaña no tendrán miramientos ni guantes de seda en la lucha por
continuar en el poder revolucionario bolivariano y, para ello, debe
fortalecerse de alma y cuerpo.
El
Comando de Campaña deberá estructurarse con liderazgos veteranos y jóvenes, con
la mayor participación de partidos
políticos, asociaciones electorales, académicos, sociedad civil, etc. sin
discriminación alguna porque no se trata de una federación de políticos sino de
una conjunción de esfuerzos, experiencias, conocimientos y voluntad de participar,
con el apoyo logístico de un grupo de expertos sobre sistemas electorales
electrónicos, campañas mediáticas y captación de votos en los sectores
poblacionales de menor arraigo de la unidad democrática. El discurso del
candidato de la oposición debe siempre impulsar, insistir y divulgar con empeño
y contundentemente las propuestas básicas de su Programa Unitario y de Gobierno
Nacional, mientras que su comandos y vocerías atacarán los flancos débiles del opositor y las fallas relevantes
de su gestión en toda las vocerías unitarias de la geografía nacional
identificándose con SU CANDIDATO, y nunca con grupos, fracciones, partidos, o
cualquiera organización de tipo político que no sea la UNIDAD DEMOCRÁTICA. Es
posible superar una desventaja virtual por una
mayoría real electoral.
Ante esta
configuración y actuación de la ALIANZA UNITARIA DEMOCRÁTICA se desecha que
vayan a desaparecer los partidos políticos que, luego de conseguir su objetivo,
LA VICTORIA ELECTORAL PRESIDENCIAL, podrán recomponerse y refundarse en otras campañas
electorales porque la proliferación de grupos y partidos políticos en un
contexto político como el nuestro dificulta la gobernabilidad y el ejercicio de
la democracia.
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