Mensaje con Destino:
las causas político-ideológicas ni religiosas justifican la muerte y la desolación.
Por Jesús González Briceño, 13/02/2013
Con el despunte del 58,
renace la democracia venezolana el 23-E con el derrocamiento del régimen perejimenista
, marcándose un nuevo hito en la historia política y de los derechos humanos de los connacionales, al
instaurarse, un año después, el segundo gobierno democrático elegido en
votación directa y secreta, olvidándonos de la democracia progresiva y
menoscabada medinista ( 1941-1945), como
la del 12 de octubre del 45 pasado, aun cuando el trienio betancuriano elimina
su mácula golpista de octubre con la aprobación de la efímera Constitución del
1947 de alto contenido social reivindicativo como el sistema democrático
universal para todos los venezolanos. Pero ese mismo mes y año de la asunción
al poder de Betancourt, en 1959, triunfa definitivamente la guerrilla castrista
contra el presidente Batista lo que constituye un reto existencial para la vida
democrática nacional al empeñarse los
Hnos. Castro, el Che Guevara y la cúpula revolucionaria cubana en
exportar a nuestro lar su doctrina marxista-leninista, en concertación con los radicales comunistas vernáculos y los del
Movimiento de Izquierda Revolucionario, expulsados de AD por sus posiciones doctrinarias y políticas
similares. Recordemos el entroncamiento o breve pasantía de Betancourt con el
comunismo en las luchas antigomecistas y lopecistas, más las recientes de los antecedentes
del 23-E, que dieron al traste con la dictadura de Pérez Jiménez .El primer
Congreso Nacional elegido par 1959-1964, estaba compuesto por una policromía
ideológica y pluralista como Raúl Leóni, Jaime Lusinchi, Siso Martínez, Manzo
González, Luis Herrera Campins, Rafael Caldera, Uslar Pietri ,Miguel Otero Silva,
Luis Miquelena, Luis Beltrán Prieto y consabidos comunistas como Jesús Farías,
Ramón Tenorio Sifones ,Gustavo Machado, Eloy Torres( entre otros ) y los liderazgos
juveniles radicales adecos como Paz Galarraga, Domingo Alberto Rangel, Fabricio
Ojeda, etc. de modo que la naciente democracia posperejimenista permitía una amplia
y fértil discusión de todos los factores
y liderazgos políticos históricos y de las nuevas generaciones. Pero se interrumpió la discusión, el consenso político y la paz de la república y
salió a relucir la disyuntiva entre democracia
representativa y marxismo-leninismo y, más temprano que tarde, irrumpe
la insurrección guerrillera contra el
régimen democrático. Los auspicios del gobierno de Betancourt no fueron nada halagüeños
con la frustrada invasión desde Colombia por territorio tachirense del Gral. Castro
León, alzado en armas contra Pérez Jiménez amaneciendo el 58, ministro de
Defensa de la Junta Cívico militar del 23-E y ahora contra el mandatario
Betancourt, 20 de abril de 1960.Casi dos meses después el presidente sufre el
atentado que casi le cuesta la vida, dirigido por el dictador dominicano el
Gral. Trujillo.
La Constitución de la República
de Venezuela, aprobada en 23/01/1961, contemplaba un Estado Federal y un
gobierno que será siempre democrático, representativo, responsable y
alternativo, en el cual se establece una gama infinita de los Deberes y
Derechos, y Garantías Constitucionales (Título lll), muy avanzada respecto a la
teoría constitucional moderna:
Con el goce y el ejercicio garantizados por la ley de todos los
derechos esenciales de la persona humana en los que sobresalen la libertad y seguridad
personales, libertad de pensamiento por cualquier medio sin censura previa;
libre asociación con fines lícitos y en partidos políticos por medios
democráticos; elección por votación secreta para todos los ciudadanos mayores
de 18 años, alfabetos y analfabetos y a ser elegidos para las funciones
públicas, mayores de 21 años y la representación proporcional de las minorías;
además de los derechos al trabajo con salario justo y mínimo y todos los
derechos derivados de él; los derechos a la salud, educación, gratuita en todos
los ciclos, inclusive privada, protección del la mujer y el niño y los derechos
económicos de la iniciativa y propiedad privadas ,con las limitaciones impuestas por su función social; prohibición del monopolio y la reserva al
estado de industrias, explotaciones y servicios
de interés público. Los derechos humanos esenciales, deberes y garantías
fueron realmente muy amplios y generosos por parte de este Congreso Republicano.
La ruptura del equilibrio
político desencadena la subversión radical del PCV y del MIR mediante una
guerrilla rural y urbana, en lo que se
consideraba una traición del 23-E y una entrega al imperialismo norteamericano,
ora con la intervención descarada o soterrada del castrismo, que establece
una intensa red de apoyo logístico
insurreccional, en conjunción con sus similares nacionales, con actos puntuales
de sabotaje, ataques a la infraestructura pública, ora por las asonadas
militares de El Barcelonazo, ( 26/06/1961 ) con saldos de 26 muertos, heridos y
apresamiento de los cabecillas del movimiento, en paralelo con otro
levantamiento El Guairazo .Luego sobrevino el levantamiento del Carupanazo del Batallón
de Infantería de Marinos de esta ciudad,
en mayo del 61, con seis muertos y 15 heridos y muchos escapados a las
autoridades. Y el más cruel y sangriento de todos, EL PORTEÑAZO , que después
de tres días de combates duros y sangrientos en la Base Naval de Puerto Cabello,
concluye con saldos de 400 muertos que para otros fue superior a los de dos mil víctimas y más de mil prisioneros (Miguel
Aizpurúa, Aporrea, 10/05/ 2006). La operaciones guerrilleras también operaron
en las ciudades en donde ejecutan planes terroristas contra agentes policiales y castrenses e
instalaciones emblemáticas públicas. Existía un clima de zozobra, inestabilidad
e inseguridad ciudadana que ya había afectado
la paz pública con la fracasada
invasión desde Colombia por el territorio tachirense, el 20 de abril y al
propio mandatario nacional con el
atentado sangriento que casi le cuesta su vida, el 24 de junio de 1960.
En el gobierno sucesivo
de Raúl Leóni hubo una relativa paz sin los sobresaltos anteriores, hasta que el
presidente Caldera, en su primer mandato, 1969-1974, abre las compuertas de la
pacificación amnistiando los prisioneros insurreccionados para darles cabida en
la vida democrática, establece relaciones con Cuba y los países comunistas y el
pluralismo ideológico y político echando por tierra la obligada Doctrina Betancourt, lo que permite la
participación de los grupos subversivos en las elecciones de 1973, con
resultados poco relevantes pero significativos. En posteriores mandatos
constitucionales se destaca la política nacionalista y de obras públicas de
Carlos A. Pérez, y en los períodos presidenciales de Luis Herrera Y Jaime
Lusinchi no exentos de inseguridad y alteración contumaz del orden
público, como los sucesos de Cantaura donde el ejercito dio muerte a 23
guerrilleros del Frente Américo Silva, de Bandera Roja, en octubre de 1982 y de
El Amparo, en octubre de 1988, con saldo de 14 pescadores muertos de mano
de funcionarios policiales y militares,
y de desapariciones físicas y torturas, todas ellas injustificadas pero, con
los atenuantes de que la lucha guerrillera estaba aún vigente y reorganizándose en
ciertos sectores radicales y se evitaba
a toda costa lo las insurrecciones anteriores. Las autoridades consideraban que
no se debía bajar la guardia porque la pacificación calderista no fue
totalmente acogida y había vástagos de resistencia. Todos estos actos
constituyeron pasivos importantes para los derechos humanos.
Regresa al gobierno de
la nación Carlos A. Pérez, 1989-1993, período inconcluso por causas complejas que afectaban la democracia,
los partidos políticos del status quo, la economía y la ruptura del pacto
original de gobernabilidad del país, y otro relevante factor como es el
nacimiento y proceso de consolidación en los cuarteles del movimiento bolivariano de Chávez que, desde
la década del setenta, precisamente en el gobierno de Caldera, venía penetrando los cuarteles
y la institución armada, con la displicencia y poca atención de las cúpulas
militares ni de los propios mandatarios, con la creación del MBR200 (1983)que origina Movimiento Quinta
República, MVR, en 1998 , y las alían zas
eventuales y permanentes con la subversión comunista y castrista. Prontamente
veremos los resultados de este proceso político inadvertido con los posteriores
sucesos insurreccionales y populares de EL CARACAZO que, aún cuando algunos
incautos no lo califican como un movimiento popular espontáneo, del 27 de febrero
de 1989, a escasos dos meses de la segunda juramentación de CAP, se produjo con
la participación e instigación directa de Fidel Castro, en su visita a su toma
de posesión, la actividad formativa e instigadora de Bandera Roja que hacía
vida en los barrios y liceos de Caracas ,
disturbios y perturbaciones del orden pública en los alrededores de la
UCV por parte d los guerrilleros urbanos
encapuchados en ella enquistados, la participación activa de Freddy Bernal
y del el mismo Chávez quien expresó que la Revolución Bolivariana se inició el
27F , hecho reconocido públicamente. Después se producen sucesivamente las insurrecciones
militares del 4-F y de 27-N, con cientos de muertos, heridos y daños cuantiosos
al país, incluyendo el propósito de magnicidio contra CAP por el odio visceral
y el reconcomio heredado de luchas fracasadas anteriormente. La posterior
pacificación de Caldera en su segundo mandato, 1994-1999, con el sobreseimiento
de los insurrectos, sin ninguna otra
garantía de retiro de las Fuerzas Armadas, y su actitud contradictoria al
resguardo democrático y a la justificación de las asonadas militares recientes,
significó una importante aporte a la
consolidación del movimiento bolivariano y del castro-comunismo, asegurando sus
victorias parlamentarias y presidenciales en 1998.
Lo más importante por destacar,
aparte de una interpretación histórica de estos acontecimientos, es que este
segundo hito de la historia patria, arrojó uno de los resultados más nefastos
en materia de DERECHOS HUMANOS, con miles de muertos, heridos, desaparecidos,
familias enlutadas, zozobra e inestabilidad político-social, daños materiales
incalculables y lo más relevante, la afectación
del espíritu esencial de la idiosincrasia venezolana, la fragilidad del Estado
y de sus instituciones y, lo más grave es que nuestros victimarios se han
convertido desde 1999 en nuestros GOBERNANTES con odio, reconcomio y desprecio
por sus oponentes y por la vida. Sería
una falta grave el desconocimiento de violaciones de los DERECHOS HUMANOS,
durante la lV REPÚIBLICA, empero sería abominable negar que asonadas y
levantamientos militares llevados a cabo
en Venezuela por nuestros comunistas, el castrismo y por el bolivarianismo
causaron significativas desgracias y pesar a sus connacionales y a sus propias huestes
que han sufrido los rigores de sus mismas acciones, innecesariamente.(próxima
entrega: La Defraudación de la Constitución Bolivariana de Venezuela de 1999,
del Sistema Democrático y los Derechos Humanos).
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