OMAR BARBOZA GUTIÉRREZ
22/02/2013
omarbarboza1@cantv.net
La devaluación del
bolívar que este gobierno llamó fuerte, es la consecuencia de una política
económica contraria al interés nacional, influenciada por dos factores muy
negativos para lograr el crecimiento económico con justicia social, pero con
equilibrio fiscal y estabilidad monetaria
La devaluación
del bolívar que este gobierno llamó fuerte, es la consecuencia de una política
económica contraria al interés nacional, influenciada por dos factores muy
negativos para lograr el crecimiento económico con justicia social, pero con
equilibrio fiscal y estabilidad monetaria. Esos dos factores están
representados por el fanatismo ideológico que odia al progreso empresarial, y
la corrupción que se beneficia más de un modelo importador que de un modelo que
ponga énfasis en la producción nacional. Las manipulaciones con los dólares
preferenciales sólo le producen ganancias indebidas al sector financiero y a
los funcionarios que tienen influencia para su asignación.
Lo cierto es que este gobierno se comprometió con el pueblo venezolano en impulsar nuestro desarrollo endógeno y hoy después de una inmensa bonanza petrolera, somos más dependientes de las importaciones y más monoproductores que nunca, cuando más del 90% de nuestros ingresos externos dependen del petróleo. Así vemos que mientras en el año 2003 las importaciones totales fueron de 13.000 millones de dólares, durante el año 2012 las importaciones llegaron al récord insólito de 57.000 millones de dólares.
Hoy nuestro pueblo está más pobre y la comida más cara, con el salario o los ingresos que reciben los venezolanos hoy compran mucho menos de lo que compraban el año pasado.
Mientras tanto el presidente Chávez está ausente, y quienes sin ser electos ni tener su liderazgo pretenden sustituirlo, en vez de abrir la posibilidad de las rectificaciones, son contumaces en los errores, y tratan de vendernos mentiras con soberbia y prepotencia. Primero lograron que el Tribunal Supremo de Justicia declarara que el presidente Chávez no estaba ausente aunque no estaba presente, y que funcionarios no electos podían seguir en sus cargos después de terminado el período constitucional anterior sin que nadie los nombrara.
Y además ofenden la inteligencia del
pueblo venezolano diciéndole que disminuir el valor de la moneda en un 46% no
es una devaluación sino un ajuste, y que esa medida no debe influir en el
incremento de los precios. Esas ofensas a la inteligencia de nuestro pueblo lo
único que tienen de positivo es que muchos se están quitando la venda de los
ojos y están descubriendo que además de incapaces son embusteros. Por eso
ratificamos la necesidad de un cambio urgente, porque junto a una moneda
devaluada tenemos a un gobierno devaluado.
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